Terminado el primer semestre de 2020, marcado por la emergencia sanitaria y la continuación de los cursos en forma virtual, la Universidad de la República (Udelar) se propuso medir el nivel de satisfacción de los estudiantes y evaluar la propuesta educativa. Para eso entre el 22 de junio y el 1° de julio se encuestó a 1.305 estudiantes, una muestra representativa de los 99.839 alumnos que se inscribieron a una o más carreras en el primer semestre.
Según informó el rector de la Udelar, Rodrigo Arim, de más de 2.700 cursos sólo 64 no pudieron pasar a la virtualidad. Eso se refleja en las respuestas de los estudiantes: 84,5% respondió que continuó los cursos bajo la modalidad virtual, y de ellos casi 92% logró culminar alguno de ellos, lo que equivaldría a 77.500 estudiantes.
Al consultar a quienes no pudieron terminar los cursos, los principales motivos que presentaron fueron el cambio a la virtualidad (28%), falta de conectividad (14%) y razones económicas (9%); 32% dijo que fue por otros motivos y 29% por decisión propia.
Según el informe de la Dirección General de Planeamiento de la Udelar, la participación en los cursos virtuales tuvo diferencias según la condición de actividad económica y las tareas de cuidado, mientras que por sexo “no se hallaron diferencias significativas”. Mientras que 90% de los estudiantes que no trabajan hicieron cursos, entre los que trabajan el porcentaje bajó a 79%. Respecto de los cuidados, 85% de los estudiantes que dijeron que no tienen tareas de cuidados a cargo pudo cursar, mientras que entre quienes sí tienen esa responsabilidad 79% pudo cursar. De estos últimos, 77% dijo que las tareas de cuidados aumentaron un poco o mucho, y sólo 23% dijo que se mantuvieron igual. Además, 57% dijo que aumentaron las dificultades para compatibilizar cuidados y estudio.
Respecto a la evaluación que hacen los estudiantes sobre la modalidad virtual, 56% dijo estar satisfecho o muy satisfecho con la implementación, mientras que los insatisfechos o muy insatisfechos es 20%.
Respecto de las principales dificultades con que se encontraron, las más mencionadas fueron afectación emocional (66%) y sobrecarga de actividades de enseñanza (50%); además 49% mencionó como problemas la falta de contacto con sus docentes y 43% la falta de contacto con sus compañeros. Entre las “fortalezas” de la nueva modalidad destacaron el no tener que trasladarse (85%) y poder ver las clases en cualquier momento del día (82%), así como quedarse en casa (73%), mayor oportunidad para la autoevaluación (58%) y el aumento del trabajo colaborativo (38%). Además, 49% opinó que el pasaje a la modalidad virtual “afectó o afectará su proceso de enseñanza”.