La expectativa que había en la sala más grande del Teatro Solís se rompió cuando entró en escena el Tío Piola, quien dijo que estaba llegando a un encuentro familiar y que debía encontrar a sus parientes Tío Percuta y Tío Soplido. Si bien los tres pertenecían a la misma familia, cada uno tenía familias propias, pero no estaban integradas por personas sino por instrumentos. De esa forma, cada uno presentaba a las tres familias de instrumentos que integran la Banda Sinfónica de Montevideo: cuerda, percusión y viento.

El público en el teatro estaba compuesto por niños de siete escuelas rurales de Lavalleja, Florida, Flores, San José, Cerro Largo, el centro y el oeste de Canelones, la 230 de Manga y la 13 de Canelón Chico. Además, mediante videoconferencia estuvieron grupos de las escuelas 9 de Cardona, 8 de Minas, 6 de Melo, 213 de Pando, 117 de San José –ubicada en Ciudad del Plata–, 44 de Soriano –de la localidad de Egaña– y la 101 de Paysandú. De esa forma, decenas de estudiantes participaron en la obra interactiva Una curiosa reunión de familia, en la que los tres protagonistas, una mezcla de payasos, acróbatas y músicos, presentaron la composición de la orquesta a los niños.

Además, al final del espectáculo hubo un espacio para que los niños hicieran preguntas al director de la banda, Martín Jorge. Los interrogantes llegaron no sólo desde la platea del Solís, sino también desde los distintos puntos de videoconferencia, que también habían respondido a algunas consignas que se plantearon desde Montevideo. Acompañados por sus maestros, los escolares habían preparado previamente preguntas para hacer a Jorge, quien sólo tuvo tiempo de responder algunas, pero las actividades continuarán en la plataforma Crea 2 del Plan Ceibal.

La obra de teatro del lunes no fue un hecho aislado, sino que se presentó en el marco del lanzamiento del programa Artistas en el Aula, organizado por el Plan Ceibal. Mediante este tipo de actividades, el programa tiene el objetivo de acercar distintas manifestaciones artísticas a la mayor cantidad de niños del país, además de potenciar el uso de tecnologías en las instituciones educativas con el uso de la videoconferencia. Está previsto que en el correr del año haya otras actividades de este estilo a las que puedan anotarse las escuelas y los centros de educación media. Cada encuentro incluirá materiales para trabajar antes y después de las instancias interactivas.

En el caso del intercambio con el director de la Banda Sinfónica de Montevideo, los niños preguntaron desde cuánto tiempo tuvo que estudiar para ser director de orquesta hasta si alguna vez había soñado con ocupar ese lugar en la banda. Jorge respondió que la primera vez que soñó con eso estaba sentado en una butaca de esa misma sala. La orquesta se despidió con un par de melodías, pero el auditorio reclamó “otra”. En concreto, los niños querían que interpretaran el conocido tema “Despacito”, aunque el director optó por la obertura Guillermo Tell, de Gioachino Rossini, popularizada años atrás por la serie El llanero solitario. Aunque no era tan reconocible para los niños, se compenetraron con la interpretación; muchos de ellos jugaron a ser directores por un rato, imitando los movimientos de Jorge mientras llevaba la batuta de la orquesta.