El Día Internacional de las Niñas en las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) se celebró el 26 de abril con múltiples actividades en el mundo, y Uruguay no fue la excepción. Varias organizaciones buscaron, mediante talleres vivenciales, contagiar en las niñas uruguayas el entusiasmo por las áreas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés). Desde la Mesa Interinstitucional de Mujeres en Ciencia, Tecnología e Innovación se presentaron datos que “evidencian de forma contundente la escasa participación de las mujeres en las áreas STEM, tanto a nivel educativo como laboral”, y se proponen articular para revertir esta situación.

En el documento “Claves para el desarrollo”, la mesa interinstitucional –que coordina la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP)– presenta un análisis de datos de 2017 proporcionados por el Consejo de Educación Secundaria (CES), que evidencian “diferencias entre varones y mujeres en la decisión acerca de la orientación educativa”. Esos datos muestran que a nivel de quinto año de liceo las mujeres son mayoría, con más de 60%, en las orientaciones arte y expresión, biológico y humanístico, mientras que en la orientación científico su participación desciende a 40%. La diferencia se acentúa en la elección que hacen en el último año del bachillerato: 45% sigue la opción de ciencias agrarias, mientras que sólo 34% opta por la orientación físico-matemática (ingeniería).

El análisis también aclara que en el nivel de la educación técnico profesional, en la órbita de UTU, “se observan diferencias en la forma en que se distribuyen varones y mujeres” y señala: “Las mujeres participan en menor medida que los varones, situación contraria a lo que sucede en secundaria; aunque con una marcada segregación por área”. En este sentido, indica que Industria, Informática y Producción son las que presentan menor presencia de mujeres, “mientras que, en el otro extremo, en Servicios y Comercio, Artes y Humanidades, y Administración las mujeres superan más de la mitad del estudiantado”.

Las cifras sobre las mujeres en las STEM en la educación universitaria y en el mundo del trabajo siguen esta misma tendencia, en la que el género femenino está representado en menor proporción que el masculino.

Ante estos datos, la mesa interinstitucional entiende que “avanzar en el desarrollo de políticas y acciones se torna fundamental”. Para eso, se entiende necesario que los organismos, entre otras medidas, comiencen a “desarrollar acciones para visibilizar mujeres vinculadas a las áreas STEM y sus contribuciones, que aporten a su reconocimiento y a promover modelos femeninos de referencia en las áreas que pueden contribuir a incentivar el que niñas y adolescentes opten por seguir estudios y orientaciones ocupacionales en STEM”.

Asimismo, sugieren que haya iniciativas para “promover la participación de niñas y adolescentes en las áreas STEM, desde un rol creativo que trascienda el nivel usuario y les permita conocer sus potencialidades desde la propia práctica”.

Tocar para aprender

Para promover la participación, distintas organizaciones tomaron el Día Internacional de las Niñas en las TIC como una forma de visibilización del trabajo femenino. Una de las varias actividades fue organizada en la casa del Instituto Nacional de la Juventud (Inju) entre Girls in Tech y los ministerios de Educación y Cultura (MEC), Desarrollo Social (Mides), e Industria, Energía y Minería (MIEM). Durante todo el día estuvieron abiertas mesas para que las niñas de escuelas y liceos, así como el público en general, pudieran participar en juegos y actividades interactivas.

Noel Hernández, de la Dirección Nacional de Educación del MEC, dijo a la diaria que se organizó de esa manera para lograr “que las niñas tengan un contacto más directo con la tecnología, que ellas descubran posibles vocaciones en el campo y así aumentar la cantidad del género femenino en las carreras relacionadas”. Por su parte, Natalia Rehermann, de Girls in Tech, señaló que fue “una jornada de sensibilización” que buscó “mostrar lo que se hace en tecnología y que se puedan ver a ellas mismas haciéndolo”.

En las mesas se podía pasar por una presentación del MIEM sobre cuidado energético, que incentivaba a las niñas a desarrollar tareas de investigación en sus centros educativos. Por otra parte, los talleristas de Centros MEC mostraban cómo funciona el robot Butiá, de software y hardware abierto, que se puede programar desde una ceibalita. Enfrente se podía hacer testeo de sensores –las piezas que le indican al robot las acciones que debe ejecutar–; además, en estas mesas se podía incursionar en el mundo de la programación.

La jornada en el Inju tuvo dos talleres centrales: uno sobre género, a cargo de especialistas del Mides, y otro sobre musicalización de videojuegos, a cargo de una profesional uruguaya en el rubro, en el que niñas de varios liceos crearon su propia pista musical.

La Facultad de Ingeniería de la Universidad de la República también recibió a varios grupos de adolescentes en diversos talleres: “Mapeá tu mundo” les ofrecía la oportunidad de integrar elementos en mapas; “Taller electrizante” permitía experimentar con circuitos y robots, y, al igual que en el Inju, se hizo la actividad con el robot Butiá.