Solidaridad Uy es una organización que se conformó al inicio de la pandemia de covid-19 con el objetivo de centralizar información sobre necesidades de quienes más lo necesitan, ante la disminución de ingresos económicos que comenzó a afectar a muchas personas. Si bien el foco más claro estuvo en las ollas populares, a las que apoyan y sobre las que han realizado relevamientos para conocer más sobre su aporte solidario, también se han encargado de atender otras carencias.

Además de estar atentos a necesidades materiales de las familias que en distintas zonas de Montevideo deben acudir a ollas populares, la organización detectó que el apoyo escolar era necesario para muchos niños y niñas. Si bien desde Solidaridad Uy entienden que este tipo de apoyo sería necesario en muchas zonas de Montevideo, departamento en el que trabajan, señalaron que tuvieron que enfocarse en un barrio en particular, debido a que la cantidad de voluntarios para esta tarea no les permite ampliar el apoyo a otras zonas. Así lo explicó a la diaria Pilar Lorenzo, integrante de la organización que concurre semanalmente al asentamiento El Monarca.

Según contó Lorenzo, en un principio la organización se encargaba de gestionar ollas y merenderos, coordinar donaciones y realizar mapeos de la presencia en territorio de estas iniciativas. Al hacer este relevamiento, entraron en contacto con distintos territorios y accedieron de primera mano a sus necesidades, por lo que, en la medida de las posibilidades, intentaron aportar “un granito de arena” para solucionarlas, explicó.

Lorenzo detalló que decidieron trabajar en El Monarca por el tejido social y educativo que existe en la zona de Villa García. Por ejemplo, ello les permite trabajar en articulación con una mesa de organizaciones sociales que funciona en el barrio, según apuntó a la diaria Gabriela Bentancourt, otra integrante de la organización. Agregó que en forma periódica se organizan actividades lúdicas y recreativas para los niños de la zona, lo que se complementa con el apoyo escolar más cotidiano.

Al respecto, Lorenzo contó que trabajan en el salón comunal que se ubica al lado de la policlínica de El Monarca, con la que también articulan. Según contó, si bien notan la retirada de muchas políticas sociales de la zona, como la de los Servicios de Orientación, Consulta y Articulación (Socat), destacó el trabajo que realizan el Programa Integral Metropolitano de la Universidad de la República y algunos programas del Instituto Nacional de la Juventud. No obstante, señaló que se necesita de una mayor presencia de políticas públicas para atender carencias de alimentación que se están notando en los últimos meses y también para abordar la vulneración de derechos que viven muchos adolescentes.

Según dijo, debido a la cantidad de voluntarios de la organización, el apoyo curricular está más destinado a niños y niñas, pero también lo necesitan quienes concurren al liceo o a escuelas técnicas. Lorenzo contó que “las familias del asentamiento son muy trabajadoras” y, precisamente, como deben trabajar buena parte del día para lograr ingresos, no pueden dedicar tiempo al acompañamiento educativo de sus hijos. En ese sentido, dijo que desde Solidaridad Uy necesitan a más voluntarios para poder atender las necesidades de adolescentes y también para realizar este tipo de acciones educativas en otras zonas de la capital, que también lo requieren.