¿Qué tienen en común John Cleese, el famoso comediante de Monty Python, y Lionel Messi? No parece ser la comedia, aunque podríamos estar prejuzgando la chispa humorística del astro argentino. Por lo pronto, lo que los une es su incursión en el mercado de los NFT.

“El lanzamiento de mi #NFT en @ethernity arrancó hoy a las 12 pm. Estos NFT son piezas únicas de arte digital que permanecerán para siempre en la blockchain y te permitirán entrar al #Messiverse. Asegúrate de estar listo para conseguir el tuyo”, publicó en sus redes el flamante jugador del París Saint-Germain.

Traducida y extendida, la sigla NFT significa token no fungible. Y un token no fungible es una representación digital de un activo que se encripta mediante tecnología blockchain para hacerlo único y asegurar su autenticidad; una suerte de certificado que demuestra la propiedad y la procedencia de un artículo digital coleccionable.1

Cualquier contenido digital puede ser un NFT, desde una canción hasta una columna de prensa, pasando por fotos, memes e incluso un tuit o un pixel. Es un negocio extraño y difícil de comprender, pero que actualmente mueve millones de dólares.

En este caso concreto se trata de una colección compuesta por un “conjunto de piezas” que capturan “logros, momentos y el amor al equipo”, señaló BossLogic, el artista gráfico a cargo de su diseño.

¿Otra muestra de exuberancia irracional? ¿Una alerta de la burbuja financiera? ¿Un fenómeno que llegó para quedarse? Las opiniones siguen divididas, así que habrá que esperar.

Here we go again: el renovado impulso del bitcoin

Repitiendo su patrón característico, la criptomoneda más célebre de todas vuelve a ponerse a tiro y recupera todo el terreno perdido en los últimos meses. Entre mayo y abril su cotización se desplomó, pasando de 64.000 dólares a 30.000 dólares. Desde entonces, subió, bajó y volvió a subir, y actualmente se acerca a los 50.000 dólares.

Entre tanto subibaja, se compró en Argentina el primer automóvil cero kilómetro con bitcoin y se presentó en Uruguay un proyecto de ley para regular el uso y las transacciones de criptomonedas.2 Y entre tanto subibaja, volvieron los cuestionamientos y las especulaciones extremas: ¿la cotización superará los seis dígitos o se hundirá hasta cero? Como pasa con los NTF, las opciones siguen divididas.

¿Pero qué pasaría si valiera cero? Según The Economist, “el resultado sería la destrucción de una cantidad significativa de riqueza... Las mayores pérdidas relativas al precio de compra recaerían sobre aquellos que compraron hace menos de un año. Eso incluiría la mayoría de los inversores institucionales expuestos a las criptomonedas, incluyendo fondos de alto riesgo, fondos universitarios, fondos mutuos y algunas compañías”.3

Además, “el contagio podría extenderse a través de varios canales a otros activos, tanto cripto como del sector tradicional de las finanzas”. Sin embargo, “para que se diera una crisis general de los mercados muchas cosas tendrían que salir mal”. El problema es que el criptouniverso está en fase constante de expansión, por lo que la validez de ese último “sin embargo” podría caer más temprano que tarde.