¿Cuántos Uruguay hay dentro de Uruguay? ¿Cuánto trabajo falta aún para acercar las mismas posibilidades a las y los uruguayos? A fines de 2016, la Coordinación Departamental de Centros MEC de Rivera y la Oficina Territorial del Ministerio de Desarrollo Social (Mides) de ese departamento definieron planificar coordinadamente actividades dentro del proyecto Ventanía, para atacar uno de los flagelos más importante del norte del país: el analfabetismo.
Aunque en muchos ámbitos se siga repitiendo afirmaciones que eran ciertas en la década del 60 del siglo pasado, que señalan que Uruguay es un país casi sin analfabetos, los datos de la realidad demuestran que hemos venido perdiendo la batalla. De todas formas, se dio pelea durante décadas desde el propio Consejo Directivo central de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), mediante la alfabetización de adultos, mientras que en épocas de gobiernos progresistas se renovaron esfuerzos con el programa Yo Sí Puedo. Aun así, en algunas zonas del país el tanteador sigue dando como ganador al analfabetismo.
Los números publicados por el Instituto Nacional de Estadística (2011) muestran que el analfabetismo en el país es de 1,6%. Pero una mirada más detallada arroja que la región noreste de Uruguay llega a 2,3% y el departamento de Rivera a 3,7% de analfabetismo, y la lectura más en profundidad marca números más duros en el interior del departamento. En los municipios más poblados se dan algunos casos de hasta 5,3%, y en pueblos más pequeños y distantes, como Paso Ataques, se alcanza 8,10%. Las estadísticas marcan 11,76% en Arroyo Blanco.
Las localidades en las que se registran los porcentajes más altos de analfabetismo en general se caracterizan por tener un muy bajo desarrollo productivo y son las que tienen un mayor porcentaje de población afrodescendiente en el departamento norteño. Justamente, Rivera tiene el mayor porcentaje de población afrodescendiente del país, con 17%, y en algunas de las localidades esa cifra llega a 28 %.
Paradójicamente, varias de estas localidades están ubicadas sobre el eje de la ruta 27, zona en la que siguen creciendo las ganancias arroceras, sojeras, forestales y de ganadería intensiva, para las que se han hecho las mayores inversiones privadas del departamento en las últimas décadas. Esta situación deja claro que inversión y desarrollo humano no son sinónimos.
Los problemas
Según la Dirección Nacional de Educación del Ministerio de Educación y Cultura (MEC), el analfabetismo en Uruguay se mide consultando acerca del dominio de la lectoescritura; se hace directamente la pregunta: “¿sabe leer y escribir?”. A su vez, se define al alfabetismo como la capacidad de una persona de leer, escribir y comprender un texto simple y corto, relacionado con su vida cotidiana. En suma, involucra un conjunto de competencias de lectura y escritura y, a menudo, incluye competencias aritméticas básicas.
Los números sobre los que se definieron los problemas a atender en el Ventanía refieren al analfabetismo en mayores de edad. De hecho, el centro del problema está, en buena medida, en las personas mayores de 45 años. Todos abandonaron su escolarización para ingresar al mundo del trabajo, siempre en trabajos zafrales en el campo y en el casco de las estancias.
Se debe tener en cuenta que, en contra a lo que plantea el imaginario popular, la convivencia de variables del portugués de frontera –como el portuñol– con el castellano no es, en sí misma, un factor que genere analfabetismo. Pero, sin duda, la histórica falta de aceptación del sistema educativo de que en buena parte de la frontera norte uruguaya la lengua materna es el portuñol y no el castellano ha generado muchos casos de alejamiento de la alfabetización en niños y niñas que eran “educados” en una lengua que no era la suya.
Por otra parte, el diagnóstico toma informaciones de otros proyectos ejecutados en las mismas zonas pero sobre el eje de salud, que muestran que buena parte de la población rural de Rivera ha perdido el hábito de plantar. Ello genera una dieta desbalanceada y un aumento del costo de la alimentación, ya que se debe comprar las verduras en zonas con muy pocos comercios, lo que determina precios más caros.
El proyecto
Tanto en portugués como en portuñol, Ventanía significa “ventarrón”, uno de esos que remueven todo, se lleva lo que hubo y deja terreno pronto para lo que habrá. No se trata sólo de una expresión poética sino de una firme postura para promover la educación como un derecho humano fundamental y como herramienta de construcción de ciudadanía plena.
Ventanía, además, es un proyecto sociocultural que tiene como objetivo la reducción de los índices de analfabetismo en el interior de Rivera y la mejoría de la calidad de la alimentación local. En 2017, se ejecutó en Arroyo Blanco, pueblo de 92 habitantes, donde al final del proceso de alfabetización 12 personas rindieron una prueba por la que certificaron que sabían leer, escribir, interpretar un texto y solucionar problemas matemáticos. Además, por medio de colaboradores voluntarios de la Universidad de la República se generaron instancias de intercambio de conocimientos y experiencias en huertas orgánicas entre las diferentes generaciones de vecinos. Ello generó nuevas huertas en el pueblo y la mejora de las ya existentes.
En 2018 se está implementando en Moirones, localidad de 211 habitantes donde el analfabetismo llega a 10,7%, mediante clases en la escuela local, con una huerta comunitaria ya planificada y una biblioteca popular que ya comienza a sumar sus primeros libros.
Centros MEC Rivera lleva adelante la coordinación general de este proyecto, que ya se transformó en una propuesta anualizada, y pretende ser un programa con metas de alcance departamental. Participan también la Dirección Sectorial de Educación de Adultos de la ANEP, responsable directa de las clases de alfabetización; y el Programa Plantar es Cultura del MEC, que aporta los recursos necesarios para la huerta. Además, se pretende que el Plan Nacional de Lectura encabece el proceso de la instalación de una biblioteca popular en la zona donde se está desarrollando el proyecto. Otras instituciones integrantes de la Mesa Interinstitucional de Políticas Sociales, como el Ministerio de Desarrollo Social, el Ministerio de Salud Pública o el Consejo de Educación Inicial y Primaria, aportan en materia de infraestructura y traslados.
Las brechas
La puesta en práctica de Ventanía visibilizó situaciones de adultos mayores –en su mayoría mujeres– que estaban abandonados en la campaña, sin familiares. De la misma forma, se ha encontrado un número importante de personas con problemas de salud mental en el medio rural. La coordinación interinstitucional hace que estas situaciones detectadas en el territorio sean inmediatamente tomadas por las dependencias correspondientes.
En muchas partes de Uruguay, la cara del olvido es la de una mujer joven, afrodescendiente, desempleada o que trabaja informalmente, que vive en una zona periférica o rural, y con muy poca instrucción. En los talleres de alfabetización, casi la totalidad del alumnado está compuesto por mujeres afrodescendientes. Los índices de pobreza de los hogares afrodescendientes duplican los índices de pobreza respecto de los hogares que no lo son, lo que demuestra que el racismo es una característica estructural de nuestra sociedad.
Aun así hay esperanzas. Al comienzo de 2018, cuatro personas de Arroyo Blanco que completaron su escolarización en Ventanía comenzaron su tránsito en la educación secundaria, por medio del Programa Uruguay Estudia, y viajan semanalmente al liceo de Vichadero.