Con tres goles en el segundo tiempo, Torque terminó aplastando a Miramar Misiones por 3-0, lo que le permitió, por ahora, ubicarse segundo en el Clausura, trepar a puestos de competiciones internacionales –Sudamericana por ahora– y empezar a dejar de mirar la tabla del descenso, que por momentos de la temporada fue su preocupación.
Evidentemente, el elenco celeste, que ante Miramar jugó de fucsia o parecido, ha logrado, desde la llegada de Marcelo Méndez, un paso firme y efectivo, con un fútbol ligeramente más práctico y utilitario que el que desarrolló en otras temporadas, pero firme, seguro y bien establecido. Franco Pizzichillo fue determinante en el club del grupo City y participó directamente en los tres goles: en los dos primeros como el asistidor que puso la pelota en la cabeza de sus centrales para anotar el primero y el segundo, y en el tercero como el iniciador de la jugada que, en tres acciones, terminó en la anotación de José Neris.
Todo se resolvió en el complemento, pero en la primera parte pasaron cosas que, al revés de lo que dice el amplio marcador del partido, no fueron generadas por Torque sino por Miramar Misiones. El conjunto de Bernardo Giordano fue superior al más joven equipo de la A y hasta se pudo haber puesto en ventaja a través de un penal que Guillermo Fratta le cometió al potente centrodelantero Sebastián da Silva, pero el delantero lo pateó afuera. Todo cambiaría en el complemento, y con un viraje grande, notorio y justificado por el juego.
Segundas partes fueron buenas
A los siete minutos del segundo tiempo llegó el gol de Torque a través de una pelota quieta preparada y perfectamente ensayada. Fue nada más que un tiro de esquina, pero la jugada, realizada en tres pasos, se había ensayado seguramente decenas de veces en el complejo del Montevideo City, y esta vez –lo que no es usual casi en ningún equipo– salió a la perfección de primera. El córner se hizo de manera corta para Pizzichillo, mientras en el área funcionaban las cortinas para que, en el punto penal, apareciera solo, y sabiendo lo que hacer, el zaguero rochense Guillermo Fratta, que colocó un cabezazo potente y bien dirigido para vencer al arquero colombiano Juanito Moreno.
Como siempre, el gol es el elemento táctico más determinante y el que más cambia las cosas, por lo que el partido empezó a jugarse de otra manera, con Miramar ahora más obligado y presionado a intentar generar ataques, lo que también motivó un par de cambios, y con Torque metiendo acciones atacantes intensas que parecían presagiar el segundo gol.
Así fue que, unos minutos después, y tras un par de tiros de esquina más, el otro central, Gary Kagelmacher, que estaba jugando su partido número 600 de su carrera profesional, se elevó limpio en el área chica y conectó directo la pelota a la red para colocar el 2-0.
Siguió lo mismo el partido, con Miramar tirado adelante, pero cada contragolpe y cada córner de Torque generaban la sensación de un nuevo gol. Y así fue, porque llegando a la media hora, un pase en profundidad de Franco Pizzichillo puso a correr a toda potencia al argentino Esteban Obregón, que, cuando llegó a la línea final, levantó la cabeza y puso hacia el punto penal el pase-gol para que José Neris definiera como el goleador que es, colocando la pelota contra el palo derecho de Moreno.
Miramar, comprometido con la tabla del descenso y con una brecha que cada vez se va cerrando más para poder escapar a la B, insistió a pesar del 0-3 y hasta estuvo cerca de anotar, pero no pudo ser.
Buen triunfo de Torque, que pasó a dar una pelea mucho más linda de la que había dado en el resto de la temporada: ahora está en la lucha por el Clausura y ubicándose para tratar de volver a las copas internacionales.
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