La historia de la escuela 355 con la literatura tiene larga data. Ubicada en el complejo educativo de Paso de la Arena, la escuela comenzó a centrarse en la lectura en 2011, cuando la organización internacional sin fines de lucro IBBY arribó de la mano de Ana María Bavosi y Adriana Mora, que llegaron con algunos libros infantiles y ganas de hacer varios talleres para acercar la literatura. El viernes 18 la comunidad comenzó un nuevo capítulo de esa historia al inaugurar la biblioteca que consiguieron mediante el Presupuesto Participativo de 2016.

En el predio donde está la escuela también están el jardín de infantes 352, el liceo 46, la UTU de Paso de la Arena y la ONG Giralunas, que se hará cargo de la gestión de la nueva biblioteca. Mariella Benedetti era docente en la escuela y maestra comunitaria cuando decidieron presentarse al Presupuesto Participativo y concretar la idea de tener su propio espacio para la lectura.

Según contó Benedetti a la diaria, después de los primeros años de talleres literarios los niños comenzaban a irse de la escuela al liceo y a la UTU, pero volvían a pedir más libros y más lecturas de cuentos. Los talleres que hacían de forma honoraria fueron crecieron, como los estudiantes, y pasaron de la escuela al liceo y siguieron expandiéndose a toda la comunidad, por eso el proyecto de una biblioteca era tan importante para todo el barrio; tanto así que sacaron el primer puesto en todo el comunal 14.

Benedetti recuerda la campaña para ganar el Presupuesto Participativo con mucha energía. Según comentó, se armaron grupos de estudiantes que iban llevando la idea por el barrio, con publicidad y balconeras. Todos sabían que se necesitaba una biblioteca.

En 2016 ganaron los 3.000.000 de pesos pero no alcanzó. La licitación por los contenedores, que son la estructura del espacio, se llevó todo el dinero que habían estimado, por lo que tenían el lugar, pero estaba vacío.

Mientras la licitación seguía su largo curso administrativo, la comunidad educativa de Paso de la Arena volvió a movilizarse para negociar con el Municipio A la compra de libros y mobiliario para poder concretar la biblioteca, y eso fue lo que se conquistó este año con la entrega de 4.000 ejemplares.

Una biblioteca para toda la comunidad

Ana Campoleoni, secretaria de la escuela, explicó a la diaria cuáles son los siguientes pasos para esta nueva biblioteca. “Hicimos un convenio con la licenciatura en Bibliotecología de la Facultad de Información y Comunicación de la Universidad de la República para que docentes y estudiantes estén en nuestra biblioteca. Aunque la idea es que la Administración Nacional de Educación Pública ponga los recursos necesarios para tener un encargado bibliotecólogo”.

En este momento, los docentes están trabajando con personas del barrio para armar, inventariar y clasificar todos los libros para que la biblioteca se ponga en funcionamiento el año que viene. La idea, según dijo Campoleoni, es que se forme una comisión de biblioteca integrada por toda la gente que tenga ganas de ayudar, y eso incluye no sólo a los vecinos, sino también a otras instituciones que quieran apoyar el proyecto.

A partir de marzo del año que viene comenzarán a usar la biblioteca los estudiantes de todos los centros educativos del complejo, pero luego la idea es que se abra a todo el barrio. Por eso, además de una “colección de máxima calidad” de libros infantiles y juveniles hay títulos clásicos y nacionales, como la obra de Gabriel García Márquez, de Eduardo Galeano o de Mario Benedetti.

“En un futuro proyectamos que este complejo educativo sea un polo educativo y cultural que promueva el desarrollo de actividades culturales, en especial las relacionadas con la literatura”, destacó Campoleoni.

La maestra aseguró que la biblioteca tendrá un gran impacto en la vida de niños y adolescentes de la comunidad: “Queremos que tengan un lugar donde leer y encontrar títulos que no siempre están a la mano”. Ambas docentes coincidieron en que en Uruguay faltan bibliotecas y espacios que promuevan la literatura infantil, así como también faltan lugares para que los bibliotecólogos y especialistas en el tema puedan desarrollar actividades con niños y jóvenes.

Según Campoleoni, la biblioteca del complejo educativo es una iniciativa que “tiene que ver con el derecho a leer y a la cultura en general, a disfrutar de un espacio para proyectarse e imaginar otros mundos. Como escuela no podemos cambiar el asentamiento, de hecho, ya lo intentamos y ni siquiera logramos la regularización, pero sí podemos transformar a partir de una biblioteca para que todos generen sus propios proyectos a futuro”.