Uno de los focos más importantes que va a tener la reforma educativa que impulsa la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) en este período se centra en la educación media. Entre las distintas estrategias que se van a desplegar para lograr su transformación está la creación de nuevos centros, tanto de Secundaria como de UTU, que trabajen “de una forma diferente”, dijo a la diaria la directora sectorial de Planificación Educativa, Adriana Aristimuño.

En el Plan de Desarrollo Educativo 2020-2024, la educación media “es una gran línea de transformación”, afirmó. Entre los planes está expandir el tiempo pedagógico en los centros al sumar liceos y UTU de tiempo completo, que permitan “el reforzamiento de muchos aspectos pedagógicos”, con especial énfasis en los centros que trabajan con “las adolescencias desfavorecidas”.

Aristimuño admitió que en esos planes pensados para el nuevo diseño de la educación media se incluyeron “muchas cosas buenas que vienen de antes, como el trabajo con base en proyectos, los talleres de distinta índole, el trabajo con la comunidad y con la familia”.

A esa base, las nuevas autoridades decidieron sumarle “algunas innovaciones” que potencien la experiencia pedagógica de la educación media. Por un lado, apuestan a que tanto los directores como los docentes permanezcan por más años en cada institución. Por el momento se va a intentar que los profesores y los educadores estén al menos tres años en los centros educativos.

Otra de las apuestas fuertes apunta a la gestión educativa. Aristimuño detalló: “Vamos a impulsar la formación de los directores y la aplicación de determinados instrumentos y herramientas de gestión, como el autodiagnóstico o la elaboración de un proyecto de centro que efectivamente se cumpla, cosas que no son súper nuevas en sí mismas; la novedad es la combinación de esos factores en un modelo de centro que llamamos María Espínola”.

Aristimuño asegura que hay que sacar la referencia que se podría hacer a la promesa de campaña electoral de Ernesto Talvi, de la que ella fue referente de educación, sobre la creación de 136 liceos modelo. “Estos centros no son ni liceos ni modelo, son liceos y escuelas técnicas y la palabra ‘modelo’ la quisimos sacar. Son centros con una cantidad de componentes que aspiramos que den una oportunidad educativa integral y completa. Es un tipo de centro de educación media que al diseñarlo recogimos antecedentes de tiempo completo y tiempo extendido, de los Centros Educativos Asociados [CEA], pero de una manera que combinan de forma innovadora varios componentes”.

Los 12 primeros centros María Espínola

En la primera etapa, que ya está en marcha y comenzará a trabajar con estudiantes este año, habrá 12 centros María Espínola. Para 2021 se eligieron centros educativos que ya estuvieran trabajando, y se dejó para más adelante la creación de nuevos edificios.

Según detalló Aristimuño, los primeros centros serán seis UTU y seis liceos. Las UTU son tres del interior –la de Bella Unión, en Artigas, el CEA de Paysandú y la UTU de Villa del Rosario, en Lavalleja– y tres en Montevideo –el CEA de Puntas de Manga, la UTU 2 de Maroñas y la UTU de Barrio Lavalleja–. También se transformarán seis liceos del interior: el 4 de Rivera; el de Sequeira, en Artigas; el de Achar, en Tacuarembó; el 4 de Mercedes; el liceo de Cardal; y otro en Lavalleja.

El presupuesto es un factor determinante en estos centros, que no sólo requerirán más personal, sino también nuevos instrumentos y equipamientos. Sin embargo, no están presupuestados en la ley que votó el Parlamento en diciembre. “Hay todo un tema de rendición de cuentas y presupuesto”, afirmó Aristimuño.

La idea, según comentó la directora sectorial de Planificación Educativa, es que haya “entre 50 y 60 centros María Espínola al finalizar el período”. Para saber dónde van a estar ubicados, uno de los factores principales que se tomarán en cuenta es “la demanda insatisfecha: dónde hay estudiantes que hoy en día necesitarían esa oferta educativa y no la tienen”. Durante el primer año de gestión el foco estará puesto en comenzar el proceso de diagnóstico para detectar la demanda, luego seguirá la identificación de terrenos, la presupuestación de nuevos centros y, en una etapa sobre el final de período, la inauguración de nuevos edificios. “Esto va a llevar sus años”, resumió Aristimuño.

La mayor característica de los centros, para la jerarca, es que van a tener una “oferta educativa muy completa” y que se van a ubicar en “zonas donde están los chiquilines que por circunstancias familiares, sociales, de contexto tienen menos posibilidades de tener esa riqueza en el hogar. Es una política social muy importante”, dijo.

Facilitadores: la nueva figura que trabajará en los Espínola y en 43 centros focalizados

En los liceos y UTU este año habrá una nueva figura en el trabajo con los docentes y los directivos: los facilitadores. De acuerdo con lo que detalló Aristimuño, ya se lanzaron los llamados para este nuevo rol con distintos perfiles, según el centro, y para unos 60 cargos en todo el país se presentaron más de 1.000 personas. “Lo bueno de que tanta gente se presentara es que demuestra que mucha gente quiere innovar, explorar cosas nuevas, que quiere renovarse en su carrera”, opinó la jerarca.

En el caso de los 12 centros María Espínola, la idea es que los facilitadores sean profesionales con experiencia en la gestión educativa y que trabajen con todo el equipo directivo del centro, para apoyarlos en esta nueva concepción de la enseñanza a aplicar las herramientas de gestión y llevar adelante el plan del centro.

Los facilitadores trabajarán en dupla y la idea es que puedan desarrollar sus actividades en dos o tres centros, dependiendo sobre todo de una distribución regional que permita cubrir distintos centros, a pesar de las grandes distancias que pueda haber en el interior.

Pero los facilitadores también tendrán un rol central en otra de las principales políticas que implementará la ANEP en este período: los centros focalizados. En la primera etapa del plan, que comienza este año, se eligieron 43 centros, entre escuelas, liceos y UTU, a los que acuden estudiantes “de los quintiles más desfavorecidos y presentan los resultados académicos más comprometidos”, explicó Aristimuño. En los próximos años se espera poder sumar más centros.

La idea es que los facilitadores trabajen en dupla en estos centros con los docentes, en lugar de los directores, como en los centros Espínola. En estos casos, apoyarán en el armado de estrategias específicas que permitan apuntalar los aprendizajes en lengua, matemática y habilidades socioemocionales.

Según detalló Aristimuño, en estos centros los facilitadores “no van a entrar al aula, van a trabajar con los docentes en horas de coordinación y en otros espacios, atendiendo las dudas que tengan los docentes para aterrizar los planes especiales que se elaboraron”.

En todos los centros de educación media, tanto en UTU como en Secundaria, durante los primeros meses del año se va a llevar adelante el módulo introductorio, con el fin de recuperar los aprendizajes perdidos durante 2020. En el caso de los 43 centros focalizados, los facilitadores también trabajarán junto con los docentes para ayudarlos a implementar distintas estrategias para llevar adelante este módulo, en el que se van a usar materiales elaborados por el Programa de Lectura y Escritura y la Comisión de Análisis Curricular de la Enseñanza Escolar de la Matemática que se repartirán al comienzo del año lectivo.

Además, durante febrero y marzo se realizará una capacitación especial –que luego seguirá con menos intensidad durante el año– para presentar estos materiales y los diferentes acercamientos que se pueden realizar.

¿Quién fue María Espínola?

Los nuevos modelos de centros para la educación media llevan el nombre de María Espínola, algo que Aristimuño destaca. Espínola nació el 4 de diciembre de 1878 en Las Piedras y murió el 28 de octubre de 1963. “Fue maestra, profesora de secundaria y directora en UTU. Es una mujer pionera de la educación uruguaya que representa la unión de tres subsistemas, algo muy importante en nuestra visión”, comentó la directora de Planificación Educativa.

A principios del siglo XX fue maestra rural en San José, y luego de ganar una beca para estudiar en Estados Unidos y Europa volvió con nuevos conceptos educativos y trabajó para impulsarlos como profesora en el liceo departamental. De 1916 a 1921 fue inspectora nacional en ese departamento. Fue directora de la primera escuela técnica del país, también trabajó en la redacción del Programa de Escuelas Rurales y fue la primera mujer consejera en lo que ahora es el Consejo de Educación Inicial y Primaria.