Uruguay empató 0-0 con México en el penúltimo amistoso del año disputado en Torreón. Marcelo Bielsa paró un equipo mixto entre titulares y suplentes con Santiago Mele; Guillermo Varela, José María Giménez, Mathias Olivera, Joaquín Piquerez; Emiliano Martínez, Rodrigo Bentancur, Rodrigo Zalazar; Brian Rodríguez, Juan Manuel Sanabria y Rodrigo Aguirre.

En el primer tiempo Uruguay fue muy superado, no encontró conexiones de ningún tipo. La presión alta de México fue un problema sin solución para la salida en corto que intentó el equipo uruguayo, la tenencia de balón fue del locatario, que no llegó a generar gran peligro sobre el arco de Santiago Mele pero impuso las condiciones de juego.

Uruguay se paró con el clásico 4-3-3 que suele usar desde que Marcelo Bielsa es el entrenador celeste. Rodrigo Bentancur intentó pero no tuvo socios y se sintió incómodo jugando más adelante en el mediocampo, con la cancha de espaldas. El volante suele destacar desde la base, metiéndose entre los zagueros y sacando limpia la pelota del fondo para construir. Rodrigo Zalazar no pudo ser la manija y el único atisbo de peligro estuvo en los arranques por derecha de Brian Rodríguez.

Para el segundo tiempo Bielsa introdujo variantes y la formación mutó a 4-2-3-1. Nahitan Nández se paró como volante por derecha y ayudó a la recuperación, poblando la mitad de la cancha la celeste se adueñó más del balón. Además, Facundo Torres entró picante y tuvo la más clara de la celeste, que tapó el guardameta rival.

El partido en general fue malo, casi sin peligro sobre los arcos, el 0-0 fue justo y consonante con el escasísimo nivel de juego. El arbitraje de Javier Morón de Panamá no contribuyó en nada y el encuentro terminó picado, con nueve amarillas en el segundo tiempo, seis de ellas para Uruguay.

Nández debió ser expulsado y Guillermo Varela cometió muchísimas faltas. En el final hubo un penal flagrante sobre Maximiliano Araújo, el árbitro no lo sancionó y el VAR tampoco colaboró.

Pocos apuntes

El partido no dejó aspectos positivos para Uruguay, ni individuales ni colectivos. La oncena fue muy distante de un ideal, el sistema mutó y ninguno fue efectivo, se ofrecieron oportunidades a jugadores que están luchando por un lugar en la lista para el Mundial que no cumplieron.

Desde el resultado Uruguay tampoco sumó puntos valiosos para el ranking FIFA para soñar con ser cabeza de serie de la copa del mundo. Si bien era un aspecto secundario de la prueba, ya pasó a ser una quimera.