Peñarol volvió a ganar en el mítico Maracaná por Copa Libertadores con gol de Javier Cabrera. Esta vez fue por la ida de cuartos de final ante Flamengo, que por la copa no perdía de local desde 2019.
El equipo jugó compacto, centrado en la defensa y apelando a las contras como argumento para ofender. El gol, de hecho, vino de allí. Las rapidísimas transiciones del carbonero fueron una carta bien jugada.
Washington Aguerre (8): Tapó pelotas claves y le puso el cerrojo a su arco, tanto por arriba como en los mano a mano directos. Jugó a su manera, con su personalidad.
Pedro Milans (6): Contuvo en la marca al bueno de Gonzalo Plata. Con pelota le tocó asociarse y lo hizo bien. Mostró temple ante una olla a presión.
Javier Méndez (7): Tenía que restar con lo que fuera y lo hizo. Jugó con amarilla durante gran parte del partido y aguantó bien.
Guzmán Rodríguez (7): Prolijidad y físico. Mostró nuevamente por qué se transformó en titular fijo. Personalidad asentada, a pesar de la poca experiencia internacional.
Maximiliano Olivera (7): Capitán y pico. En las primeras disputas mostró la garra propia. Supo jugar e incluso pasar al ataque con la clase de jugador que es. Se lo vio cansado, pero tiró sin problemas.
Damián García (8): Como si tuviera una década jugando por la Copa Libertadores, el joven se mostró con absoluto balance. Un verdadero pulpo que rasca cada pelota y juega cuando el trámite lo pide.
Eduardo Darias (7): Gran despliegue, sacrificando por momentos su buena condición ofensiva en la adaptación a lo que el equipo pidió.
Javier Cabrera (9): Además del gol, que ya es un montón, se comió la cancha. En ataque preciso en las combinaciones, compañero en el regreso defensivo y siempre con un pulmón de más.
Jaime Báez (8): Otro que sacó buen boleto en este viaje copero. Jugó y metió una bocha tremenda en la jugada del gol. Versátil jugador que le da recorrido por banda y llegada al gol.
Leo Fernández (8): Qué jugador. Nunca le quema el balón en los pies. Tuvo gambeta, aguantó pelotas y sacó faltas en momentos en que el equipo necesitaba aire. Una cabeza que conecta al colectivo.
Maxi Silvera (9): El delantero que todo equipo quiere tener. El arco en mente, pero solidario a la hora de jugar. Asistió con un sutil toque de primera para el gol carbonero. Además, fue todo entrega en la presión y certero con la pelota.
Los que ingresaron
Gastón Ramírez (7): Entró para mover el balón y lo hizo bien. A su vez, se adaptó a copar la zona central del medio en una función que no le es propia, la de marcar, pero salió con clase. Un gran plus para Aguirre en el banco.
Leonardo Sequeira (6): Ingreso para el desgaste. Contagiado por compañeros, fue al frente aun sin claridad.
Lucas Hernández (6): La experiencia paga en esta clase de llaves. Entró con la consigna de mejorar en la tenencia de balón y se asoció bien. Se lo ve cada vez con una mejor condición física.
Facundo Batista (6): Entró como punta. Aguantó e incluso tuvo una clara en la que dudó y no definió bien.
Camilo Mayada (6): Intenso. Peñarol necesitaba renovar la banda derecha y fue solución, sobre todo por su vasta experiencia copera.