Los gurises de la selección sub 20 tuvieron su primer partido en el Sudamericano disputado en Venezuela. Fue victoria 2-1 ante Chile, que ya le había ganado a Venezuela en el primer partido del torneo. Se jugó en el Estadio Metropolitano de Lara; el gol celeste lo convirtió Renzo Machado, delantero de Liverpool, y en el último minuto, en su propia puerta, Juan Rossel.

Típico comienzo de torneo para un equipo intenso pero no tan preciso.

En los primeros minutos, Chile mostró la pasta de ya estar en rodaje con un partido más.

Sin embargo, la última campeona del mundo, la celeste, mostró su chapa. Tras un recorrido con balón controlado por parte del buen volante Thiago Helguera, que entró al área y lo bajaron, estaba el que tenía que estar, el pescador, Machado, que mandó un puntazo certero para poner a Uruguay arriba en un inicio soñado.

Los muchachos supieron que el panorama era favorable. Uruguay comenzó a tener la pelota y una verticalidad ofensiva más intensa.

La segunda chance clara también fue celeste, tras una buena combinación entre delanteros que cerró con brutal zurdazo Joaquín Lavega, pero la pelota estrelló en el larguero.

Y como un cachetazo de desconcierto, Chile empató. Lo hizo en un centro más, como tantos, y tras un quede defensivo, control poco ortodoxo y definición efectiva de Emiliano Ramos.

Cada gol marcó la estabilidad para uno y otro lado. El empate mermó el entusiasmo que los celestes habían incorporado. En materia defensiva, los dirigidos por Fabián Coito no mostraron solidez en sus líneas, fruto de los primeros ajustes de competencia.

Las excursiones del lateral Lucas Agazzi por derecha y las insinuaciones de Lavega fueron lo más destacado, sumadas a la claridad conceptual tras las recuperaciones de Helguera, el más claro en este primer paso celeste.

Agustín Albarracín, de Uruguay y Matías Pérez, de Chile, el 25 de enero en Cabudare, Venezuela.

Agustín Albarracín, de Uruguay y Matías Pérez, de Chile, el 25 de enero en Cabudare, Venezuela.

Foto: Edilzon Gamez, AFP

No tan claro

Lo que vino tuvo que ver con un Uruguay decidido a buscar la ventaja.

Los caminos no eran claros, aunque el ímpetu de triunfar merodeaba el Metropolitano de Lara.

Buen aporte desde el banco de Agustín Albarracín, el habilidoso zurdo que disfrutará esta temporada Boston River.

Chile fue una criatura agazapada. Dejaba venir y salía a tope con velocidad, cosa que a los celestes les complicó.

Otro ingreso para anotar a futuro es el de Emiliano Crucci, el corpulento delantero de Wanderers, que sacudió su potente zurda como una de las más claras para Uruguay en el complemento.

La buena liga se vistió de celeste cuando en un despeje defensivo el chileno Rossel mandó cabezazo en el arco propio.

A los celestes les fue trabajoso conseguir funcionamiento. Lo de Helguera ya no fue lo mismo y el equipo lo sintió. Mauro Zalazar no mostró lo que tiene y el mediapunta, Gonzalo Petit, tuvo destellos, pero intermitentes.

Uruguay deberá mejorar en la búsqueda de planes alternativos cuando el plantel inicial no funciona. El juego aéreo fue una debilidad celeste en la jornada.

Algunos apuntes defensivos de dudas y quedes, como en el gol rival, deberán estar en los próximos trabajos de Coito.

Lo próximo

La segunda cita para Uruguay es el lunes a las 20.30 ante Paraguay.

Todos los partidos se pueden seguir en DirecTV (DSports) y su aplicación DGO.