La contratación del jugador uruguayo Diego García en Peñarol con una causa abierta por abuso sexual en Argentina repercutió en los medios y llevó a repensar qué se hace ante estas situaciones en los clubes, qué mensajes sobre la violencia de género se transmiten y qué trabajos se promueven. En consecuencia, eso conduce a indagar en qué pasa con la perspectiva de género en los espacios deportivos, una perspectiva que propone una mirada integral para identificar las violencias y las desigualdades.

El surgimiento de las cuestiones de género en los clubes

La nueva ola de los feminismos, marcada por la marcha de junio de 2015 bajo la consigna Ni Una Menos en Argentina –que se replicó en otros países de América Latina, entre ellos Uruguay–, puso en jaque la violencia machista con la denuncia de femicidios y trajo consigo la irrupción, nuevamente, de cuestionamientos a la posición desigual de las mujeres.

El deporte no fue la excepción de esta ola de visibilizar lugares dispares. Por ejemplo, se reveló como algo que estaba latente en el fútbol –una disciplina que es expresión de la masculinidad– cuando en 2019 la directiva de Defensor Sporting aprobó por unanimidad una comisión de género, un hecho que ocurría por primera vez en un club deportivo uruguayo. Luego se sumaron Peñarol con su Secretaría de Género y Danubio en 2021 y Racing con su Comisión de Género y Diversidad en 2022. No obstante, el diálogo sobre el género, aunque sin crear formalmente un espacio de trabajo, lo había transitado antes el club Villa Española como parte de su insignia “Cultura de barrio”, con una Comisión de Cultura que abordaba aspectos sociales más allá de lo deportivo.

También, por fuera de la formalidad de los estatutos, la ola acarreó la organización de diferentes colectivos sociales que comenzaron a militar un fútbol alternativo, que problematizara la desigualdad e incluyera mujeres y disidencias: Conectadas por el Deporte, los colectivos Uruguay Celeste Deporte y Diversidad y Refuleras.

La actualidad de las comisiones de género

Según supo la diaria, las comisiones de Defensor y Danubio, a pesar de su trabajo luego de su creación, están inactivas en el presente; en el caso de Defensor, la nueva directiva, que asumió a finales de mayo de 2025, planteó la necesidad de designar sus integrantes, pero aún no ha habido movimiento al respecto.

Las que continúan operativas son las de Peñarol y Racing, cuyas integrantes conversaron con la diaria para contar sobre su proceso. Patricia López nos recibió luciendo los colores del aurinegro en el Palacio Peñarol. Saluda a quienes se encuentra en el camino desde que entra, a los trabajadores de la tienda de indumentaria, hasta que sube al segundo piso y se dirige hacia la sala de reuniones, a los trabajadores del departamento de Socios. Patricia integra desde el inicio la secretaría, que funciona como órgano asesor del consejo directivo y en 2024, luego de las elecciones, reflotó su trabajo.

Con Mariana Voetter, Daniela Centena y Rosana Echeverry nos encontramos en la sede de Racing, también vestidas con los colores característicos de su club. “La directiva nos dijo: ‘Ustedes son parte del club, las puertas para la comisión están abiertas’”, expresó Rosana, y daba cuenta de la cercanía con cada funcionario: ellas saludaban con la naturalidad de quienes forman parte de un mismo lugar.

Las dos áreas coinciden en que la concepción de poner sobre la mesa a la mujer dentro de la institución nació de la necesidad de las hinchas. Sin embargo, la conformación de cada una es diferente. Mientras que en Peñarol la comisión está conformada por mujeres de las cuatro agrupaciones del consejo directivo –quienes impulsaron que fuera más de una representante–, en Racing sigue integrándose por calidad de hinchas, salvo Daniela, que es directiva y trabaja en el fútbol femenino del club.

Patricia López.

Patricia López.

Foto: Alessandro Maradei

Por otra parte, la particularidad de Racing es que desde 2021 se reorganizó económicamente y coexisten una sociedad anónima deportiva (SAD) y una asociación civil; la SAD se encarga de la parte deportiva y la asociación civil del aspecto social del club, aunque “cada uno tiene distintas responsabilidades, se está trabajando en conjunto y más mancomunado”, explicó Daniela. La comisión responde a la asociación civil, a pesar de que puede interactuar directamente con la SAD.

Entre los lineamientos de los objetivos de la secretaría de Peñarol está el de promover la equidad de género en la institución, erradicar la discriminación y generar espacios de debate, entre otros. Por el lado de Racing, se estableció que las funciones fueran recepcionar consultas y denuncias, orientar y contener a las personas que hayan recibido violencia y discriminación, promover cursos y talleres para la prevención de violencia, acoso y discriminación que incluye violencia de género, etcétera.

Protocolos de acción

Las comisiones trabajan por la aprobación de un protocolo en casos de violencia de género, que vienen construyendo desde que iniciaron los espacios. En Peñarol, Patricia contó que se trata de un protocolo de acción preventivo, que abarque a “jugadores, funcionarios y también directivos”, con la “esperanza de poder terminarlo este año, para que sea un logro de la secretaría”; comentó que el consejo ya lo vio, pero están en reuniones con el abogado del club para hacerle cambios que solicitaron.

Patricia manifestó que el protocolo tiene en cuenta que dentro del club se practican diversas disciplinas y que eso también implica que “hoy en día el Palacio [Peñarol] está todos los días repleto de niños”.

Por el lado de Racing, también presentaron formalmente a la directiva un documento escrito en el que venían trabajando, pero se fue “puliendo” y deben continuar conversando con el abogado de la institución. “Es importante, una vez que se apruebe [el protocolo], dejar en claro cuál va a ser el proceso si llega a pasar alguna situación en Racing, qué es lo que hay que hacer y qué es lo que deberíamos hacer nosotras; ahí nos va a tocar involucrarnos a todos, a la asociación civil, a nosotros y a la sociedad anónima, trabajar en conjunto”, continuó Mariana, quien agregó que “más allá de que no tengamos la aprobación del protocolo, desde la comisión directiva hay señales frente a determinadas situaciones que se van dando, tanto de violencia física como de violencia verbal o discriminación; eso a nosotras nos da tranquilidad”.

Las mujeres en el club

Las integrantes de las dos comisiones coinciden en que se ha avanzado en la participación de las mujeres en los espacios deportivos. “Cada vez que voy a la cancha me asombro más de la cantidad de mujeres que hay”, contó Patricia; “cuando arranqué a ir a la cancha, de más chica, siempre me sentía un sapo de otro pozo, porque empecé a ir a la cancha en una época en la que de repente no había tanta mujer como hay ahora; ahora es impresionante”, señaló, aunque también consideró que “a los hombres les sigue dando temor que haya mujeres en puestos de decisión”, a pesar de que, puntualizó, en Peñarol “hay un montón de mujeres presidiendo comisiones, por ejemplo, la presidenta de la Comisión de Asuntos Sociales”.

Por el lado de Racing, Daniela valoró que “se ha avanzado mucho: vas a la tribuna y hay mujeres, familias enteras”. Rosana sumó que “igual siempre como que en la parte del poder es poco”; “creo que si acá una mujer se quiere integrar a esta directiva está abierta”, dijo. “Lo que veo es que falta que la mujer se quiera meter dentro del club, cuesta”, reflexionó.

El rol de la Secretaría Nacional del Deporte

En este sentido de la participación de las mujeres en el deporte, la SND apuesta a mecanismos para las diversas federaciones en las que es la entidad rectora. Gabriela Freire, subsecretaria de la SND, dijo a la diaria que se decidió desde la estructura del organismo que “de un equipo de siete personas que toman decisiones políticas, cuatro sean mujeres”.

“La secretaría tiene la posibilidad de establecer condiciones para los apoyos económicos que brinda, y es deseable que entre las condiciones básicas para brindar un apoyo esté el compromiso de la inclusión de mujeres en la participación de la toma de decisiones”, explicó la subsecretaria.

Por otro lado, Gabriela mencionó que en la acción de “cuidar trayectorias deportivas”, la SND desarrollará para el siguiente año un programa llamado Espacios Deportivos Protegidos. El programa brindará “herramientas de protección para infancias, adolescencias y mujeres, tanto en instituciones privadas como en las instituciones públicas donde sucede el deporte”; “la mirada de protección tiene que ver con muchas cosas, como género, tiene que ver con acuerdos de convivencia y dispositivos de emergencia que existen en el Estado, tiene que ver con qué cosas sí suceden y con qué cosas no suceden en un espacio deportivo protegido, cómo se comportan adultos y niños”.

También se dará formación a las personas que trabajan en los espacios deportivos, desde las plazas de deportes que gestiona y cogestiona la SND hasta los clubes deportivos, con “normas de comportamiento básicas, dispositivos de asistencia” con respecto a la interacción con infancias, adolescencias y mujeres.

Además, el programa se construyó sobre la base de la guía Protección del deportista creada en 2019 por la SND, que incluye medidas ante el maltrato, la violencia o el abuso físico y emocional de los y las deportistas, así como ante el abuso sexual en el deporte, como único antecedente en cuanto a deporte y violencia.

A su vez, Gabriela dijo que este año incorporaron a mujeres federadas al programa Gol al Futuro. “El programa atendía a varones que competían. Ahora estamos siguiendo otra lógica: también darle un seguimiento a cómo están siendo tratadas esas trayectorias deportivas, con las particularidades de ser una mujer deportista”, describió.

En esto la SND trabaja en conjunto con la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF): “Es un ámbito que nos permite abrir diálogo con un actor clave del deporte”. Aclaró, no obstante, que es un terreno en el que “no le podemos exigir” a la AUF, pero afirmó que “con el programa ahí estamos actuando, de hecho”.

Gabriela Freire.

Gabriela Freire.

Foto: Alessandro Maradei

La experiencia en Argentina

Vélez Sarsfield fue el primer club argentino, y a nivel internacional, en crear el Área de Violencia de Género, en marzo de 2018. Fue por impulso de la abogada Paula Ojeda, socia del club y actual gerenta de Equidad y Género de la Asociación del Fútbol Argentino, quien acercó a la comisión directiva un proyecto para crear un área de género, en un contexto en el que no era visible la conexión entre el género y el deporte, narró a la diaria la abogada Florencia Di Mario, especialista en derecho deportivo y diplomada en género y deporte.

Luego, las propias hinchas “empezaron a bajar línea en sus clubes, a exigirles que empezaran a tener áreas de género para abrir la participación de la mujer”, relató Florencia. “Fue un crecimiento a nivel social que golpeó también en el deporte y en los clubes, sobre todo en los de fútbol”, añadió.

A pesar de las normativas existentes del deporte, como la Ley Micaela para entidades deportivas, que capacita obligatoriamente en género y violencia, para Florencia “las cuestiones de género en los clubes son una decisión de gestión: es el dirigente el que va a decidir si le da lugar a lo que es género o no”, señaló. “Entonces ahí tenemos que aparecer las hinchas para exigir nuestro lugar en el club”, algo que es posible “con esta normativa, con el acompañamiento del impulso social, más la modificación del estatuto o la creación de un protocolo”, indicó.

Por su parte, Lisa Solmirano, especialista de ONU Mujeres Argentina, declaró a la diaria que las comisiones se crean “porque hay mucha resistencia al tema”. “A los clubes les genera un movimiento y una incomodidad, [porque] vienen tradicionalmente trabajando solamente en el deporte masculino”, opinó; “en realidad, debería ser parte de la misión de la institución hacer crecer el deporte desde una perspectiva igualitaria”, agregó.

Para Lisa, no obstante, “la perspectiva de género dentro del ámbito deportivo no depende de una comisión de género: cualquier club y cualquier institución puede aplicar o puede tomar la decisión política de llevar adelante una planificación con perspectiva de género, sin necesidad de tener una comisión”.

Para enfrentar la violencia de género deben crearse protocolos que reflejen “una política de protección y de salvaguarda que establezca cuáles son las conductas permitidas dentro de una institución y todo el personal los tiene que conocer; en ese sentido hay que capacitar y ser conscientes de que existe una política que penaliza todas estas conductas. Establecer canales anónimos y de asistencia, efectivos para reportar, para que las mujeres se sientan seguras de hacerlo si lo necesitan, una buena articulación de la institución con los organismos estatales y de justicia”, destacó Lisa.

También mencionó que “en otros países incluyen, por ejemplo, que a las personas a las que se va a emplear en el club se les piden antecedentes criminales y [se les pregunta si tuvieron] denuncias, por ejemplo, de abuso; se hace ese chequeo de referencias para quien participe en la institución y esté principalmente en contacto con niñas, mujeres, adolescentes; tienen esta política y mecanismos claros y efectivos que penalicen”.

El caso Diego García

Respecto de la actuación de la secretaría del club en el asunto, Patricia contó cómo fue el proceso desde el primer momento. “Nos avisaron de que estaba manejándose la idea, que el director técnico quería al jugador y que viéramos cómo estaba el caso, en qué venía, nos consultaron qué nos parecía y qué podíamos hacer respecto a eso”, contó.

“Después de informarnos sobre el tema con el abogado del club, dijimos que nuestra recomendación era no traer un jugador que venga con una causa abierta. Eso fue el 1° de diciembre [de 2024] y lo avisamos”.

“Ante la decisión de contratarlo igual, lo que pretendíamos era lograr una cláusula de que ante el fallo o ante cualquier avance de la causa al jugador se le rescindiera el contrato: Peñarol se reservaba el derecho a desvincularlo. El jugador firmó el contrato sabiendo de la existencia de la cláusula a principios de enero.

Cuando llegó la instancia de los alegatos, la secretaría tomó “contacto con la secretaría de género de [el club argentino] Estudiantes [de La Plata]”. “Lo que pedimos fue la activación de la cláusula o la separación del jugador del plantel mientras se estuviera dando el proceso; lo otro que se pidió fue el cuidado en las declaraciones, porque no estábamos de acuerdo con algunas declaraciones de algunos representantes del club”, manifestó Patricia.

“Se tuvieron en cuenta las recomendaciones de las declaraciones, que incluían a cualquiera que las hiciera con respecto al tema. Con respecto a la desvinculación y la separación del plantel, nos dijeron que había que esperar el fallo judicial. Después, cuando se dictó la sentencia, fue un montón de sentimientos”, apuntó Patricia.

Al pasar raya, comentó: “Hicimos lo que pudimos con las herramientas y con los recursos que tuvimos en su momento. Si bien se entiende el derecho al trabajo y la presunción de inocencia, para nosotras no correspondía traer ningún deportista en estas condiciones; también nos quedamos con lo positivo, entre comillas, de haber logrado que se estableciera la cláusula que le permitía al club desvincular al jugador sin que este pudiera hacer ningún reclamo. La sensación es de tristeza por toda la situación vivida y pensando en la víctima”.

La secretaría del club recibió críticas ante la exposición de este tema, y las integrantes más conocidas sufrieron violencia digital: “Hoy en día tengo gente que está felicitando a la Secretaría de Género y, por otra parte, hay gente que está prácticamente pidiendo la renuncia de toda la secretaría y que está diciendo que no sirve para nada”, señaló Patricia.

Ella considera que el caso sirve para “dejar un precedente” en el club: “Son cosas con las que uno aprende para que no se vuelvan a cometer”.

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