Más allá de la invasión de militantes golpistas a las sedes de los tres poderes de Brasil registrada el domingo, el cambio de gobierno en ese país fue bien recibido en buena parte de la comunidad académica. En diálogo con la diaria, el rector de la Universidad de la República (Udelar), Rodrigo Arim, dijo que la asunción de un nuevo gobierno “abre un clima de esperanza” en el sistema universitario de ese país.

A partir de su vínculo con distintos rectores de universidades federales, Arim explicó que los años del gobierno encabezado por Jair Bolsonaro fueron “muy duros” para las universidades. En particular, refirió que el Poder Ejecutivo tuvo una “injerencia directa” y que ello ocurrió por primera vez desde la última reapertura democrática. Según detalló, para la elección de sus autoridades, las universidades federales brasileñas tienen un sistema por el que elevan una terna de candidatos al gobierno, que designa en función de esa propuesta.

Sin embargo, durante la gestión de Bolsonaro “hubo algunos procesos muy complejos por los que algunos docentes eran postulados con muy pocos votos en la interna universitaria y, sin embargo, eran designados en forma directa por el Poder Ejecutivo”, dijo el rector. Sobre ese tipo de medidas, indicó que van “contra la noción de autonomía”, que es “bien importante para todas las universidades en el mundo”.

En suma, Arim marcó que muchas universidades sufrieron restricciones presupuestales, “a veces sin anuncio y en forma arbitraria”. En relación a la asignación de recursos, señaló que también existieron amenazas de supresión de financiamiento para algunas áreas disciplinarias, que en algunos casos llegaron a concretarse. Arim detalló que en el caso de las líneas de investigación sobre cambio climático, en esas amenazas y recortes operaban “mecanismos negacionistas” de ese fenómeno, o “intereses creados” de “actores económicos muy cercanos al ámbito del gobierno”.

El rector de la Udelar planteó que algo similar ocurrió con áreas como las ciencias sociales, las humanidades y las artes, ya que se promovía que el Estado no debe invertir en esas áreas. En suma, señaló que estas incertidumbres son especialmente problemáticas en los procesos de generación de conocimiento que, precisamente, requieren de “estabilidad” para llegar a resultados.

Este clima llevó a que muchos académicos brasileños consultaran a la Udelar respecto de la posibilidad de trabajar en la universidad para radicarse en Uruguay. Sin embargo, el rector explicó que sólo algunos llegaron a concretarse. Según consideró, los magros salarios universitarios y la falta de recursos para crear nuevos cargos en la institución conspiraron para que esos pedidos se concreten en forma masiva.

Sobre el escenario que se abre ahora con la asunción de Luiz Inácio Lula da Silva, Arim consideró que “hay esperanza de que el vínculo entre el funcionamiento democrático de un país y las instituciones universitarias vuelva a ciertos carriles de normalidad”. En suma, señaló que quizás desde Brasil comience a haber “cierta voluntad de generar mecanismos de financiamiento que trasciendan las fronteras”. “Ojalá el Mercosur sea mucho más que un acuerdo comercial y funcione también como una plataforma para impulsar la generación de conocimiento y la formación de alto nivel a través de mecanismos que promuevan la integración de los sistemas”, de forma similar a lo que ocurre en la Unión Europea.

Rechazo de universidades

La Asociación de Universidades Grupo Montevideo, de la que es parte la Udelar junto a otras 15 universidades argentinas, emitió un comunicado en el que rechazó la invasión de militantes afines a Bolsonaro a edificios de gobierno, a la que calificaron como un “grave ataque a las instituciones democráticas”. Según agregan, el episodio tiene “consecuencias gravísimas” ya que busca “revertir avances alcanzados por la democracia y la soberanía de los países de la región”.