El ministro de Educación y Cultura, Pablo da Silveira, sostuvo el lunes, tras una reunión con el presidente Luis Lacalle Pou, que el gobierno aspira a cumplir con el calendario de clases que había sido anunciado anteriormente, y que empieza en la última semana de febrero.

El ministro explicó en su cuenta de Twitter que “la mayoría de los alumnos empiezan las clases el primero de marzo (bachillerato la semana siguiente)”, mientras que a fines de febrero “empiezan a trabajar los docentes en salas preparatorias del año”.

A la salida de la reunión con el presidente, Da Silveira dijo que el gobierno actualmente no ve “razones para modificar” el calendario. “Tendría que haber un cambio de situación muy grande y, aun en el caso de que hubiera cierto cambio de situación, el calendario de clases está entre las últimas cosas que quisiéramos tener que tocar”, sostuvo, refiriéndose a la evolución de la pandemia.

Según el jerarca, durante 2020 hubo “perjuicios importantes en materia de pérdida de días y horas de clase”, que “son pérdidas de aprendizajes”, y por eso este año se evitará modificar el calendario educativo.

No obstante, Da Silveira adelantó que “la combinación entre la presencialidad y la educación remota en el mundo probablemente llegó para quedarse”. “Hay que ver cuáles son las combinaciones más adecuadas. Nosotros preferimos mucha presencialidad porque sabemos, la experiencia del año pasado lo demuestra, que cuando la presencialidad se elimina o se reduce muy significativamente los que más sufren son los más débiles”, culminó.