La Universidad Tecnológica (UTEC) fue creada en 2013 con la intención de contribuir en la democratización del conocimiento, especialmente en el interior del país. Eso la llevó a que desde el inicio se pensaran diversas estrategias digitales para favorecer el seguimiento de los cursos por parte de estudiantes que no necesariamente residen en el mismo departamento de la sede en la que se ofrece cada carrera. Cuando la pandemia de covid-19 llegó a Uruguay, en marzo de 2020, la universidad contaba con un importante camino transitado en materia de cursos y trámites virtuales. Por ejemplo, la Licenciatura en Tecnologías de la Información contaba con 70% de sus cursos virtuales y el restante se daba en forma presencial. De todas formas y más allá de esos avances, la institución también tuvo que adaptarse a la virtualidad plena de sus actividades.

A casi dos años de ese momento, la UTEC apunta a pasar al formato híbrido en todas sus carreras, objetivo que sus autoridades esperan cumplir para 2025, explicó a la diaria Juan Marrero, responsable de Tecnologías Aplicadas al Aprendizaje de la universidad. En particular, Marrero destacó que con la llegada de la pandemia y el obligado pasaje a la virtualidad se logró dar continuidad a todos los cursos, pero no se conformaron con eso.

En los últimos años, la UTEC incorporó una línea de trabajo en tecnopedagogía para generar habilidades en los docentes de todas las carreras. Según Marrero, ello apunta a que se genere “un proceso reflexivo” para que los docentes tengan herramientas a la hora de determinar qué tipo de tecnología utilizar en sus cursos, de forma que los estudiantes desarrollen las habilidades previstas, pero que “ellos también se sientan cómodos dando la clase”. Al respecto, mencionó que la pandemia fue una oportunidad para explorar una metodología de trabajo que permitiera a los estudiantes desarrollar a distancia las competencias definidas en los objetivos de aprendizaje de los cursos.

Planificación

La intención de avanzar hacia un formato semipresencial quedó plasmada en el Plan Estratégico 2021-2025 de la UTEC. Dentro del objetivo “mayor acceso a la educación terciaria universitaria en el interior” se plantea la “virtualización gradual de aquellas unidades curriculares con características conceptuales y metodológicas pasibles de serlo”. Además, existe un objetivo de transformación digital del organismo, que entre otros aspectos se propone que la totalidad de las carreras haya incorporado “modalidades flexibles” al final del período, lo que incluye los formatos semipresencial, a distancia y aula extendida.

Marrero contó que comenzaron a trabajar en esa línea con las carreras de Ingeniería en Agua y Desarrollo Sostenible y la de Ingeniería Agroambiental, además de que ya lo hacían con la Licenciatura en Ciencia y Tecnología de Lácteos, aunque “muy progresivamente”. Al respecto, contó que las tres ofertas tienen un protocolo que en primer lugar permite determinar el grado de madurez en materia de transformación digital de cada área. Según amplió, ello consiste en “analizar las habilidades digitales que tienen los docentes, si tienen la tecnología necesaria para poder abordar este modelo, las habilidades que tienen los estudiantes”, lo que es cotejado con “las habilidades digitales que requiere la carrera” en materia de manejo de software. Para ello, también se consulta al coordinador de la carrera para identificar las necesidades de la formación y “cómo se conecta con la industria”, tanto antes como después de la pandemia, a nivel de los procesos de trabajo en cada área.

“Hacer educación híbrida es algo que debería ser totalmente normal, la extensión pedagógica no tiene por qué ser únicamente presencial, también tiene que ser virtual. Pensar que la educación es sólo dentro de cuatro paredes es pensar en algo añejo”. Gonzalo Baroni, director de Educación del Ministerio de Educación y Cultura

“Con toda esa información hacemos un análisis FODA [fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas] y empezamos a determinar el plan de acción. El siguiente paso es el trabajo con los docentes: en cada una de las unidades curriculares hacemos un análisis de datos muy importante sobre cómo están trabajando en el entorno virtual Moodle”, relató Marrero. En concreto, se observa la respuesta que los estudiantes le están dando a los cursos en Moodle, Zoom o Meet y también la evolución de las actividades en el sistema de gestión académica de la UTEC. “También tenemos un algoritmo que predice la probabilidad de abandono, todo eso centralizado en un sistema de analítica de aprendizaje. Con esa información, más una entrevista con el docente, obtenemos el estado del arte de esa unidad curricular, cómo está trabajando. Luego hacemos una sugerencia al docente, que se basa en una estrategia tecnopedagógica para incluir las tecnologías en los procesos de aprendizaje. Es el docente, en primera y última instancia, el que define lo que le gusta y va a incorporar, con lo que se siente cómodo y con lo que no”, señaló Marrero.

Según contó el jerarca, actualmente están terminando de diseñar los primeros semestres híbridos de las tres carreras que cuentan con el protocolo mencionado y que en los próximos meses incluirán la totalidad de las carreras de la UTEC.

“Tenemos un algoritmo que predice la probabilidad de abandono, todo eso centralizado en un sistema de analítica de aprendizaje. Con esa información, más una entrevista con el docente, obtenemos el estado del arte de esa unidad curricular”. Juan Marrero, responsable de Tecnologías Aplicadas al Aprendizaje de la UTEC

La UTEC en la pandemia

Si bien los cursos lograron sostenerse durante el período en que la UTEC estuvo obligada a trabajar de manera únicamente virtual, Marrero planteó que la dimensión más afectada fue la del “aprender haciendo”, un aspecto central de los cursos de esta institución educativa. “Nos vimos enfrentados a que los estudiantes no podían acceder a los laboratorios”, recordó, y contó que para atender la situación se desarrollaron proyectos piloto con la Licenciatura de Análisis Alimentario, que se ofrece en Paysandú. En concreto, se trabajó para que el laboratorio se convirtiera en un estudio de producción audiovisual, desde el que “se transmitía en vivo el proceso de realizar la práctica”.

“Todas las unidades curriculares, todas las carreras tienen como objetivo desarrollar ciertas competencias. Lo que hicimos fue trabajar con los docentes y analizar cuáles son esas competencias para ver cómo podemos abordarlas desde la virtualidad y evidenciar cuáles son las que realmente adquieren los estudiantes y cuáles no”, dijo Marrero. Al respecto, agregó que se trabaja con metodologías activas de aprendizaje, como la de aula invertida, en las que “el estudiante tiene un rol protagónico” y el docente otro papel, que es “más de acompañamiento” y consulta.

Las autoridades de la UTEC constataron que los estudiantes que trabajaron bajo esa modalidad adquirieron entre 80% y 90% de las competencias esperadas, dijo Marrero. En particular, señaló que las que no se desarrollaron fueron las de carácter instrumental, para las que era necesario ir al laboratorio para, por ejemplo, “tocar los equipos y configurarlos”. No obstante, Marrero mencionó que a raíz de esa situación los propios alumnos propusieron que en vez de que lo hicieran los docentes, grupos de estudiantes fueran al laboratorio a hacer la práctica para el resto de los compañeros. “Los que iban al laboratorio no estudiaban la práctica previamente, sino que los que estaban en línea les decían lo que tenían que hacer. Se generó una sinergia de trabajo muy linda, que salió de los estudiantes”, dijo. Para el responsable de Tecnologías Aplicadas al Aprendizaje, ello ilustra la intención de la UTEC de “poner a las personas en el centro”, que implica “escuchar a los estudiantes” y docentes.

Consultado sobre los problemas de conectividad de los estudiantes, Marrero señaló que al inicio de la pandemia se dieron algunos casos, pero se lograron atender rápidamente. Por ejemplo, se brindaron módems para que los estudiantes pudieran conectarse desde sus hogares y cuando la situación sanitaria lo permitió, se abrieron las puertas para que los alumnos pudieran conectarse desde las sedes de la UTEC más cercanas.

Ed Connect

Esta semana, la UTEC organizó el evento Ed Connect, dedicado a generar insumos para la transformación educativa vinculada a la tecnología. Desde el lunes 6 al miércoles 8 de diciembre, autoridades, especialistas y referentes del sector educativo y tecnológico intercambiaron a partir de distintas consignas disparadoras. En la actividad hubo espacio para mesas redondas, pero también para dinámicas de taller en las que hubo un intercambio entre integrantes de instituciones educativas públicas y privadas, el gobierno y la industria.

Durante los tres días, se habló sobre formatos híbridos en la educación y de las habilidades digitales que requieren las empresas de telecomunicaciones y tecnologías de la información, y también se compartieron proyectos y experiencias en esa línea. Además de haber transmitido el evento por el canal de Youtube de la UTEC, desde la universidad se realizará una sistematización de sus aportes, de forma que estén a disposición de actores académicos y educativos interesados en el tema.

La integrante del Consejo Directivo Central provisorio de la UTEC Graciela Do Mato recordó en la actividad que desde los orígenes de la universidad el diálogo con la industria es clave para definir las propuestas educativas; además, se interactúa fuertemente con los territorios en los que se imparten las carreras. “Si no bajamos las cosas al territorio, nada de esto tiene sentido”, resumió.

Por su parte, Amadeo Sosa, director de Educación de la universidad, señaló que “no es posible” pensar en el modelo híbrido “sólo desde la UTEC”. Según dijo, ello debe hacerse “en interacción con todos los actores” y se requieren políticas especialmente diseñadas para ese fin, ya que implica “un nuevo enfoque” para la educación. Por lo tanto, Sosa señaló que es necesario “que todas las instituciones del sistema educativo entiendan qué queremos decir con el modelo híbrido”.

Desafíos de la hibridez

En ese sentido, el director de Educación de la UTEC definió algunas dimensiones del modelo híbrido y, según dijo, una de ellas es la pedagógico-didáctica. Al respecto, Sosa aclaró que en la virtualidad no pueden trasladarse los formatos presenciales tal como eran antes de la pandemia, sino que debe pensarse específicamente en la adaptación a ese formato. Al respecto, mencionó una dimensión antropológica y social, que tiene que ver con cuál es la misión de la universidad en la actualidad. Para Sosa, “somos seres sociales” que estamos “en contacto unos con otros” y ello no sólo se puede dar “a través de la pantalla”, sino “a través de la vida universitaria”, que implica presencialidad.

Según planteó el director de Educación de la universidad, otra de las dimensiones del formato híbrido tiene que ver con “el factor docente” y la necesidad de formar a esos profesionales para ese modelo de enseñanza. En ese sentido, Sosa adelantó que habrá “nuevos perfiles docentes” que serán distintos a los actuales. En el caso de la UTEC, mencionó que habrá que redefinirlos para llamar a otro tipo de perfiles docentes en los que quede claro que no sólo estarán a cargo de clases presenciales. Finalmente, Sosa señaló una dimensión epistemológica de la hibridez, vinculada con interrogarse acerca de “cómo se construye el conocimiento” en la actualidad. Según planteó, en la presencialidad ello se daba en el laboratorio o conversando con docentes e investigadores, pero no está claro cómo ocurrirá con un nuevo formato. Para el jerarca, todos estos aspectos “son desafíos”, pero también implican “oportunidades”.

“Hacer educación híbrida es algo que debería ser totalmente normal, la extensión pedagógica no tiene por qué ser únicamente presencial, también tiene que ser virtual. Pensar que la educación es sólo dentro de cuatro paredes es pensar en algo añejo”. Gonzalo Baroni, director de Educación del Ministerio de Educación y Cultura

Por su parte, el director de Educación del Ministerio de Educación y Cultura, Gonzalo Baroni, también participó en uno de los conversatorios del evento y allí planteó una visión “disruptiva” respecto del tema. Según dijo, recientemente escuchó al especialista británico Andy Hargreaves cuestionar “por qué hablamos de modelo híbrido”. Baroni indicó que “deberíamos hablar de educación y punto”, porque “hablar de ‘modelo híbrido’ es como decir: “Vamos a hacer matemáticas con calculadoras’”. “Hacer educación híbrida es algo que debería ser totalmente normal, la extensión pedagógica no tiene por qué ser únicamente presencial, también tiene que ser virtual. Pensar que la educación es sólo dentro de cuatro paredes es pensar en algo añejo”, sostuvo.

En suma, Baroni consideró que “el docente es insustituible” y que esos profesionales no deben temer por su futuro. Al respecto, dijo que es normal que surjan miedos “cuando viene algo que irrumpe y toca el statu quo”, pero “la presencialidad física del docente en el proceso educativo es insustituible”, más allá de si se cuenta con “mucha o poca tecnología”. Baroni consideró que “el docente siempre va a estar ahí presente” porque la educación es un proceso humano, “más allá de la inteligencia artificial o distintos procesos de acompañamiento” virtuales existentes. Para el director de Educación, se debe trabajar para “tener un modelo a la uruguaya”, por el que la gente llegue a considerar que no es lo mismo estudiar en las instituciones educativas del país, y opinó que estas deben seguir profundizando su diferencial respecto de ofertas educativas del extranjero.

Incorporación de la tecnología

Marrero señaló que la posibilidad de implementar transformaciones “depende de las personas” y, en ese sentido, la UTEC debe “respetar el grado de madurez” de sus docentes en relación con el uso de la tecnología. Según dijo, trabajar ese aspecto “requiere muchísimo acompañamiento y capacitación”, de forma de otorgar herramientas a los educadores, pero también a los estudiantes, para que “se empoderen en ese proceso”. Para Marrero, dicho proceso está asociado a los cambios que en todo el mundo se están dando en el rol docente, pero también a “los cambios estructurales” que está desarrollando la UTEC, tanto a nivel legal como de reglamentación interna y de metodología de trabajo. En ese sentido, consideró especialmente innovadora la forma en que se toman las decisiones en la institución, con la participación de diferentes dependencias de la universidad. Por ejemplo, señaló que la transformación digital se piensa desde su sector, pero “en estrecha relación con la Dirección de Educación, con los docentes, con los coordinadores de carreras y con todas las demás áreas”.

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