Mucho, o poco, se habla de los dos próximos amistosos de la selección masculina uruguaya absoluta en Fecha FIFA que se disputarán en Malasia el próximo viernes a las 9.45 frente a República Dominicana, que ya está afuera de la posibilidad de alcanzar cupo mundialista por Concacaf, y luego el lunes, a la ahora mundialista por primera vez selección de Uzbekistán, que se ganó su lugar siendo la primera selección de Asia Central que consigue estar en la fase final.

Las razones por las que se habla mucho o poco de los dos partidos de la selección de Marcelo Bielsa jugará en territorio malayo, primero en Kuala Lumpur, la capital, y luego en Malaca, histórica ciudad Patrimonio de la Humanidad ubicada en la desembocadura del río del mismo nombre casi sobre el estrecho más transitado de Asia que conecta el Mar de Andamán sobre el Índico con el Mar de China sobre el Pacífico, son, o bien por el aparente poco nivel de las selecciones a las que se enfrentará, o por los futbolistas que han sido citados por el técnico rosarino para estos dos encuentros, jugadores que han participado en eliminatorias pero que no han tenido la plena oportunidad de mostrar sus atributos, y entre los que no están por lo menos una veintena de los jugadores que más o menos se piensan en la lista de buena fe del Mundial del año próximo: Sergio Rochet, Santiago Mele, Nahitan Nández, Guillermo Varela, Ronald Araújo, José María Giménez, Mathía Olivera, Matías Viña, Manuel Ugarte, Federico Valverde, Rodrigo Bentancur, Giorgian de Arrascaeta, Nicolás de la Cruz, Facundo Pellistri, Darwin Núñez, Rodrigo Aguirre, Maximiliano Araujo.

Grupo y grupos

En el tratamiento del tema, no parece estar la de la posibilidad de que aparezcan, entre estos 17 convocados, actuaciones sólidas o con proyección que permitan a los futbolistas hacerse un lugar en el Mundial, como pasó por lo menos con Guille Varela, Diego Laxalt y Lucas Torreira, que en China, cuatro meses antes del Mundial de Rusia 2018, se ganaron su lugar en la nómina de Tabárez, o el mismo Varela, que sin jugar ni un partido de las eliminatorias para Catar 2022 también aseguró su plaza en los amistosos previos al Mundial.

El fútbol de selecciones del siglo XXI, rehén de las competiciones clubisticas más poderosas del mundo y sus intereses, no permite que una selección de fútbol -ninguna de las de tercer, segundo y primer nivel- pueda realizar largos ensayos, entrenamientos de ideas, ensayos de acciones con un mismo núcleo selecto durante determinado tiempo, entonces se ha dado lo que desde estas páginas denominamos como elenco estable, cuando en épocas de Tabarez se les pretendía denigrar con el club de amigos, pero a partir de ahí la mayoría absoluta de los técnicos que dirigen selecciones avanzaron a la idea de pasar a planteles casi estables, que se mantienen en bienios o hasta trienios, con ligeras modificaciones. Un grupo central, que se va modificando de acuerdo a la biología y al natural ocaso del conjunto de destrezas y valores de juego que tienen los atletas, pero que no modifica su espíritu en cada brote nuevo que viene de la misma raíz.

No hay forma de entrenar una idea en una semana o cinco días por más videollamadas que hagas porque el colectivo es el eje central de ese conjunto. El concepto de que en las selecciones juegan los mejores estén donde estén o que “hay que aprovechar el momento de tal” ya casi no domina la elección, y en la mayoría de las selecciones hay un núcleo básico por decantación de calidad y experiencias, al que se suman incidentalmente algunos nuevos valores. Por la coyuntura, esta es la oportunidad para que algunos de estos 17 que integran este plantel denostado como selección C o de tercera opción den la talla.

Otros puntos (que suman o restan)

Hay más elementos por los que se debería a priori calificar positivamente estos partidos; uno de ellos es el de la competencia, porque desde que Tabárez generó casi la refundación de las políticas y estrategias de selecciones nacionales, Uruguay ha aprovechado las fechas FIFA para dar crecimiento y hacer músculo en alta competencia, cosa que no era tan natural en otros tiempos. Atado a esto está el rédito económico que le dejan a la AUF estas dos presentaciones.

El otro punto determinante, aunque parece que no es punto de discusión, es el ranking FIFA y la posición de los países mundialistas en noviembre antes del sorteo del Mundial el 15 de diciembre.

Uruguay está 15 en el ranking, o sea, en el segundo bombo del sorteo para la confección de los grupos del Mundial junto con Italia, Marruecos, Alemania, Colombia, Suiza, Senegal, Japón, Dinamarca, Irán, Austria y Corea del Sur, y le costará acceder al bombo de los cabeza de serie, en donde están los nueve primeros: España, Francia, Argentina, Inglaterra, Portugal, Brasil, Países Bajos, Bélgica y Croacia, más los tres países organizadores: Estados Unidos, México y Canadá.

Sin embargo, aunque esté lejos, es posible. Para ello debería ganar los cuatro amistosos de este año —estos dos y los de noviembre frente a México y Estados Unidos—, y tratar de superar a por lo menos 5 de los que tiene por delante y que vayan al Mundial, para meterse entre los cabezas de serie. Uruguay tiene 1673 puntos, y hay que alcanzar al último de los nueve mejores, que por ahora es Croacia con 1714.

El ranking, de acuerdo a su algoritmo llamado SUMA, suma o resta según el resultado de cada partido que juega una selección, tomando en cuenta el resultado del encuentro, la competición a la que pertenezca y el diferente ranking de los rivales de turno.

La fórmula del algoritmo SUMA es la siguiente: P = PAntes + I * G (W – We)

O sea que el puntaje se determina con los puntos arrastrados antes del partido (PA), más la importancia del partido (I) —esta valoración va desde 5 en un amistoso fuera de fechas FIFA hasta 60 en semifinales y finales del Mundial—, y multiplicado por un número que sale del resultado del partido, combinado con el resultado esperado por las posiciones que ocupaban.

Uruguay, por la calificación de los rivales, particularmente los de esta fase de octubre, y por el índice inferior de multiplicación porque juega amistosos, casi que no podrá llegar a 1700, pero sí se puede esperar que los rivales que estén por encima pierdan puntos en el ranking y quedar más cerca o subir. Pero para ello es condición necesaria que Uruguay gane en todos los partidos.