Fue difícil encontrar el tiempo para escribir estas líneas. No descubro nada al afirmar que el tiempo es un elemento que atraviesa todas las dimensiones de nuestra existencia. Al contrario de la expresión típica de estos tiempos “no tengo tiempo”, ya colonizada por un valor que se asimila a capital, el tiempo es, esencialmente, lo único con lo que contamos. Más aun, somos en el tiempo: podemos crecer, planificamos acciones, concretamos opciones. Resulta un elemento ineludible al considerar plazos, costos y beneficios, esfuerzos, pertinencia, prioridades, etcétera.

La educación, como práctica humana, se encuentra atravesada por distintas temporalidades, que en algunos casos coinciden o se superponen, pero que no siempre se articulan, provocando dispersiones más o menos razonables, según se las quiera ver. Podemos detenernos en algunas de ellas para intentar visualizar la complejidad del asunto:

1) Los tiempos del sistema político: navegan entre el mediano y largo plazo de generar apuestas que implican transformaciones sociales, cambios estructurales, visiones de ciertos desarrollos deseables; y el corto plazo de los resultados tangibles, concretos, visibles que den cuenta de que “se está haciendo algo”. En educación, para graficarlo, se navega entre la formación docente que incorpora gradualmente las tecnologías y la inauguración de una nueva escuela.

2) Los tiempos de los _policy makers_: en estrecha relación con el sistema político, pero que se vinculan con mediante su expertise técnica. Navegan entre el mediano plazo del proceso de investigación en cualquier tema que, aun transitando un determinado cronograma, trascurre “paralelo” a los avatares de las discusiones y prácticas cotidianas, y el corto plazo de la urgencia de elaboración de informes que requiere el sistema político para procesar la toma de decisiones o de las respuestas “técnicas” que necesitan ciertos frentes. En educación, para graficarlo, se puede palpar en la distancia entre implementar programas de impulso a pautas de convivencia y generar medidas para revertir ciertos actos de violencia.

3) Los tiempos de los educadores: navegan entre el mediano plazo de formar para la ciudadanía compartiendo una herencia cultural y el corto plazo de entregar boletines, plantear instancias de evaluación, desarrollar contenidos, terminar programas, coordinar con otras instituciones. En educación, para graficarlo, se aprecia en las distintas instancias de reunión y discusión que llevan a formular un proyecto institucional y la necesidad de repensar una actividad porque hay un mal pronóstico de clima.

4) Los tiempos de los educandos: navegan entre el mediano plazo de articular educación y otros aspectos del proyecto vital como el trabajo, y el corto plazo de preparar una instancia de evaluación o de reunirse con compañeros a realizar una tarea en grupo. En educación, para graficarlo, se traduce en el discernimiento de si se debe desafiliarse del sistema educativo formal o no por la necesidad de trabajar, y el discernimiento si elaborar personalmente o _copy- paste_ de una _wiki_ para llegar en tiempo a una entrega de un trabajo domiciliario.

Todos estos tiempos transcurren, valga la redundancia, simultáneamente; pero, a su vez, recorren diferentes registros, en grados más o menos directos a las distintas experiencias nombradas. Por ello, en algunas ocasiones los otros tiempos no se llegan a percibir. Y ello es fuente de conflictos (aunque no la única, naturalmente). Porque el manejo del tiempo, su administración, el carácter sucesivo de acciones más o menos dilatadas o más o menos agolpadas, también constituye un recurso. Y los actores intentan apropiarse de él, como también buscan apropiarse de recursos económicos, humanos o de infraestructura.

En pedagogía, la consideración de las coordenadas de tiempo y espacio resultan claves para estudiar las relaciones educativas y los procesos por los cuales los sujetos se constituyen en tales en su seno. Por ello, para la pedagogía es igual de relevante cómo transcurre el tiempo en una visita guiada de niños y niñas a un edificio público que la manera en que se conforman etapas en la construcción de un plan de educación en derechos humanos. Sin embargo, en un caso u otro, es cuestión de que pase tiempo, por lo que no es posible hacer educación en instantes inconexos.