Si el Parlamento accede durante la discusión de la Rendición de Cuentas, el Programa de Desarrollo de las Ciencias Básicas (Pedeciba) buscará apostar a la promoción de la carrera de investigador científico con foco en los jóvenes, puesto que a sus autoridades les importa “mucho” que la ciencia sea “profesional” y que ser un investigador no sea una “tarea lateral”. Para eso, presentaron el proyecto Impulso, un programa enfocado en los jóvenes investigadores para que, entre otras cosas, sepan comunicar mejor y poder “bajar a tierra” los conceptos de la ciencia ante la población, según explicaron en su comparecencia a la Comisión de Ciencia, Innovación y Tecnología del Senado el 9 de junio.

A su vez, intentarán capacitarlos en la gestión económica de un proyecto y en cómo escribirlo, presentarlo e incluso defenderlo. También se enseñará cómo tener en cuenta los enfoques de género y cómo ser capaz de trascender la disciplina propia y, de esa forma, “abarcar y cooperar” con investigadores de otras disciplinas, dando a los proyectos una sustancia “mucho más grande”.

De antemano, las autoridades del Pedeciba fueron claras ante la comisión parlamentaria y pidieron 14 millones de pesos por año para financiar este programa. Esto se discutirá durante el tratamiento del proyecto de ley de Rendición de Cuentas que presentó el gobierno el miércoles. En ese documento, no obstante, no se prevé un aumento para este organismo.

El presupuesto que tiene actualmente el Pedeciba, de unos 68 millones de pesos, es igual al de 2017. Si bien en 2018 hubo un aumento temporal y se llegó a 70 millones de pesos, no lo pudo mantener para el año siguiente. Pero esto se da en un contexto en el que año a año, “por suerte”, ingresan muchos más estudiantes. Por ejemplo, en 2017 había 1.015 investigadores y 885 estudiantes, mientras que en 2020 fueron unos 1.070 y 942, respectivamente.

El Pedeciba estima que los cursos transversales de Impulso pueden costar un millón de pesos por año, mientras que el programa de “despegue científico”, unos cinco millones más (como para entre 20 y 25 investigadores), y el programa de posdoctorado, otros ocho millones. Estela Castillo, subdirectora del Pedeciba, dijo a la diaria que no están pidiendo “demasiado” dinero, sino que intentan moverse “con tiempo de manera de ir planteando cosas para no perder las ideas y realmente poder conseguir algo [más de presupuesto]”. “En general actuamos de esa manera”, agregó. Ya pidieron fecha para concurrir a la Comisión de Presupuesto integrada con Hacienda de Representantes, pero por el momento no tienen un día definido.

Castillo sostuvo que están “súper preocupados por la gente más joven y lo que les espera”, por eso el proyecto. “Es muy importante trabajar para ellos por dos cosas: por un lado, para consolidar lo que ya está formado y por el otro, porque también tienen que tener una esperanza para ingresar al posgrado. En el sistema científico, los estudiantes son la mano de obra del sistema, son los que realmente trabajan, y trabajan mucho”, detalló.

La apuesta es a que sean “mejores comunicadores, no solamente para hacer conocer su trabajo, sino también porque entendemos que para conseguir fondos para la ciencia hay que tener un respaldo. No sólo para los políticos, sino para la sociedad. La gente tiene que entender que es importante y eso está bueno. Es muy poca plata, pero por lo menos hacer algo, no poner cero y no hacer absolutamente nada, porque eso desesperanza a los estudiantes”.

En diálogo con la diaria, Florencia Tomasina, delegada de los estudiantes en la Comisión Directiva del Pedeciba, valoró la propuesta que las autoridades idearon desde antes de que se decretara la emergencia sanitaria. “Vemos como muy positivo el hecho de que pidan financiación para poder insertar a jóvenes que después de obtener un doctorado puedan consolidarse para hacer una línea nueva de investigación o insertarse en otra, pero teniendo más independencia”. Los cursos están orientados hacia lo práctico, “es el enseñarnos tips para la vida, para que en un futuro cercano tengamos que enfrentarnos a escribir un proyecto y lo podamos hacer, que nos den una idea también de economía, que no tenemos idea de nada. También armar planillas; sin dinero no se puede hacer ciencia”, expresó. “Sumar en lo que tiene que ver con la comunicación claramente era un debe. Si vos preguntas por qué es importante hacer ciencia, nadie lo tiene claro”, dijo, y aseguró que “recién ahora”, con la pandemia, se les pudo dar un lugar. “Muchos científicos pudieron salir a mostrar lo que hacen, lo que se hace; incluso en mi familia me dicen que no pueden creer que haga esto”, añadió.

La representante de los estudiantes confía en que se reasignen recursos para este programa porque “tiene una ventaja” que “no es menor”, y es que plantea “números concretos, soluciones y resultados concretos. Muy rápidos, aparte”. “Nos va a ayudar a proyectarnos y mostrarnos, y en segundo lugar a buscar la inserción de jóvenes investigadores necesaria para estimular, para que más personas quieran seguir investigando. Hoy hay compañeros que se reciben y se van al exterior porque no tienen posibilidades de continuar”, lamentó.

En relación al enfoque de género que le quieren dar al programa, Castillo sostuvo que es porque “hay un compromiso de trabajar por la equidad de género”. Y puso como ejemplo a la Facultad de Química, en la que hay una mayoría de mujeres y, sin embargo, eso no se condice con los cargos ni con la cantidad de investigadoras. Asimismo, en el posgrado de biología son muchas más las mujeres que los hombres. En cambio, cuando uno pasa a categoría de investigador, dijo la subdirectora, “se perdieron, es decir, ‘no llegan’”.

En ese sentido, aseguró que hay desigualdades que vienen de hace “mucho tiempo” y que las quieren “cambiar”, puesto que es importante sensibilizar a las nuevas generaciones. Por su parte, Tomasina sostuvo que el área de enfoque de género se da por el “famoso techo de cristal”. “Está bueno romper con ese tipo de barreras, que haya cursos en ese sentido, es verdad que falta capacitación”, afirmó. Si bien confían en que el Parlamento sea sensible a sus reclamos, saben que es muy poco probable que puedan llegar a obtener los recursos.

Para la subdirectora, hay que apostar a los investigadores jóvenes para trabajar e impulsarlos para que miren hacia el futuro. Los estudiantes son una “fuerza importante, independientemente de que trabajen en el laboratorio y sean la mano de obra”, consideró, y recalcó: “Elegimos esto que consideramos que es más importante que nada, seguiremos luchando”. Y vaya si será importante tras las certezas que brindó la ciencia en el último año.