Diego dio clase infinitas veces. Pero ahora la clase es sobre él. O es de él. O es él.

Porque Diego, experto en tornar posible lo imposible, desarma en estos días una nueva frontera entre lo académico y lo popular: la Universidad de Buenos Aires (UBA) albergará, por primera vez, una cumbre para pensarlo. Del 6 al 8 de noviembre, con la participación ya asegurada de investigadores de Argentina y de otros países latinoamericanos, con documentales, murales, feria del libro, fotografías y músicas, con tesis provenientes de diversos campos de la ciencia y, desde luego, con mucha respiración futbolera, la Facultad de Ciencias Sociales abrirá sus espacios para trabajar colectivamente sobre la figura inmensa de Diego Maradona. Con nombre propio: el Congreso Internacional sobre Diego Maradona.

Lo explica en detalle Fabián D’Aloisio, editor de la revista Meta –propulsora del Congreso– y responsable de Diegologías, la Cátedra Maradoniana que en los dos últimos años explora al 10 entre los 10 con aportes multidisciplinarios: “El paso de Diego Maradona y sus múltiples discursos según la época que transitó cambió los elementos a su alrededor: Fiorito no es la misma luego de Diego, el fotoperiodismo tampoco, mucho menos la escritura deportiva, el relato biográfico o la fraseología popular; incluso nuestra comunicación cambió desde que utilizamos en las redes sociales sus gestos o palabras para enviar mensajes que resuman una idea o un sentimiento. Reconstruir, desarmar y volver a construir el significado de esa presencia amerita un encuentro de estas características, interdisciplinario y plural, restableciendo a cada momento los puntos de contacto entre su vida y las nuestras, entre su figura inasible y la historia contemporánea”.

El ingreso a los debates del congreso resultará libre y gratuito, aunque quienes hagan una inscripción previa y paga dispondrán de algunos accesos especiales. Compañeros de equipo de Diego, escritores, científicos sociales de disciplinas varias y de orientaciones varias, periodistas que conocieron al capitán de la selección argentina o que lo narraron en distintas épocas, artistas que lo interpretaron a través de mil caminos, campeones del mundo de México 1986: ese aquelarre riquísimo transitará por la porteña calle Santiago del Estero, mezclándose con públicos que arribarán desde decenas de lugares. Massimiliano Verde, presidente de la academia de la lengua napolitana –porque no hay modo de reflexionar sobre Maradona sin incluir a Nápoles y al Napoli–, constituirá un visitante sobresaliente. Y, entre enormes afectos de Diego, el profesor Fernando Signorini, su más que preparador físico personal, tendrá un sitio protagónico. Quienes quieran sumarse aún están a tiempo. Pueden escribir a la cuenta de Instagram @revista.meta o buscar en la página web revistametasentidos.com.ar.

Una de las anunciadas contribuciones uruguayas será “Demasiado porteño, pero oriental como Gardel: lugares comunes de lo nacional en las representaciones de Maradona durante el Mundial de 1986 en la revista de humor uruguaya Guambia”, que enhebró Matías Carbajal, de la Facultad de Información y Comunicación de la Universidad de la República (Udelar). Otra será la que sume Andrés Wilkins Masse, también de la Udelar, quien, junto con el mexicano David Bernal Montero, construyó “D10S en la nube: fragmentos algorítmicos de memoria nacional en Tiktok”. Alexis Cedrez lanzará la versión impresa de su libro Maradona y Perón: identidad nacional, política y cultura, que ya cuenta con edición digital en Uruguay.

Muchos de los expositores convergen en que el congreso representará, entre muchas cuestiones, una oportunidad de saldar una deuda que la universidad posee con Maradona como tema. Y no sólo eso. De vez en vez, la prensa recupera la aparición fulgurante de Diego en la Universidad de Oxford, en 1995, deshaciendo protocolos e inspirando admiraciones nada menos que sobre suelo británico, justo él, que migró a prócer por sus dos goles a los ingleses el 22 de junio de 1986. Con menos frecuencia, es evocada su irrupción, ese mismo año, en las aulas de la UBA para defender el presupuesto para las universidades y para respaldar los derechos del estudiantado. En aquella ocasión, se calzó una camisa de muchos colores a la que le incorporó un cartel con un mensaje que era un tiro libre al fondo de la red: “Educación pública”. Como una sincronía o como la demostración de que Argentina periódicamente se entrampa en ciertos procesos que avanzan sobre las pertenencias colectivas, ahora la UBA sufre los recortes presupuestarios del gobierno de Javier Milei y sus cuerpos docentes acaban de desplegar jornadas activas de paro contra esas políticas.

El congreso no se propone edificar una cumbre de adoración maradoniana sino una cita analítica sostenida en la indagación y en el sentido crítico. Sin embargo, el peso de las ideas que Maradona hizo públicas impregnará cada escenario. D’Aloisio precisa ese eje: “La universidad pública, que Diego tanto defendió en momentos álgidos, dispuesta a conversar y debatir sobre este fenómeno universal surgido de una villa del conurbano bonaerense y que asumió en una vida compleja el desafío de vivir observado por todos nosotros, es un orgullo. Un congreso que, además, como parte del desafío de ser autónomos en idea y acción, como lo intentó Diego sin medir consecuencias, no le generará a nuestra universidad ningún gasto, pues será absolutamente autogestivo y cubierto por el aporte solidario de todos sus participantes, que también en estos días ofrecen su colaboración desinteresadamente”.

Jugador insuperable de cualquier cancha, Diego se enfunda los pantalones cortos para inaugurar otro escenario. Qué crack: la universidad. Golazo.