Las bolillas determinaron el camino de Uruguay en el Mundial 2026. La celeste integrará el grupo H junto con España, Arabia Saudita y Cabo Verde. En una ceremonia larga, y por momentos tediosa, la fortuna para los uruguayos fue de menos a más; primero salió en la zona de la selección española, después de perder ya en la primera bolilla una de las combinaciones más amigables, con primacía de lo emocional, ya que pasamos de largo de jugar en el grupo A los tres partidos en México; y después otra pequeña frustración fue no estar tampoco en la serie de Canadá, con un verano más amigable en por lo menos dos de los tres partidos. Allá a las cansadas nos tocó acompañar a la cabeza de serie España y segunda en el ranking FIFA, que viene de ganar la Eurocopa, pero luego, en teoría, y sólo en teoría, pareció mejorar la suerte con el resto de los rivales. Hubo un momento de tensión cuando pudo tocar Noruega en el bombo 3, lo que conformaba un cuadro de arranque complicadísimo, pero por suerte la bolilla de los escandinavos apareció antes de que los noticieros y programas deportivos vernáculos pudieran recordar que Erling Haaland jugó una vez en un Mundial contra Uruguay, perdió y no anotó. Fue en el Mundial sub 20 de Polonia 2019 que ambas selecciones se enfrentaron, y Uruguay ganó 3-1. Pero eso quedará para más adelante si por casualidad o causalidad nos llegamos a enfrentar en el Mundial.
Un aspecto positivo de caer en el grupo H fue la ruta de ciudades donde se disputarán los partidos, distancias relativamente cortas al sureste de Estados Unidos en la península de la Florida y en el centro-este mexicano en Guadalajara. Bastante cómodo para los traslados y una de las opciones menos costosas para quienes puedan viajar desde Uruguay; seguramente serán muchos los compatriotas que se sumarán a los uruguayos que viven allá y harán los kilómetros que sean necesarios para erizar la piel cuando suene el himno previo a los partidos. De todas maneras, en este ensamble de partidos de la serie, la FIFA no se pudo ajustar a lo pensado y planificado para la fase de grupos, que decía que no podía haber vuelos superiores a las tres horas entre partido y partido: cuando la selección uruguaya parta de Miami a Guadalajara, ese vuelo directo tomará tres horas y media.
El sábado, un día después del sorteo, la FIFA anunció las sedes y los horarios de todos los partidos de la primera fase. Si bien había un esquema base, se ajustaron pequeñas cosas de acuerdo con los husos horarios de los países implicados en cada encuentro y también con un sentido marketinero para que las grandes figuras jueguen en horarios centrales.
Uruguay tendrá horarios ideales que exceden la jornada laboral clásica, y las parrillas ya se arrancan a prender en las cabezas de quienes arrancaron a vivir las jornadas mundialistas desde el vamos. Los primeros dos encuentros serán en Miami, en el estadio Hard Rock, con capacidad para 65.326 espectadores, que fue construido en 1987, pero no se utilizó en el Mundial 1994, aunque ha sido innúmera veces sede de espectáculos masivos. Fue sede en seis ocasiones de la final del Super Bowl de fútbol americano, y en la última Copa América recibió tres encuentros, incluida la final. La celeste jugó la fase de grupos ante Panamá y ganó 3-1 con goles de Maximiliano Araújo, Darwin Núñez y Matías Viña.
En el estadio donde jugó de locatario en el último Mundial de Clubes el Inter Miami de Luis Suárez –porque Inter, hasta este año, juega en Fort Lauderdale, en el Chase Stadium, donde el sábado consiguió su primer título absoluto de la MLS– Uruguay debutará el lunes 15 de junio frente a Arabia Saudita, a las 19.00, y el domingo 21 chocará ante Cabo Verde a la misma hora.
El cierre de la fase de grupos será el viernes 26 de junio frente a España, a las 21.00. Ese encuentro irá en el estadio Akron de Guadalajara, México, con capacidad para 46.300 espectadores. Es el escenario de Chivas y se estrenó en 2010.
Ahí Uruguay logró la medalla de bronce en los Juegos Panamericanos de 2011. En la fase de grupos igualó 1-1 con Trinidad y Tobago, le ganó 1-0 a Ecuador y perdió 5-2 con México. En semifinales cayó 1-0 con Argentina y en el encuentro por el tercer lugar venció 2-1 a Costa Rica.
En Guadalajara, Uruguay ya jugó un discutidísimo partido mundialista en México 70, cuando Brasil presionó de manera antirreglamentaria para cambiar la sede de la semifinal ante la celeste, que debía ser el estadio Azteca, pero pasó para el Jalisco, donde los brasileños se habían hecho locales.
Para 1986, la verdeamarela siguió su vínculo con Guadalajara y con el estadio Jalisco, y allí venció a España 1-0 por el grupo. A la celeste de Omar Borrás no le tocó Guadalajara en 1986.
De Miami a Guadalajara hay, como ya se señaló, aproximadamente más de tres horas y media de vuelo. Es altamente probable que la celeste haga base en la ciudad estadounidense, donde permanecerá gran parte de la primera rueda.
Los caminos en el horizonte
Si Uruguay gana su zona, jugará en Los Ángeles frente al segundo del grupo J, que tiene como gran favorito al campeón mundial, Argentina, que enfrentará a Austria, Jordania y Argelia, aunque, como en todos los grupos, partidos son partidos y nadie asegura nada. Entre otros, lo sabe Argentina, con Lionel Scaloni, Messi y compañía, que empezó el Mundial de Qatar perdiendo inesperadamente con Arabia Saudita. En caso de que el equipo de Marcelo Bielsa sea segundo, volverá a Miami para jugar con el primero de la zona de los albicelestes, con la gran probabilidad de afrontar el clásico del Río de la Plata en dieciseisavos de final.
Si Uruguay es uno de los mejores terceros, hay tres opciones posibles: los primeros del grupo A, del G o del I. Dentro de un número enorme de posibles rivales, algunas selecciones que podrían ir por ese camino son México, Bélgica, Francia y Noruega.
Antecedentes positivos en mundiales
Con España la racha global es adversa; Uruguay nunca le pudo ganar en diez encuentros de mayores: fueron cinco derrotas y la misma cantidad de empates. El último enfrentamiento oficial fue en la Copa Confederaciones 2013, en la que los europeos se impusieron 2-1 en el último partido de la fase de grupos, en un trámite en el que la celeste prácticamente no tuvo dominio de la pelota. Luis Suárez, sobre el final, maquilló un resultado que, a juzgar por los merecimientos, pudo ser más abultado.
En mundiales, la suerte es superior; Uruguay enfrentó dos veces a España. La primera fue el 9 de julio de 1950, en el marco de la fase final del campeonato en el que la celeste logró su última copa mundial. Alcides Ghiggia abrió la cuenta a los 29 minutos, Estanislao Basora puso dos goles casi consecutivos para dar vuelta el marcador, y en la recta final Obdulio Varela puso el 2-2 final. Ese punto les permitió a los uruguayos llegar a la última fecha con chances de levantar el trofeo Jules Rimet si vencía a Brasil en Maracaná; el resto es historia.
El segundo choque fue el 13 de junio de 1990, en Italia; fue empate 0-0 en la recordada jornada en la que Ruben Sosa pateó el penal a la estratósfera, o por lo menos al centro de Udine, en un partido en que aquel equipo de Óscar Tabárez, que debutaba en el Mundial, fue infinitamente superior a su rival. Lo que pocos recuerdan es que la infracción dentro del área se originó en un cabezazo que Francisco Paco Villarroya, defensor español, atajó en la línea con la mano y luego pegó en el palo. Aquella instancia cambió por completo el destino y el juego uruguayo, que después de ese empate con España y la derrota en Verona con Bélgica consiguió –de vuelta en el estadio Friuli de Udine– clasificar con el agónico gol de Daniel Fonseca ante Corea del Sur en la última fecha.
Ante Arabia Saudita solamente hay un antecedente mundialista; fue la segunda fecha del grupo A del Mundial de Rusia 2018. En Rostov del Don, la celeste se impuso 1-0 con gol de Suárez, que festejó con la pelota en la panza anunciando públicamente y de forma oficial la llegada de su tercer hijo. El fútbol como parte de la vida.
José María Giménez, Guillermo Varela y Rodrigo Bentancur fueron titulares en esa jornada, y seguramente repitan en la nómina final de Bielsa. A los 82 minutos ingresó Naithan Nández, mientras que Giorgian de Arrascaeta estuvo en el banco, pero no tuvo participación.
Cabo Verde jugará el Mundial por primera vez; nunca antes enfrentó a la celeste.
¿Cómo llegaron los rivales de Uruguay al Mundial?
El camino que recorrió la celeste para llegar a la Copa del Mundo es conocido; fue cuarto en las Eliminatorias sudamericanas más fáciles de la historia. A Uruguay le costó el tránsito en la recta final, desde el juego, los resultados y la identificación con el público. La falta de tensión competitiva hizo lo suyo, pero el desenlace estaba marcado pese a los tropiezos del camino.
España viene de ser campeón de la Eurocopa y lidera el ranking FIFA. Sacó el boleto mundialista al obtener el grupo E en Europa, donde enfrentó a Turquía, Georgia y Bulgaria. Ganó cinco partidos y empató uno, anotó 21 goles y solamente recibió dos. Es una selección que va dentro de las candidatas. Lamine Yamal, Pedri y Rodri son algunos de los jugadores clave en un plantel repleto de figuras.
Cabo Verde hizo una gran etapa clasificatoria. Fue primero del grupo D en África, junto con Camerún, Libia, Angola, Islas Mauricio y Suazilandia. Ganó siete partidos, empató dos y perdió uno. Hizo 16 goles y recibió ocho. La mayoría de sus futbolistas militan en torneos de segundo orden de Europa. La gran figura es el delantero Ryan Mendes, que lleva 22 goles en 87 partidos con la selección que capitanea.
De los tres rivales, Arabia Saudita fue el que tuvo el camino más sinuoso. No pudo obtener la clasificación en primera instancia; quedó atrás de Japón y Australia. Eso lo relegó a la última ronda en la que se quedó con el triangular que lo emparejó con Irak e Indonesia. Saud Abdulhamid, zaguero de 26 años que juega en el Lens de Francia, a préstamo de la Roma de Italia, es el jugador más destacado.
Es complejo trazar un paralelismo respecto a clasificaciones anteriores, ya que al ser un campeonato del mundo de 48 clasificados hubo más instancias y diferentes formas de disputa. Aun así, es bastante factible aclarar que en un torneo de 32 selecciones los árabes no estarían, mientras que Uruguay, España y Cabo Verde hubieran clasificado de igual manera.
Planteles con el máximo de 26 jugadores
Otro detalle reglamentario que se definió el último fin de semana fue el número de jugadores que podrá tener cada plantel en el Mundial 2026. Se estableció que el mínimo será de 23 futbolistas y el máximo de 26. Todos los deportistas que no ingresen como titulares podrán integrar el banco de suplentes, a diferencia del torneo pasado, en el que había que dejar a tres fuera de la nómina en cada partido.
Por conversaciones extraoficiales entre Bielsa y Jorge Giordano, director de las selecciones nacionales, Uruguay viajará con 26 jugadores en la lista.
Lo que hay para ver
Es muy difícil encontrar un grupo de la muerte con tantas selecciones, muchas de ellas de poco poderío en el fútbol continental. El aumento a 48 participantes generó pocos partidos de real interés en la primera fase de la competencia.
El encuentro inaugural será el 11 de junio, en la capital mexicana, entre México y Sudáfrica, con un guiño al Mundial 2010, que también arrancó con ese enfrentamiento.
Otros partidos destacados en la fase de grupos son Brasil-Marruecos, en Nueva York; Países Bajos-Japón, en Dallas; España-Uruguay, en Guadalajara; Noruega-Francia, en Boston; Colombia-Portugal, en Miami, e Inglaterra-Croacia, en Dallas.