Cuatro años después de que la Universidad Tecnológica (Utec) comenzó a dictar cursos, sus primeros 22 egresados recibirán sus títulos. Lo harán en una ceremonia que se llevará a cabo en el interior del país, siguiendo el impulso descentralizador que motivó la creación de la segunda universidad pública del país. En concreto, será el martes a las 18.30 en el Instituto Tecnológico Regional de Fray Bentos, que se ubica en el predio del ex Frigorífico Anglo.
Rodolfo Silveira, uno de los tres consejeros de la Utec, explicó a la diaria que se celebra un acto formal porque se trata de un mojón significativo para la sociedad que rodea a estas carreras: tanto para las familias de los estudiantes como para los docentes, ya que buena parte de ellos están desde el comienzo de la Utec. Al mismo tiempo, se trata de una oportunidad para “refrendar la presencia en los territorios y en el interior”, agregó.
Entre los graduados de esta primera cohorte, más de 70% constituye la primera generación que cursa estudios universitarios en sus respectivas familias. Además, 80% de ellos trabajan por lo menos 40 horas semanales, algo que para Silveira es significativo, y al tratarse en buena medida de jóvenes que trabajaban mientras estudiaban, sirve para desmitificar algunos estereotipos sobre ese tramo etario de la población.
Según consideró el consejero, la Utec está logrando su cometido de complementar la oferta de la Universidad de la República, a la que muchas personas no acceden por razones económicas, culturales o geográficas. “Muchas veces, a los padres les cuesta mandar a los gurises a Montevideo, y no sólo económicamente: hay una reticencia a que los muchachos se alejen y se separen de su entorno familiar”, dijo.
Silveira contó que en la institución que codirige hay un seguimiento permanente y personalizado de los estudiantes, lo que les permite saber por qué se desvinculan o se atrasan en el ritmo de cursada. Según un censo de estudiantes de la Utec, la mayor causa de deserción o de retraso en la cursada es el transporte, al contrario de otras hipótesis, que suelen estar sobre la mesa, como la existencia de un déficit en la formación de la enseñanza media, que en realidad constituye la tercera causa de desvinculación o atraso en la trayectoria curricular. En segundo lugar, Silveira explicó que se ubica la composición socioeconómica del hogar.
En relación con la primera causa, el transporte para traslados, el consejero señaló que a partir de esta experiencia de trabajo concreta han podido conocer la realidad del interior, que muchas veces se imagina desde Montevideo. Por ejemplo, señaló que a veces moverse entre lugares cercanos, como Mercedes y Fray Bentos, no es tan simple y que en un principio se encontraron con la situación de que el último ómnibus salía de una ciudad antes de la hora en que las clases en la universidad terminaban.
Silveira destacó la formación del personal de la Utec, lo que permite que haya “una cultura de universidad tecnológica” que consiste en “acompañar al estudiante en su proceso de aprendizaje”. Además, dijo que se trabaja no sólo pensando en la inserción laboral de los estudiantes a corto plazo, sino teniendo en cuenta que quienes se gradúan ahora “van a estar trabajando en el Uruguay de 2040, en una realidad muy distinta de la de hoy”. Para el consejero, es necesario “mirar los territorios y reconocer que, en cada región, Uruguay tiene realidades y demandas muy diferentes”. Al mismo tiempo, es importante “ser plásticos, pero manteniendo la excelencia académica, tener una institución que actúe desconcentrada y con rápida respuesta”.
La oferta
Quienes recibirán su título la próxima semana cursaron tres carreras diferentes. Una de las áreas en las que habrá egresados de esta primera generación es la lechería, en la que 100% de los graduados está empleado. El curso de Tecnólogo de Manejo de Sistemas de Producción Lechera se dicta en Nueva Helvecia, junto con UTU, y parte de la base de que “trabajar en una unidad productiva a nivel agropecuario es también una forma de vida, más allá de lo educativo”, señaló el consejero. Además, explicó que en esta carrera los egresados adquieren competencias para “gestionar un tambo en forma completa y global”, y que “un tambero es algo más que alguien que ordeña vacas, ya que conoce cómo gestionar una unidad de producción a nivel de lechería”.
La otra carrera del sector cuyos egresados recibirán títulos la semana que viene es la Licenciatura en Ciencia y Tecnología de Lácteos, que aborda integralmente el proceso de las industrias lácteas. En particular, la cadena de valor que se genera desde que la leche se recibe en la planta hasta el subproducto lácteo que se genera. Más allá de las crisis puntuales del sector, Silveira señaló que Uruguay se destaca en la producción lechera, y que se requiere cada vez más empleo de mayor calificación.
También habrá egresados de la Licenciatura en Análisis Alimentario, que se da en Paysandú, y para la que en las primeras generaciones se les dio prioridad para continuirla a los tecnólogos cárnicos y químicos egresados de UTU, que tenían educación terciaria pero no universitaria. Silveira planteó que en esta área, Uruguay requiere recursos humanos con esa calificación, ya que “vamos a seguir siendo un país productor de alimentos”, por lo que se requiere darles valor agregado, algo que en parte se logra por medio del conocimiento y la tecnología.
Además, 16 egresados de la Tecnicatura en Tecnologías de la Información recibirán su título en las próximas semanas, en fecha a todavía a confirmar. Estos graduados cursaron en la sede de Durazno bajo la modalidad semipresencial (30% presencial y 70% virtual). Silveira señaló que esa área de conocimiento es la que tiene más demanda, y dijo que en Uruguay el sector emplea a 32.000 personas y exporta 350 millones de dólares por año, fundamentalmente en el mundo del software, las aplicaciones y el desarrollo, al tiempo que se trata de un negocio que factura 1.000 millones de dólares anuales. Según el consejero, el sector demanda recursos humanos formados y con capacidad de emplearse o de emprender sus propias iniciativas, mientras que también permite el trabajo a distancia. “Aún quedan agujeros en la regulación del teletrabajo, algo que resulta imperativo, en la medida en que las empresas en su inmensa mayoría están radicadas en Montevideo”, añadió, y manifestó la necesidad de radicar empresas de software en el interior del país.