“No es que entregamos una carta y nos olvidamos del asunto, estamos defendiendo nuestro derecho a estudiar”, dijo a la diaria Manuel Bolaña, integrante del Centro de Estudiantes de la Escuela de Artes y Artesanías Doctor Pedro Figari, para explicar la movilización que realizaron este miércoles hacia el edificio central de UTU.
Junto a Erika Silva, Rocío Salinas y Javier Rocha explicaron que la semana pasada entregaron a la inspección una carta firmada por más de 140 estudiantes para rechazar la política de inscripciones que regirá a partir de este año. Al igual que los docentes sindicalizados del centro educativo, entienden que el pasaje al turno nocturno de una de las formaciones que brinda la escuela desde hace años perjudicará a decenas de estudiantes, que verán “coartada” su posibilidad de seguir adelante o iniciar cursos de educación artística en la institución.
“A toda la gente que ya venía estudiando de mañana y de tarde se la está empujando a estudiar de noche. Es un turno que empieza a las 7.00 de la tarde y termina a las 11.30 de la noche”, explicaron los estudiantes, que aseguran que para muchos de sus compañeros eso implica que llegarán a su casa ya iniciada la madrugada, o que no podrán concurrir porque trabajan en la noche.
Javier Pérez, integrante del núcleo sindical de la Asociación de Funcionarios de UTU en la escuela Figari, explicó a la diaria que lo dispuesto por las autoridades de la Dirección General de Educación Técnico-Profesional (DGETP) fue comunicado a través de la inspección y afecta al núcleo duro de la propuesta educativa en ese centro: la formación profesional en artes y artesanías y el “bachillerato Figari”.
En el primer caso, señaló que se trata de un plan que fue reformulado en 2008 y que fue creado por los mismos docentes de la escuela. Para entrar a dicha propuesta de formación se pide tener 15 años cumplidos y primaria completa, mientras que para la entrada al bachillerato se pide tener el Ciclo Básico concluido, igual que en cualquier bachillerato. Además de las materias básicas que existen en ese tramo, como Matemática o Química, Pérez explicó que en el caso de la escuela Figari existen determinadas “materias troncales” que solo se cursan en ese centro de estudios y están vinculadas a las artes y artesanías.
Asimismo, detalló que tanto los bachilleratos como la formación profesional cuentan con distintas especialidades: talla en madera, técnicas de ornamentación, pintura artística, escultura, cerámica, joyería y engarzado en piedras preciosas.
Como comparten la misma propuesta formativa de los talleres, los estudiantes de formación profesional en artes y artesanías y de los bachilleratos cursan juntos en esos espacios, de forma de optimizar recursos. En ese sentido, Pérez ilustró que, en pintura, orientación que cuenta con una gran demanda, siempre se abría un primer año en formación profesional y un primer año de bachillerato en cada turno -mañana tarde y noche-.
Según amplió, en el segundo año generalmente los grupos de ambas propuestas formativas se unían, ya que algunos estudiantes dejaban de cursar, por ejemplo, porque empezaban a trabajar. El docente explicó que buena parte de los 1.200 estudiantes de la escuela trabajan, por lo que no siempre pueden compatibilizarlo con el estudio. En otras orientaciones menos demandadas como talla en madera o escultura, directamente los estudiantes de las dos propuestas comenzaban a cursar juntos desde el inicio.
Todo cambia
Pérez explicó que ya desde el año pasado los docentes del centro educativo comenzaron a experimentar una pérdida de horas, ya que desde la DGETP no se habilitó la apertura de cursos en formación profesional y solo funcionaron los bachilleratos. Según estimó, ello implicó que los 300 docentes de la escuela Figari tuvieran unas 600 horas menos para tomar. El integrante de Afutu señaló que el argumento que recibieron para fundamentar el cambio es que el Estado ya cumplió con los mayores de 15 años que podrían anotarse a la formación profesional y que no tiene sentido invertir recursos en ese tipo de cursos.
Este año la escuela de artes y artesanías sufrirá un nuevo cambio que puso en alerta a docentes y estudiantes. Si bien se volvió a habilitar la formación profesional, esta se podrá cursar únicamente en el turno nocturno y, por su parte, los bachilleratos solo podrán cursarse en la mañana y en la tarde. Ello se suma a que solo se podrán anotar adultos en el turno de la noche. Al respecto, tanto Pérez como los integrantes del centro de estudiantes señalaron que una de las características de la escuela es la heterogeneidad de los alumnos, lo que genera un efecto positivo. Por ejemplo, el docente señaló que el hecho de que jóvenes convivan con adultos y en algunas ocasiones adultos mayores genera, entre otras cosas, una mayor contención intergeneracional.
El integrante de Afutu se mostró preocupado porque estos cambios supondrán que la escuela Figari se quede “sin alumnos”. Al respecto, explicó que si algunas orientaciones solo cuentan con la oferta de cursos de los bachilleratos, estas serán cursadas por pocos alumnos y, al mismo tiempo, la DGETP tiene la política de que no abre grupos cuando no haya suficientes inscripciones.
Por su parte, los estudiantes también están preocupados porque habrá menos grupos y, por lo tanto, una mayor sobrepoblación estudiantil, lo que es especialmente malo en algunas orientaciones que se estudian en la escuela y trabajan con máquinas. En suma, quienes no tienen edad para anotarse de mañana o de tarde según las nuevas disposiciones sienten que serán “obligados” a cursar de noche de manera “arbitraria”. “En este caso particular, este cierre no es un recorte por un ahorro, es un es un recorte meramente para sacar a la formación profesional de la escuela Figari”, valoró Bolaña. En suma, Silva reclamó alguna explicación por parte de las autoridades y Rocha dijo que ante esa falta los estudiantes interpretan que lo que se busca es “desmantelar” la institución.
Los estudiantes y los docentes lamentan que este escenario en el que se limitan las inscripciones a la escuela Figari se dé mientras existe una lista de espera para ingresar a muchas de las orientaciones del centro educativo. Por ejemplo, Pérez mencionó que sin contar las inscripciones que se están realizando en febrero, en diciembre pintura artística tenía una lista de espera de 80 estudiantes, 50 de bachillerato y 30 de formación profesional.