Cuando asumieron sus cargos, las actuales autoridades del Consejo de Formación en Educación (CFE) de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) se propusieron generar algunos cambios, independientemente de la posibilidad de que se crearan nuevas instituciones como la Universidad de la Educación.
Una de esas transformaciones fue la actualización de los planes de estudio, aprobados en 2008, a excepción del de maestro en primera infancia, de más reciente creación. Algunos de los cambios acordados fueron la creditización, semestralización y la disminución de la cantidad de cursos, considerada excesiva en los planes de 2008. También se acordó la existencia de tres grandes núcleos: el equivalante, en el que estarán los contenidos de ciencias de la educación, el específico de la orientación del estudiante, y el de didáctica práctica. Por su parte, en las distintas comisiones de carrera también hubo acuerdo para que los estudiantes debieran pasar por prácticas de investigación y extensión.
Si bien originalmente el CFE había previsto que los nuevos planes fueran implementados en 2018, en diciembre del año pasado la diaria informó que su aprobación se postergaría un año para dar lugar a una mayor participación en el proceso que contribuyera a que los principios generales de los planes fueran llevados a la práctica.
Finalmente, el único nuevo plan que logró implementarse este año fue el de maestro y profesor técnico, que está siendo evaluado por una comisión.
La directora del CFE, Ana Lopater, informó a la diaria que los planes cuya actualización queda pendiente tampoco estarán listos para su aplicación en 2019, más allá de que se ha avanzado en su elaboración. Por ejemplo, la jerarca anunció que el nuevo plan de estudios para magisterio ya está aprobado por el CFE y ya fue enviado al Consejo Directivo Central (Codicen) de la ANEP para su homologación. En este caso, durante el año que viene se trabajará en la elaboración de los programas de los cursos. En los casos de profesorado y educador social, se seguirá trabajando para terminar la estructura curricular y que puedan ser homologados por el Codicen. Según explicó Lopater, desde el consejo están especialmente preocupados por que la discusión se procese en el marco de una amplia participación, porque ello es necesario para que los principios de los nuevos planes se lleven a la práctica y no queden solamente en los papeles. En ese sentido, señaló que se trata de generar “los mayores acuerdos posibles”. Además, explicó que apunta a capacitar a los docentes para la aplicación de los cambios curriculares.