Una vez más, la aprobación de un documento preliminar con un nuevo Plan de Estudios para el tramo que va de inicial a tercero de media se dio sin los votos de los representantes docentes en el Consejo Directivo Central (Codicen) de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP). En diálogo con la diaria, Julián Mazzoni, uno de ellos, explicó que después de haber votado en contra del Marco Curricular Nacional tanto él como Daysi Iglesias consideran que deben abstenerse en los siguientes pasos de la llamada transformación curricular, y eso hicieron en este caso.
Mazzoni indicó que el documento aprobado el miércoles tiene carácter preliminar y será aprobado definitivamente en noviembre, luego de una consulta a las Asambleas Técnico Docentes, que los consejeros electos escucharán con atención. Por su parte, el integrante del Codicen dejó en claro que, si bien aparece como sugerencia en el documento, todavía no está aprobada la repetición por ciclos –y no por grados, como ocurre ahora–, ya que hay un grupo que trabaja en modificaciones a los reglamentos de pasaje de grado de los distintos subsistemas.
Según avizora, además de ese tema, próximamente el organismo deberá decidir sobre la elección de horas docentes en secundaria, UTU y la formación docente, que es clave para la aplicación de los cambios. Para definir la cantidad de horas a las que se llamará en cada subsistema es necesario saber qué materias serán parte de la malla curricular en 2023 y su carga horaria. Además, la elección en el Consejo de Formación en Educación se suele realizar primero que la de secundaria y UTU, para que luego no haya renuncia de horas en esos subsistemas.
Al respecto, Mazzoni señaló que los consejeros políticos del Codicen manejan la idea de que las próximas elecciones de horas en la educación media se realicen por tres años, pero admitieron que ello debe ser objeto de negociación colectiva con los sindicatos, ya que modifica las condiciones de trabajo.
Consultado sobre el cambio de plan de estudios que el Codicen se encamina a aprobar, Mazzoni señaló que esperaba “una propuesta más radical, en el sentido de potenciar las competencias y dejar bastante de lado las asignaturas”. Sin embargo, valoró que “eso no es lo que se ve” en el documento preliminar aprobado. Según dijo, ello se debe a los distintos planteos de rechazo a la reforma y a la “movilización” que se ha dado en los últimos meses por parte de distintos actores de la educación.
Si bien comentó que se crean algunas materias nuevas, estimó que se trata principalmente de cambios de nombre, ya que los docentes y los contenidos serán los mismos que ahora. Por ejemplo, dijo que “Ciencias Ambientales es Geografía o Biología” y lo mismo ocurrirá con Mundo Contemporáneo, que abordará contenidos de Historia. Si bien sostuvo que hay algunos cambios en la carga horaria de esos cursos, estimó que no son significativos y que las condiciones laborales de la mayoría de los docentes no se verán afectadas.
Respecto de la creación de séptimo, octavo y noveno grado en los primeros tres años, Mazzoni señaló que “es un viejo planteo” que está “sustentado en los primeros documentos que el Banco Mundial sacó sobre la visión que tenía de la educación” y luego en condicionamientos para el apoyo económico a este tipo de transformaciones. Incluso, contó que la idea se había planteado antes de la aprobación de la Ley General de Educación de 2008, pero no se llegó a concretar en ese momento.
El consejero entendió que en 2023 se aplicará simplemente un cambio de denominación para esos grados, ya que los estudiantes serán atendidos por las direcciones generales de secundaria y UTU y por sus respectivos profesores. De todas formas, adelantó que “habrá que ver si para adelante no se está pensando en más” cambios en ese sentido.