Elizabeth Ivaldi, integrante del Consejo Directivo Central (Codicen) de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), pidió “relativizar los resultados” del informe bianual sobre el estado de la educación en Uruguay que lanzó la semana pasada el Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineed), ya que “son resultados generalizados que no tienen en cuenta la realidad particular de cada estudiante”. Para la consejera electa por el orden docente, “hay que evaluar la evaluación”. Entiende, con preocupación, que “las evaluaciones se han transformado: pasaron de ser un instrumento técnico-pedagógico de análisis a ser un elemento en el debate político, algo que le hace muchísimo mal a la educación”; aunque no colocó intencionalidad en el Ineed, opinó que “los evaluadores deberían ver como no profundizar ni promover este efecto”.
En este sentido opinó Pablo Martinis, docente de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad de la República (Udelar), quien participó como revisor del informe del Ineed. Para Martinis, “el problema con la clase política uruguaya es que ha tomado la educación como campo de batalla: usan los resultados planteados en esta investigación para aprobar o desaprobar una gestión y no para verlos con una mirada a largo plazo que intente pensar los cambios necesarios”.
Pablo Caggiani, elegido como representante por los docentes en el Consejo de Educación Inicial y Primaria, consideró que “siempre que se pueda producir información hay que hacerla, el problema es que a veces la construcción de una agenda no está alineada a la educación pública”.
El informe sistematiza los datos de la Encuesta Continua de Hogares, del Tercer Estudio Regional Comparativo y Explicativo y del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA, por su sigla en inglés). Celsa Puente, directora general del Consejo de Educación Secundaria, opinó en ese sentido que el informe “no tiene ninguna novedad, recoge todos los hallazgos que se produjeron aportando información muy bien sistematizada, y es muy importante porque ordena la información”.
Mariano Palamidessi, director ejecutivo del Ineed, opinó que “nunca alcanza; el informe es un solo acto para la evaluación, no es palabra santa, es una evidencia sistemática con interpretaciones”. Para el director, una evaluación de carácter más personalizado tendría “un objeto de estudio distinto; este es un informe general del sistema, no es ni más ni menos importante que una evaluación en terreno, ambos pueden brindar luz para entender qué pasa en educación”.
Dentro del informe
Para Ivaldi, en la publicación del Ineed hay datos que “no se destacan lo suficiente”, y pone como ejemplo que “es un logro que se haya mantenido el nivel de la educación inicial, teniendo en cuenta que se busca la universalización y esto provoca, sobre todo en el nivel 3, una fuerte incorporación de niños que ha sido sostenida por los docentes”. Caggiani concordó con Ivaldi y aseguró que “el informe demuestra el aumento en la cobertura, y es importante que se marque el compromiso de miles de docentes que sostienen esta expansión”. Para la maestra estas evaluaciones de la educación también deberían “enfocarse en lo que se está haciendo bien, en vez de puntualizar lo que se hace mal, para ver las variables que hay que focalizar”.
Algo que destaca el informe como un hallazgo es que, a mejor clima de aula, mejor es el desempeño educativo, afirmación a la que se llega por medio de datos de encuestas que recogen la opinión de los estudiantes. Además, según el Ineed, la incidencia positiva del buen clima de aula se mantiene en contextos socioeconómicos desfavorables, por lo que es un buen instrumento para disminuir la desigualdad.
Caggiani apuntó que esto “no es novedoso para primaria, porque ya se ha planteado este problema de convivencia y se trabaja en la pedagogía multiaulas”, pero destacó que el informe haya hecho la consulta a niños, que “no son un informante sencillo”. Martinis también concuerda que en este aspecto “no hay novedades”, pero remarcó la importancia de “tocar temas de aspectos pedagógicos, que puedan incidir en la educación mediante los propios docentes”.
Desde el 96
Uno de los puntos de controversia presentados en el informe del Ineed es el estudio que elaboró el canadiense Richard Wolfe, que permite comparar las pruebas realizadas entre 1996 y 2013 en el marco de la Evaluación Nacional de Aprendizajes de Sexto Año, y que concluye que el resultado “parece indicar que no ha habido mejora” en los aprendizajes, puntualmente en los puntajes en lengua y matemática.
En el informe y su anexo no aparece la explicación de cómo se pudo comparar datos de evaluaciones que tienen “metodologías diferentes”, señaló Ivaldi: “No soy experta en evaluación, pero como docente he leído mucho sobre el tema y esas metodologías no las comprendo”. Martinis tampoco encontró explicación sobre cómo fue hecho este estudio, y opinó que “serían datos interesantes de tener, porque es un trabajo técnico interno”.
Sobre estos resultados, Palamidessi indicó que “hay un informe que tiene estado público, cualquiera que haga un pedido de acceso a la información pública podría obtenerlo”; de todas formas, explicó que es un estudio complejo, que contrapone teorías clásicas con investigaciones más modernas. El director del Ineed afirmó que “en algunos puntos puede ser un tema discutible, pero hay que ver más allá de eso; es un trabajo sobre las evaluaciones de la ANEP y señala explícitamente los cambios metodológicos que se realizaron a lo largo de los años. Además, el estudio toma en cuenta paralelamente las pruebas del laboratorio latinoamericano de evaluación de la calidad de la educación de la UNESCO”, remarcó.