El dato

En un artículo publicado en el blog del Instituto de Economía de la Universidad de la República (Iecon), los investigadores Mauricio de Rosa, Guillermo Sánchez, Andrea Vigorito y Joan Vilá analizan la evolución reciente de la desigualdad tras la crisis provocada por la irrupción de la covid-19 en 2020.1 En cuanto a la distribución del ingreso entre los diferentes actores que participan en la economía, estiman que las rentas del trabajo, entendidas en su sentido más amplio (asalariados e ingresos por trabajo de cuentapropistas y patrones) todavía no alcanzaron los niveles de 2019.

Adicionalmente, calculan que la pérdida acumulada de su participación en el PIB desde 2019 a 2023 alcanza los 7.440 millones de dólares, o, lo que es lo mismo, un 13,6% del PIB que tenía Uruguay en 2019.

El contexto

¿Qué es la masa de remuneraciones laborales y qué diferencia tiene con la masa salarial?

La masa salarial es la suma de los ingresos de los asalariados dependientes. En general, se presenta como un porcentaje del PIB, ya que se interpreta como la proporción de los ingresos del país que corresponde a la participación de los trabajadores (con relación al valor total generado por la economía).

Por otro lado, la masa de remuneraciones laborales (MRL) es un indicador más abarcativo, ya que incluye, además de las remuneraciones de los asalariados, parte de los ingresos de los trabajadores por cuenta propia (independientes, vendedores ambulantes, etcétera) y de patrones. Esto se hace para capturar adecuadamente la estructura de ingresos de personas que no están en situación de dependencia, pero que a menudo tienen una vinculación similar a la de los asalariados tradicionales con el mercado de trabajo.

¿Cambian las conclusiones por usar un indicador o el otro?

No. Si bien, por construcción, la masa salarial es menor que la MRL todos los años, los resultados del análisis de la evolución de ambas medidas durante el período analizado son similares. Esto se da tanto en el punto de llegada, que está por debajo de los niveles de 2019, como en la forma que tomó la pérdida acumulada en el período.

¿Qué rol tuvieron la evolución del empleo y del salario en esta trayectoria?

En 2020 la crisis golpeó con fuerza debido a la disminución conjunta del salario real y del empleo. Sin embargo, la recuperación posterior se debió principalmente al aumento en la cantidad de empleos, dado que el salario real continuó disminuyendo. Esta caída fue un factor clave en la reducción de la masa salarial durante 2021 y 2022.

¿Qué se sabe de la evolución de la desigualdad en los últimos años?

La recuperación económica no benefició a todos por igual.2 Aunque el nivel del PIB en 2021 ya estaba por encima del de 2019, la recuperación fue despareja y los indicadores de desigualdad han venido reflejando un deterioro.

Según las estimaciones del Iecon, los ingresos de los hogares de 2023 tuvieron en promedio una caída de 1,6% respecto de 2019. Los hogares con ingresos más bajos fueron los que quedaron más abajo en la comparación. En el otro extremo, el 5% más rico de la población fue el único que logró incrementar –de forma muy relevante– sus ingresos. Si se excluye a este 5%, la caída promedio del ingreso del restante 95% de la población fue todavía mayor (2,6%).

Desde 2019 a 2023, el coeficiente de Gini (que muestra qué tan desigual es la distribución del ingreso) ha mostrado un aumento constante, pasando de 0,382 en 2019 a 0,390 en 2023. Este incremento, aunque parezca pequeño, es relevante, ya que el índice de Gini es una medida estructural de la desigualdad sensible frente a cambios relevantes. Adicionalmente, la desigualdad mirada exclusivamente dentro de la masa de remuneraciones laborales también ha aumentado con respecto a 2019 (pasó de 0,417 en 2019 a 0,429 en 2023).