Las autoridades de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) pretenden llevar a cabo una reforma curricular cuyo proceso está en marcha. Eso fue definido en el mensaje presupuestal del ente y el 30 de junio su Consejo Directivo Central (Codicen) definió una hoja de ruta para llevarla a la práctica.
Según la circular, el Codicen aprobó que las direcciones generales de cada subsistema y la Dirección Ejecutiva de Políticas Educativas deben “desarrollar y propiciar” instancias de “amplia participación” a nivel del sistema educativo, así como de la sociedad en general, “cumpliendo además con lo dispuesto en relación con los informes técnicos establecidos en la normativa de aplicación”.
El cambio curricular, según la ANEP, se propone como forma de “mejorar los aprendizajes” y que el sistema educativo responda “adecuadamente” a su finalidad de formar a las nuevas generaciones.
El documento detalla que la integralidad de la propuesta tiene dos alcances. Por un lado, incluir la transformación curricular dentro de una serie de “cambios sistémicos”, como la modificación de la formación docente inicial, en la gestión institucional y en el diseño de recursos educativos. En segundo lugar, proponer la integración dentro de la propia transformación curricular, ya que “solamente desde una propuesta que tenga en cuenta las diversas dimensiones involucradas” se logrará impactar en la “mejora” de los aprendizajes y en la “inclusión de todos los estudiantes”.
Este domingo, El Observador informó que uno de los cambios previstos es que el bachillerato tenga un quinto año con contenidos generales y un énfasis temático que pueda ser profundizado en sexto año. El presidente del Codicen, Robert Silva, sostuvo en declaraciones a Telemundo que quieren “hablar de planes y de programas que tienen décadas y que en definitiva no responden a las necesidades de esta sociedad, no motivan a nuestros estudiantes, no fomentan la innovación ni la creatividad”.
Para Silva, la propuesta educativa que rige actualmente “muchas veces” genera situaciones que “afectan las trayectorias de nuestros estudiantes”, y es por eso que al bachillerato “hay que cambiarlo”.
Asimismo, el jerarca rememoró que a más de 60% de las carreras de la Universidad de la República se puede ingresar habiendo cursado cualquiera de las orientaciones. “Esto quiere decir que hay una formación general que todo estudiante debe tener, que debe ir por canales diferentes al que va ahora, fomentando tantas cosas como las letras, las artes, la ciencia, el cálculo y el razonamiento”, afirmó.
Distintas velocidades
Por su parte, el miembro del Codicen e integrante del Partido Nacional Juan Gabito dijo a la diaria que todavía es “un poco apresurado” hablar del formato que tendrá el bachillerato. “Todavía no está definido cómo serán los bachilleratos, eso tiene que ser producto de un nuevo plan [de estudios], y hay que ver qué asignaturas hay dentro de ese plan y qué contenidos y formatos hay dentro de esas asignaturas”, consideró.
Respecto de si es posible que en 2022 se implementen algunas experiencias piloto de los cambios que pretende instaurarse, Gabito señaló que ello no está en el cronograma definido por el organismo. “Se supone que esto se va a estar implementado recién en 2023”, indicó.
El consejero detalló que la instancia de consulta con diversos actores de la educación que prevé el cronograma del Codicen iría desde mitad de 2021 hasta comienzos de 2022, para luego diseñar una propuesta. “No se puede dar por resuelto lo que no está resuelto y merece ser acordado”, dijo.
Si bien remarcó que existe acuerdo en la necesidad de actualizar planes y programas, consideró que el proceso de intercambio “es importante” e incluso debe hacerse una consulta preceptiva a las Asambleas Técnico Docentes de los respectivos subsistemas, según dispone el artículo 70 de la Ley General de Educación.
Para Gabito, en el caso de la reforma de bachillerato también es necesario consultar con actores del nivel terciario de educación, más allá de que muchas carreras universitarias ya no pidan una orientación específica para el ingreso de estudiantes.
Si bien el Codicen pretende darles a los bachilleres una formación “integral” general para “que puedan incorporarse a la vida adulta de manera responsable” a partir de valores como la solidaridad o el respeto a los derechos humanos, “por otro lado está la parte propedéutica o de preparatorio, que te habilita a seguir estudios en una instancia superior”, declaró Gabito. Al respecto, aclaró que “si bien la tendencia es que sea una preparación general que habilite a cualquier destino académico, creo que quienes reciban a estos estudiantes tendrían algo que decir; hay que esperar a esa instancia”.
Mientras tanto, en el Frente Amplio estas modificaciones ya generaron un “revuelo” interno, y es por eso que “probablemente” los especialistas en educación de esa fuerza política estudien a fondo la propuesta del gobierno, según dijeron a la diaria fuentes de la fuerza política.
De antemano, ya el lunes la senadora frenteamplista y presidenta de la Comisión de Educación y Cultura, Silvia Nane, planteó la preocupación en sesión y los integrantes decidieron aprobar que la ANEP envíe la hoja de ruta para poder estudiar estos cambios, confirmó la legisladora a la diaria.