“Vamos a estudiar el programa de Formación Profesional Básica (FPB) a fondo para buscar nuevos resultados, no podemos seguir así”. Esas fueron las palabras del director general del Consejo de Educación Técnico Profesional (CETP-UTU), Juan Pereyra, sobre el futuro del FPB, un programa creado en 2007 que permite acreditar el ciclo básico mediante una formación profesional. Para eso se combinan las materias del ciclo básico tecnológico de UTU con una importante cantidad de horas de taller en distintas orientaciones. 

Originalmente la propuesta se pensó para estudiantes de más de 15 años que hayan pasado por otras experiencias de educación media y las hubieran abandonado. En 2017 la administración anterior decidió eliminar el mínimo de edad para que los estudiantes que salieran de primaria pudieran inscribirse directamente a un curso de FPB. 

Según opinó Pereyra en diálogo con la diaria, esa decisión fue un error. “En un grupo puede haber niños de 12 años, recién salidos de la escuela, y adolescentes que después de la escuela no hayan hecho más nada y se estén reincorporando al sistema educativo. Se están juntando niveles etarios muy diferentes y no es recomendable”. Además, puntualizó el director general, “la currícula de FPB tiene una gran estructura de apoyo para sostener chicos que han estado desvinculados de la educación formal, hay mucho apoyo a la parte social para atender los diferentes contextos, pero no todos necesitan ese apoyo extra”.

Es por eso que este año la “recomendación” del CTEP a los directores e inspectores de centro es “que los chicos que salgan de primaria se anoten a grupos de Ciclo Básico Tecnológico (CBT), que es lo que realmente a ellos les sirve, y no el FPB, que está pensado para otros estudiantes”. “Se habla con el inspector y el director de cada centro y se les explica que se prefiere educativamente que los niños de 12 años ingresen al ciclo básico, pero si ellos igual entienden que es oportuno abrir el FPB se les autoriza a abrirlo, es una posibilidad que está abierta. Lo que hacemos es una recomendación y es algo que haría cualquiera que conozca la situación”, afirmó Pereyra.

Laura Bianchi, directora de Planificación Educativa de UTU, explicó a la diaria que otra de las razones para recomendar la inscripción a CBT “es concentrar la oferta educativa” para que los centros puedan “concentrarse en enriquecer la propuesta para completar ciclo básico”, teniendo en cuenta “los efectos de la pandemia”. Para Bianchi, “cuanta más diversidad hay en el centro, más compleja es la gestión, y frente a una situación que ya es compleja de por sí, desde la planificación buscamos facilitarla”.

Ante estas recomendaciones la Asociación de Funcionarios de UTU (AFUTU) emitió un comunicado donde expresa su “preocupación” y se “manifiesta en estado de alerta sobre el proceso que conlleva el preplanillado hasta el momento”. El colectivo agrega: “No aceptaremos disminución de horas que atenten contra los intereses de las comunidades educativas”, ya que la recomendación del consejo provocaría la disminución de los grupos en el primer año de FPB, lo que dejaría a muchos docentes que dan talleres específicos sin la posibilidad de tomar esas horas.

El presidente interino de AFUTU, Víctor da Costa, subrayó a la diaria que además el colectivo “defenderá la posibilidad de los estudiantes de elegir el camino educativo que quieran realizar”.

El futuro del FPB

Más allá de la recomendación de no inscribir a los estudiantes que salgan de primaria en FPB, Pereyra adelantó que se va a “reestructurar totalmente el FPB”, ya que “si se miran los datos de los informes de Ineed [Instituto Nacional de Evaluación Educativa], el FPB es el que tiene los peores resultados”.

Según el informe de Aristas Media, 77,7% de los estudiantes de FPB llegan al nivel dos (de cinco) en matemática, mientras que en lectura 35% está en nivel 3. En ese informe se agrega que el FPB “es uno de los planes de mayor matrícula a nivel nacional (15.072 estudiantes en 2018)”, y que al momento de la evaluación “a este tipo de curso asistían, en su mayoría, estudiantes con extraedad y trayectoria educativa de repetición o abandono educativo previo”.

“Vamos a analizar punto por punto, porque evidentemente el FPB es una modalidad que no dio los resultados que se esperaban, a pesar del gran apoyo que tienen esos chicos. Vamos a tener que buscar otras estrategias para lograr que lleguen a un buen nivel. Vamos a analizar ejemplos nuestros e internacionales de trabajo con esta población y ahí vamos a implementar, probablemente en 2022, una nueva oferta de FPB”, afirmó el director general.

Consultado por el aumento presupuestal que puede generar la reestructura, Pereyra aseguró que ya está hablado con el Consejo Directivo Central de la Administración Nacional de Educación Pública y que “la idea es que los chicos salgan con el nivel que tienen que salir; si entendemos que se necesitan más horas para elevarles el nivel, se va a aumentar las horas; no es un tema presupuestal, es un tema de resultados”.