“Destaco la empatía y disponibilidad de tratar los temas que le planteamos y el conocimiento de los mismos”, escribió en su cuenta de Twitter Diego Burgueño, secretario general de la asociación Toda la Verdad (TLV), luego de tener una reunión con Robert Silva, presidente del Consejo Directivo Central (Codicen) de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), para proponerle una serie de cambios en los libros de historia que se imparten en la educación pública.
Concretamente, los cambios propuestos refieren al período predictatorial, en tanto para Burgueño “se da una visión muy descafeinada, e incluso rozando lo falso, de lo que fue el atentado a la democracia”, según señaló a la diaria. En los libros de texto que “desde hace unos cuantos años están circulando en los centros de estudios y son aprobados por el Codicen” se cuenta una historia que puede dividirse en “tres casos”, dijo: “Algunos a medias, otros con una suspicacia muy particular, ideológica, que se da durante muchos más años de los que estuvo la izquierda -quienes implantaron este tipo de libros- y en los que se mira el mundo desde una perspectiva parcial y no completa”.
Por último, aseguró que en algunas circunstancias se cuenta sobre el pasado reciente “con mentiras flagrantes, como por ejemplo el hecho de que mi padre fue caído porque formaba parte de uno de los bandos, cosa que forma parte de mentiras ya intolerables”.
Burgueño es hijo de un hombre asesinado durante la toma de Pando y recientemente fue propuesto por la asociación y por legisladores del Partido Nacional para integrar el consejo directivo de la Institución Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo, pero luego decidió retirar su candidatura.
La asociación a la que pertenece es presentada en su página web como “de víctimas y familiares de víctimas del terrorismo sedicioso que actuó en la República Oriental del Uruguay” durante la década del 60, y buscan “cuestionar el relato hegemónico que se ha instalado en las últimas décadas, tanto a nivel oficial como extraoficial, invisibilizando las víctimas del terrorismo e idealizando a los alzados en armas contra la República”, en referencia, sobre todo, al accionar del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN-T). De hecho, poco tiempo atrás Burgueño mencionó en el programa Polémica en el bar que tanto el Partido Comunista del Uruguay como el MLN-T “tienen grupos armados” en la actualidad.
La reunión con Silva había sido solicitada desde hace dos años y reiterada en un encuentro con el presidente de la República, Luis Lacalle Pou. “Nosotros deseábamos que la reunión hubiera sido antes, porque la veníamos solicitando desde hace tiempo, pero la verdad es que [Silva] nos recibió con total empatía a nuestra causa”, esgrimió Burgueño.
En base a “algunos ejemplos de textos”, en los que, por ejemplo, se muestra “lo que es el atentado a la laicidad en este país con un grado de adoctrinamiento”, sugirió modificaciones a los libros de historia existentes y además recomendó a una serie de periodistas e investigadores, que según Burgueño “han hecho trabajos objetivos, más allá de su ideología, que se pueden tomar en cuenta para dar una visión completa de la situación”.
En resumen, Burgueño dijo que “si decimos y detallamos con total claridad las tragedias y el terror que se vivió en la dictadura, creo que es de orden que también se nombre todo lo que sucedió de antemano, porque en definitiva fueron 80 víctimas las que hubo de parte del terrorismo de los grupos sediciosos que hubo en este país, 25 secuestrados y 150 personas que quedaron con diferentes discapacidades”.
Sobre la respuesta de Silva en la reunión, el representante de la asociación dijo que el jerarca fue “muy amable”, que “tomó nota” y que “estaba en proceso el tema de la revisión de los libros, que probablemente ya para principios del próximo ciclo educativo se esté modificando y cambiando algunos autores y libros puntuales”. “Salimos con un grado de satisfacción muy grande, esperando a que las palabras se concreten”, concluyó.