Las noches de Copa Libertadores tienen condimentos especiales. En este caso, la calurosa noche que invadió Montevideo ayudó a que el marco de público fuera muy bueno. La parcialidad de Boston River completó el sector de la tribuna América contra Amsterdam, haciendo ruido con bombos y alguna vuvuzela que quedó guardada desde Sudáfrica 2010.

Un puñado de brasileños se ubicaron en la Olímpica. Intentaron algún cántico en la previa, pero el número de convocados atentó contra el carnaval bahiense pese a los intentos infructuosos.

El partido tampoco colaboró. Ritmo cansino, pocas situaciones de gol y dos equipos que no tomaron grandes riesgos al conformarse con el resultado final; el 0-0 fue grande y justo. En siete días se escribirá el final de esta serie.

La historia de siempre

Cuando se oponen equipos brasileños y uruguayos la lógica marca que la pelota sea de los nacidos en Brasil y que los de esta latitud defiendan con uñas y dientes para evitar los avances del rival. Historia repetida que tuvo otro capítulo en el irregular césped del estadio Centenario.

Bahía dominó terreno y pelota, pero muy pocas veces logró que esa superioridad fuera suficiente para generar peligro. La más clara fue un tiro de Jean Lucas, que sacó magistralmente Bruno Antúnez a mano cambiada. El jugador brasileño, anteriormente, había tenido un cabezazo que se perdió por encima del horizontal.

El equipo visitante comenzó jugando con tres en el fondo. Al ver que Boston River se replegó, pasó a línea de cuatro. Más allá de colocar un defensor más, lo que buscó Rogerio Ceni fue tener más peso ofensivo por las bandas, soltando a los laterales y dejando dos zagueros con Valentín Adamo como referencia.

El sastre tuvo pasajes pequeños de tenencia de balón, aunque no pudo contragolpear ni profundizar con pelota dominada. Los volantes pasaron en corto y sin romper líneas.

El trámite se fue con un cero enorme al descanso, en la calurosa noche en el Centenario, donde los vasos de agua y refresco fueron los grandes protagonistas de la primera mitad.

El segundo tiempo mantuvo la misma tónica, aunque hubo una explosión en la poblada tribuna América cuando Baltasar Barcia convirtió para Boston River en una jugada entreverada y tras varios rebotes. El que pudo ser el tanto para abrir el marcador fue anulado por fina posición adelantada de Adamo cuando fue a disputar el balón aéreo con el arquero Marcos Felipe.

A diferencia de la primera mitad, el equipo uruguayo jugó algunos metros más lejos de su arco e ilusionó con transiciones rápidas que se terminaron diluyendo. Con el paso de los minutos, físicamente los brasileños estuvieron más sólidos y ganaron los duelos. Lo mejor de los de Jadson Viera, como toda la noche, fue la seguridad de su dupla de zagueros centrales, inquebrantables.

En el epílogo dio la sensación de que los dos se conformaron con el empate. Boston River viajará al norte brasileño con la serie abierta, mientras que Bahía sacó una igualdad de visitante y buscará sacar boleto a fase de grupo de Copa Libertadores el jueves que viene en el estadio mundialista Arena Fonta Nova.