Fue en abril de este año que el Consejo Directivo Central (Codicen) de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) aprobó el documento preliminar del Marco Curricular Nacional (MCN), con dos votos en contra de los consejeros docentes y los tres votos a favor de los representantes políticos en el organismo. El viernes 12, con los mismos apoyos y negativas, el MCN dejó de estar “en construcción” y fue aprobado tras algunos meses de discusiones, aportes y rechazos de distintos actores.

En diálogo con la diaria, la directora ejecutiva de Políticas Educativas de la ANEP, Adriana Aristimuño, así como el consejero político Juan Gabito, aseguraron que el resultado final tiene una mejoría respecto del texto preliminar. “Creo que el documento ganó”, afirmó Gabito. En la misma línea, Aristimuño señaló que el MCN actual “quedó mucho mejor”, aunque admitió que “es el primer hito de toda una construcción que todavía está en proceso”. 

Concretamente, lo que le sigue es la aprobación de un plan de estudios por parte del Codicen, que según Aristimuño “va a ocurrir en los próximos días”, y en función de esta aprobación “se van a tener más elementos para elaborar los programas, que necesitan muchos insumos: los perfiles de tramo, las progresiones [de aprendizaje], el marco curricular”. Los insumos nombrados ya cuentan con la aprobación; por lo tanto, Aristimuño delineó que “ya se puede empezar a trabajar, porque es como que vas de lo más general a lo más particular: podés empezar por las competencias, las progresiones, y seguís avanzando hacia el programa completo”. Aun así, recordó que “tenemos dos meses de trabajo” y que “no se agota todo en los primeros días”.

Según supo la diaria, el lunes habrá una sesión extraordinaria del Codicen en la que el plan de estudios será discutido y, entre otros aspectos estructurales, estará sobre la mesa la idea de pasar a considerar la repetición de los estudiantes cada dos años.

Con los nuevos planes, los estudiantes deberán lograr ciertas metas de aprendizaje, que se establecen en un documento sobre las “progresiones de aprendizaje”. Si bien ya está aprobado, aún no se hizo público porque, según Aristimuño, están ultimando cuestiones de diseño. En resumidas cuentas, la directora ejecutiva adelantó que las progresiones “tratan de tomar cada una de las diez competencias y progresarlas a lo largo del tiempo”, ya que “no es lo mismo para un niño de inicial que para un adolescente”. En otros países, dijo, se le llama “mapa de progreso”.

Los cambios

En la versión final del MCN se explicita que para la construcción del documento recibieron aportes de más de 20 fuentes distintas, que incluyen mesas redondas a nivel político, académico, social y sindical, Asambleas Técnico Docentes (ATD), de la Dirección General de Educación Inicial y Primaria, entre varios otros.

Aristimuño destacó que las grandes sugerencias plasmadas en el texto se tomaron de equipos técnicos de inspectores, de la división Educación de Primaria, de las ATD, de “algunos documentos puntuales” de salas docentes y escritos de comisiones descentralizadas. También mencionó que fueron incorporados aportes de la consejera docente Daysi Iglesias y su equipo, más allá de que no fue suficiente para que Iglesias votara afirmativamente el texto.

Sin embargo, el otro consejero docente, Julián Mazzoni, dijo a la diaria que el documento “prácticamente no tiene cambios”. Según detalló, en las 77 páginas constató 20 “pequeñas modificaciones” y un agregado a propuesta del equipo que lo elaboró. Según lamentó, “no hubo voluntad” de incorporar las críticas más profundas que se realizaron y por eso los dos consejeros que fueron electos por los docentes votaron en contra.

En la misma línea, Martín Pasturino, profesor y exconsejero de Educación Secundaria, dijo a la diaria que “si uno se fija en las fuentes, algunas de esas consultas fueron un touch and go, porque no fueron consultas, fueron unas charlas, pero además no están citadas”. Por otro lado, recalcó que, en comparación con el documento preliminar de abril, “no hay cambios sustantivos” y básicamente es “el mismo”. El único cambio que el docente percibió tras la lectura, porque era “algo que [anteriormente] rompía los ojos”, ya que establecía a la política curricular “como culpable de todos los problemas”, es un agregado que refiere a la situación socioeconómica y sociocultural de los estudiantes.

En concreto, este punto fue uno de los esbozados por Aristimuño como uno de los principales cambios introducidos, a partir de “algunos argumentos que nos parecían de recibo”: “Se agregó que el currículo no es solamente el responsable del abandono o del fracaso, sino también las condiciones socioculturales de origen del estudiante”.

Adriana Aristimuño puntualizó que se tomó la sugerencia de Primaria de implementar una nueva competencia, relacionada con “la conciencia corporal”.

Por otra parte, Gabito resaltó que, “en esencia, el documento ha mantenido su estructura”, aunque señaló que “lo más importante en materia de cambios” refiere a las competencias. Al respecto, dijo que se explicitó su manifestación y “qué es lo que el estudiante puede hacer o demostrar en relación a ellas en cada uno de los niveles”. A propósito, Aristimuño puntualizó que se tomó la sugerencia de Primaria de implementar una nueva competencia, relacionada con “la conciencia corporal”. “Tiene que ver con la psicología del desarrollo, cognitiva y demás, y vimos de incorporarlo tanto en la competencia intrapersonal como en la competencia de relación con otros”, explicó. 

En otro orden, dijo que se puso de relevancia a la ciencia, a partir de “algunas sugerencias en cuanto a las alfabetizaciones fundamentales y las áreas del saber”, además de modificar el perfil de egreso para plasmarlo “de una manera más precisa”. De una forma similar, se realizaron cambios en relación con la evaluación, que tuvo ciertas inclusiones porque anteriormente “no estaba muy clara”, detalló.

Asimismo, la jerarca de la ANEP afirmó que, a partir de menciones de distintos colectivos, se colocó con mayor relevancia el rol de los docentes. Según explicó Aristimuño, “en el documento original nunca se tuvo la intención de minimizarlo, pero en esa idea de poner en el centro al estudiante y de reivindicar mucho el tema del aprendizaje quedó mucho más mencionado el tema ‘aprendizaje y estudiante’ que ‘enseñanza y docente’. Entonces se le puso más énfasis”.  

Empero, Pasturino dijo que “para nada” vio este mayor énfasis en el documento final. En ese sentido, comentó que si bien “el documento está bien hecho” y está “de acuerdo en que se necesita un marco curricular común”, el MCN “es el inicio” para un “alineamiento curricular” del que se está “muy lejos”, porque “los verdaderos actores que van a hacer eso posible son los docentes, y la participación fue pobrísima”.

Contrariamente, Aristimuño reivindicó los espacios de participación que se generaron en el proceso de diseño de la nueva propuesta curricular. De hecho, afirmó que el proceso de construcción del MCN ha sido “muy intenso, de muchísimo trabajo” y cree que “es la primera vez que un proceso de este tipo transcurre con participación de todos los subsistemas al mismo tiempo”. “Eso es muy importante y tiene una complejidad, pero también una gran ventaja, que es la visión integrada de trayectoria del estudiante: lo que queremos lograr”, concluyó. 

Parte del proceso previo

El 9 de agosto, en el salón de actos del edificio del Codicen, Aristimuño afirmó en rueda de prensa que ese día se instalaron “las comisiones para elaborar los nuevos programas de la transformación curricular”.

Junto al presidente del Codicen, Robert Silva, y delegados de los subsistemas y de las ATD, se lanzó el comienzo de “un trabajo colectivo de 13 comisiones de programa”, una por cada disciplina, y “un grupo de trabajo sobre autonomía curricular”, según explicó Aristimuño. Se anunció también la representación de los cuatro subsistemas y de las ATD de Primaria, Secundaria y UTU.

Sin embargo, al igual que en ese momento, la mayoría de las ATD continuaron rechazando la propuesta. Las comisiones de programa tuvieron una instancia de discusión del borrador del MCN, que tuvo ciertas idas y vueltas que llevaron a la retirada de las ATD de Secundaria y al pedido de un cuarto intermedio por parte de los demás subsistemas para evaluar cómo continuar con el proceso.

Los representantes de la ATD de Secundaria escribieron en un comunicado que en la segunda jornada de encuentro, realizada el 18 de agosto, las “comisiones no se han conformado” y que, por tanto, la instalación de 13 comisiones y un grupo de autonomía curricular anunciadas por la ANEP no ocurrió. Desde el colectivo de profesores afirmaron que la ANEP “faltó a la verdad” sobre las características del encuentro. Al respecto, Aristimuño volvió a afirmar que las comisiones se conformaron. “Lo que pasa es que la expectativa que ellos tenían, que era llegar y ponerse a trabajar directamente en los programas, no sucedió, porque la forma de trabajo no era esa”, esgrimió.

En cuanto al MCN, desde las ATD de Secundaria manifestaron que en la Asamblea Nacional “se ha laudado el rechazo al mismo por forma y contenido”, por lo que “no corresponde realizar ningún aporte” tal y como “se planteó en la primera jornada”. Asimismo, señalaron que encontraron “contradicciones entre el discurso instaurado en el MCN” y “una asignación presupuestal que muestra un significativo recorte”. Por otro lado, denunciaron que el documento definitivo del MCN no les fue presentado, por lo que trabajaron con base en un “documento en construcción, desconociendo posibles modificaciones”.

Según Julián Mazzoni, el MCN “prácticamente no tiene cambios” y en sus 77 páginas constató 20 “pequeñas modificaciones” y un agregado a propuesta del equipo que lo elaboró.

En la misma línea que han manifestado gremios estudiantiles y sindicatos docentes, recalcaron la falta de intercambio, de construcción colectiva y que, en este caso, “la propuesta de trabajo es magistral, por lo que la participación que considera es únicamente la escucha”. En última instancia, refirieron a “las condiciones” bajo las que fueron citados para trabajar en la elaboración de los programas, algo que se hizo “sin ninguna resolución oficial”, aseguraron. “No tenemos confirmación por parte de las autoridades de la DGES [Dirección General de Educación Secundaria] sobre el descargo de horas, días y formas de trabajo, así como del Codicen para los representantes que trabajan, además, en otros subsistemas o que tienen cargos de más de 20 horas”, lamentaron.

En ese sentido, manifestaron que los docentes faltaron a las clases “sin conocer cómo se resolverá la situación curricular de nuestros estudiantes a una altura del año lectivo que es muy importante, para los aprendizajes significativos, para el entorno pedagógico y para la evaluación del proceso”.

Según dijeron, recién al comienzo de la instancia de análisis recibieron la información sobre los temas y el cronograma de trabajo que se realizaría durante las jornadas. Por todos estos puntos, en el comunicado esbozado el día de la reunión plantearon a los organizadores que para seguir presentes sería “necesario replantear la forma de trabajo, dado lo acotado del tiempo”, y por ello hicieron dos solicitudes: que se respete “la citación al trabajo por asignaturas con los equipos que fueron publicados en su momento” y que se proporcione “información durante el trabajo para que los representantes conozcan el alcance de la propuesta de las autoridades”. Tales condiciones debían ser cumplidas para garantizar su permanencia, pero como no fue así, abandonaron el encuentro.

Eso llevó a que la delegación de las ATD de Primaria y de UTU pidieran un cuarto intermedio y también analicen retirarse. “Frente a eso, que les desarmaría todo el encuentro, acceden a cambiar de cierta manera el trabajo, pero igual nunca dan los planes, los contenidos: todavía no sabemos realmente qué es lo que se va a incorporar y sacar”, dijo a la diaria Edith Silveira, profesora y vocera de la lista 302 de la ATD de Secundaria.

En ese marco, Silveira dijo que “el gobierno tiene la obligación de consultar a las ATD sobre cualquier tipo de plan o programa” y que todo el proceso debe terminar en una ATD a nivel nacional, por más que tomen o no en cuenta la resolución final. “Lo que está en disputa ahora es que el gobierno quiere plantear esto como un gran acuerdo del ámbito educativo, más extenso, porque lleva a Ceibal, Unicef, las cámaras empresariales, pero no están consiguiendo el acuerdo de los docentes y cada vez más está produciéndose esa fractura”, sentenció.

Desde la lista 302 emitieron un comunicado en acuerdo con las listas independientes departamentales de Rivera. A través de un comunicado, esos colectivos aseguraron que la reforma educativa basada en el MCN es una “concepción mercantilista de la formación de los estudiantes” y que las consultas que se les han hecho “se han realizado con márgenes de tiempo que no garantizan los procesos de análisis, de estudio responsable y debate enriquecedor”. Por otro lado, entendieron que las consultas para el proceso de trabajo deben incluir “otras organizaciones, como las inspecciones de asignaturas y las salas por asignaturas liceales”.

Negociación con la CSEU

En una instancia bipartita realizada esta semana, desde la Coordinadora de Sindicatos de la Enseñanza del Uruguay plantearon al Codicen de la ANEP la necesidad de contar con ámbitos “pesados” y “serios” de negociación sobre la transformación educativa. Así lo explicó Emiliano Mandacen, secretario general de la Federación Nacional de Profesores de Educación Secundaria, en un mensaje a las filiales del sindicato que fue difundido por Twitter. Según amplió, la próxima semana habrá una reunión y el organismo llevará una respuesta. De todas formas, más allá de planteos similares realizados en las últimas semanas desde gremios estudiantiles en formación en educación, autoridades de ANEP y del gobierno nacional han manifestado que la reforma sigue en curso y no están dispuestos a detener ni enlentecer su marcha.

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