Lo que fue y debió terminar como una fiesta terminó en desastre. San José, en el alargue, ganó la final y la Copa Nacional de Selecciones al derrotar a Lavalleja por 2-0 con goles de Juan Manuel Alonso –en sociedad con Gregorio Almeida, que lo hizo en contra– y de Bruno Antúnez, que pateó el penal y puso el 2-0. Ahí terminó y empezó todo.
San José ganó 2-0 en el global después de haber empatado en la ida 0-0 en Minas. El equipo de Heber Noya, en un proceso de renovación de la gran generación de futbolistas de San José, logró llegar partido tras partido al ansiado y peleado título. Cuando el penal y el segundo gol, se desató lo que no queríamos ni esperábamos ver: corridas, peleas, gente metiéndose en la cancha y ausencia de seguridad.
Un desastre tapando una maravilla.
Lo que queríamos
Hinchas de Lavalleja durante el partido San José vs Lavalleja, revancha de las finales de la 21ª Copa Nacional de Selecciones, el 12 de abril, en el Estadio Casto Martínez Laguarda, en San José.
Foto: Fernando Morán, Agencia Gamba
La escenografía y el ambiente estaban preparados. Una ciudad de 38.000 habitantes, de vida común y significativa al mismo tiempo, recibe en su estadio, el estadio –así le llamamos los canarios a nuestro templo sin necesidad de aclarar que es el Martínez Laguarda o el Lavalleja o el que sea–, la final. No es una final cualquiera, es la final, la final de nuestro mundo en la aldea global y, por más que entre los dos departamentos se suman poco más de 150.000 habitantes, parece que todos hablamos, pensamos y soñamos con este partido.
A las 20.50, cuando por fin se pitó el inicio, ya todos los que estábamos ahí habíamos vivido parte de lo que habíamos ido a buscar, un clima único e increíble que baja a una sociedad aldeana y de vecindad física y no virtual, lo que se vive allá lejos en los recortes de realidad que nos muestran los directores de cámara de la FIFA o de la UEFA. Acá hay mates lavados, torta fritas de estimable diámetro, humo de chorizos y humo de colores de bengalas y de fuegos artificiales.
Imposible abstraerse del ambiente generado por la gente, particularmente por esa hinchada minuana que copó uno de los sectores de la tribuna principal y empujó, empujó y empujó aun antes de que empezara el partido, de manera tal que eso se tradujo en una acción de predominancia de los visitantes, que, con la fuerza de su gente, arrancaron el partido en campo contrario. Después de que Lavalleja tomara la iniciativa en el arranque del partido, San José se acomodó rápidamente, tomó su impostura de equipo local y dinámico y trató de llevar la pelota a campo contrario.
Se puso buenísimo el juego, porque los serranos no quedaron por detrás de su intento de juego y, con dos grandes remates, los buenos zapatazos sacudieron al invicto Pancho Paredes, que contuvo de muy buena manera en la primera, dando el rebote que promovió una segunda intervención del arquero maragato –que fue reclamada como penal–, y en la segunda también, ante un remate de media distancia sacando la pelota al córner.
El tiempo se pasó volando. Cuando quisimos acordar, los miles de presentes en el casto Martínez Laguarda vimos que ya estaba llegando el final de la primera parte. Sucede que entre trancazos, estocadas, remates de larga distancia y juego asociado o cortado estábamos siendo testigos de una gran final.
Otra historia
César Martínez, de Lavalleja, Nicolás Rebollo, de San José, durante el partido San José vs Lavalleja, revancha de las finales de la 21ª Copa Nacional de Selecciones, el 12 de abril, en el Estadio Casto Martínez Laguarda, en San José.
Foto: Fernando Morán, Agencia Gamba
El segundo tiempo arrancó con todo, pero esta vez el impulso fue del local San José, que en los primeros cinco minutos tuvo dos situaciones de extremo peligro que fueron salvadas en ambos casos en la línea de gol por parte de los defensas serranos.
El zaguero Diego Rodríguez, con su zurda, empezó a tener incidencia en las pelotas quietas y en los tiros de esquina.
Fue una tromba San José, que en ese caso estaba asumiendo su condición de finalista local y de equipo con tantas aspiraciones como ganas de alegrar a sus vecinos.
El ingreso de Kevin Torena en San José pareció estimular aún más el juego y la tribuna de los locales, que cada vez jugaban más rápido y punzantes.
Para Lavalleja la segunda parte no fue lo mismo, pero ello no quería decir que no pudiera asumir el intento de neutralizar a su antagonista, que, al revés de la primera parte, estaba siendo protagonista. Partidazo.
En la media hora, Gerardo Cano, el diablo que sabe por diablo pero más por experiente, colocó en cancha a Andrés Berrueta acompañado por Gabriel Chaine, y entre los dos cambiaron las sensaciones y metieron peligro.
Volvió a quedar instalada la idea de que la visita podría ganarlo, pero esta vez contrastada por un manojo de carreras de contra que San José intentó sin éxito.
Los corazones explotaban, la expectativa y la angustia se pisaban, se pechaban y no había forma de jugar o mirar el partido sin la tensión que linda entre el alivio y la preocupación.
Todo y nada
El alargue fue realmente una locura: emotivo, nervioso, con ataques para un lado y para el otro y la tribuna reventando.
Fue Torena el primero en levantar el estadio con una jugada excepcional por derecha, gambeteando y engañando rivales hasta llegar a la puerta misma del arco, donde Valentín Melgar se interpuso justo.
Hubo también un par de jugadas peligrosísimas protagonizadas por los delanteros de Lavalleja, pero llegando al final del primer chico, cuando San José era un vendaval, una pelota que llegó desde la izquierda por Torena fue taqueada por Alonso y la pelota que iba hacia el arco fue desviada por Almeida, que le cambió por completo la trayectoria para vencer a Melgar, que quedó congelado en la línea del arco.
Juan Manuel Alonso, de San José, tras convertir el primer gol de su equipo durante el partido San José vs Lavalleja, revancha de las finales de la 21ª Copa Nacional de Selecciones, el 12 de abril, en el Estadio Casto Martínez Laguarda, en San José.
Foto: Fernando Morán, Agencia Gamba
De inmediato fue expulsado por doble amarilla Marcelo Martínez, lo que hizo que los serranos quedaran con un futbolista menos para afrontar los últimos 15 y buscar la épica del empate.
Juan Manuel Alonso, de San José, junto a Nicolás Rebollo, tras convertir el primer gol de su equipo durante el partido San José vs Lavalleja, revancha de las finales de la 21ª Copa Nacional de Selecciones, el 12 de abril, en el Estadio Casto Martínez Laguarda, en San José.
Foto: Fernando Morán, Agencia Gamba
En el segundo chico todo sucedió. Lo que esperaban y soñaban los deportistas y los hinchas y lo que no queríamos que pasara: que la violencia se apoderara de una instancia única. Una macana junto con una alegría.
San José campeón.
Nicolás Rebollo, capitán de San José, en la final de la 21ª Copa Nacional de Selecciones, el 12 de abril, en el Estadio Casto Martínez Laguarda, en San José.
Foto: Fernando Morán, Agencia Gamba
.