Plaza y Cerro jugaron un partido animado en Colonia. Plaza, por seguir confirmando solidez en su vuelta a primera división, y quizá por arañar una copa internacional. Además, hacerse fuerte en su casa, más allá de que el partido se jugó en el Supicci.

Cerro, por su parte, en un romance con el descenso, le ganó a River, que está hundido en la tabla, lo que le permitió respirar al equipo del Campeón de América, Tabaré Abayubá Silva. El elenco local que dirige técnicamente Sebastián Díaz comenzó dominando el encuentro.

Encontró un gol tempranero que le permitió ver las cosas de otra manera. Fue obra de Cristian Barros, que recibió en soledad un centro desde la derecha. Con aplomo, convirtió el primero del partido.

Christian Ebere, que es figura en el pata blanca, tuvo una clara que tapó Mathías Cubero en gran acción. Así, un par de intentos del nigeriano ex Nacional, que, según lo acordado, volvería al tricolor, pero esa es otra crónica. El gol y la supremacía de Plaza parecieron despertar la rebeldía de la visita. Cerro se animó, contó con unas cuantas banderas con los nombres de todos los rincones de su barrio. Agustín Miranda encontró el empate con una volea fulminante. Minutos después tuvo el segundo cuando recibió un centro desde la izquierda y apareció como número nueve.

El partido se volvió de ida y vuelta porque Plaza no claudicaba en su afán por mantener el dominio. No Cerro en su pugna por los tres puntos, de los que se dicen de oro. Recién sobre el final del primer tiempo, otra vez con Ebere, que tiró un sin fin de diagonales. Ebere encontró a Lucas Carrizo, pero este definió por encima del horizontal en una clara oportunidad de gol.

El segundo tiempo siguió en el mismo tenor de partido entretenido, pero sin inquietar demasiado los arcos. Fue recién sobre el final que subió el voltaje. La épica cerrense pareció aflorar y pisando los 90 se puso arriba en el marcador, algo que parecía definitivo. Matías Ocampo desbordó por la izquierda y Máximo Alonso le dio el pase a la red.

Los de las banderas deliraron. El viaje a Montevideo iba a ser una fiesta, pero en los descuentos, otra vez Christian Ebere, a tezón y porfiado, ubicó a Santiago Otegui, que empató el partido para dejar en tablas las emociones. Con el empate, Cerro mira por un rato desde el balcón las posiciones del descenso.