Casi 20.000 docentes de primaria, secundaria y UTU contestaron la encuesta docente que organizó la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) para conocer cómo fue el período de clases no presenciales para los docentes y los estudiantes uruguayos, que empezó el 16 de marzo y terminó, con variaciones según la región y el centro educativo, el 29 de junio. Del total de respuestas, la Dirección Sectorial de Planificación Educativa tomó una muestra de 2.745 docentes de los distintos subsistemas, para presentar la información ante el Consejo Directivo Central (Codicen). El total de los datos de la encuesta se puede consultar en el sitio web de la ANEP.
Vinculación y participación
Según los docentes, 77% de los estudiantes mantuvieron contacto durante el período de suspensión de las clases presenciales, 69% participó en las actividades propuestas y 42% lo hizo activa o muy activamente. Los datos son más alentadores en primaria, donde según los maestros 92% de los estudiantes mantuvo vínculos educativos durante esos meses de confinamiento, y bajan en los liceos y UTU.
Estas cifras difieren de los datos que divulgó Plan Ceibal sobre las conexiones a las plataformas educativas en este período, que indicaban que los estudiantes de ciclo básico eran los que más se habían conectado.
Además de que las plataformas de Ceibal no fueron el único medio de vinculación con los estudiantes (en particular en primaria se destaca el uso de Whatsapp), el informe de Planificación Educativa sugiere que en la encuesta los docentes “están realizando una valoración general sobre el contacto y la participación de sus alumnos” en este período, “sin contabilizar como estudiantes activos, presumiblemente, a aquellos que han tenido un contacto o una participación de carácter puntual o de tipo prevalecientemente intermitente”.
El informe añade que tanto el contacto como la participación de los estudiantes fue más bajo en promedio en Montevideo y Canelones que en el resto del país, y también fue menor en los centros educativos con mayor vulnerabilidad social. Añade que esto “no constituye un rasgo específico de la situación de emergencia sanitaria”, sino que es una “pauta de estratificación” que también se da en condiciones normales.
Los docentes también fueron consultados sobre qué obstáculos tuvieron los estudiantes para participar, y en todos los niveles la respuesta mayoritaria fueron los problemas asociados a la conexión a internet y a la disponibilidad de los equipos informáticos. En segundo lugar aparecen dificultades en los propios hogares para acompañar la propuesta educativa y en educación media, en tercer lugar, aparece la “baja motivación”.
Actividades educativas
Consultados sobre el grado de avance respecto de lo planificado para el curso, 49% dijo que tuvo un avance parcial, 32% respondió que avanzó muy poco o nada y 19% que avanzó bastante o mucho. Otra pregunta apuntó a que los docentes valoraran el grado de avance de los estudiantes, que en términos generales el informe califica de “moderado”.
Ante la pregunta de si la suspensión las clases presenciales supuso dificultades en su actividad docente, 47% de los docentes dijo tener bastantes y muchas dificultades, 44% evaluó que fueron pocas y 8% dijo que prácticamente no tuvo dificultades. Sobre cuáles fueron los mayores problemas, la falta de contacto “cara a cara con los estudiantes”, el diseño de actividades a distancia y la evaluación fueron las que tuvieron mayor preponderancia (58,2%), y en segundo lugar (31,9%) aparecieron factores relacionados a la compatibilización de la enseñanza virtual con los cuidados familiares o el uso de la vivienda. En tercer lugar (18,5%) los docentes mencionaron dificultades de conectividad o acceso a equipos.
Regreso a la presencialidad
Respecto del retorno a las clases en los centros educativos, los docentes identificaron como aspectos problemáticos “la disparidad en el seguimiento del curso” (62%), la no obligatoriedad de la asistencia (60%), el rezago educativo (53%) y la combinación de las actividades presenciales y virtuales (51%).
Según el informe los resultados de la encuesta reflejan “un esfuerzo grande del sistema educativo en su conjunto, de los distintos actores docentes y de los propios estudiantes por adecuarse a las nuevas circunstancias, pero con desigual éxito en el mantenimiento de los vínculos y en la participación activa de todos los estudiantes”. Además, señala que hay que “atender con urgencia” las desigualdades vinculadas al origen social de los estudiantes: “Ni las desigualdades educativas ni las dificultades para lograr la participación activa de todos los estudiantes nacieron con la emergencia sanitaria. Es altamente probable, de todos modos, que estos problemas se hayan visto agravados, o hayan adquirido rasgos particulares, en el contexto actual”.
Por último, el documento concluye que hay una “ventana de oportunidad para impulsar, tanto en lo que queda del año escolar como en los años próximos, intervenciones educativas que potencien la vinculación o revinculación de los estudiantes, protejan las trayectorias escolares y potencien los procesos de aprendizaje, mitigando en la medida de lo posible los impactos negativos derivados de la situación de emergencia sanitaria”.
A los estudiantes
El Plan de Seguimiento de la situación educativa que dispuso el Codicen frente a la suspensión de las clases presenciales incluye, además de la encuesta a docentes que se llevó a cabo entre el 25 de junio y el 14 de julio, una encuesta a estudiantes y evaluaciones también a los estudiantes para valorar el nivel de los aprendizajes. Deben completar la encuesta los estudiantes seleccionados de todos los subsistemas, y se podrá responder en línea hasta el 4 de setiembre.