El colectivo de Familias Organizadas de Liceo Público y UTU realizó un balance de la situación en el sistema público de educación media. Según expresaron en un comunicado, consideran que hay problemas que vienen denunciando en los últimos tres años, desde que existe el colectivo, y otros que se producen especialmente este año.
En el primer grupo se encuentran varios planteos que desde hace meses vienen realizando los sindicatos docentes y los gremios estudiantiles. Uno de ellos es la necesidad de contar con equipos multidisciplinarios en los centros educativos y, al respecto, el colectivo reclama contar con una cantidad de profesionales de apoyo, como psicólogos y trabajadores sociales, “acorde” a la cantidad de estudiantes.
Según un pedido de acceso a la información pública realizado por la diaria ante la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), en el caso de Secundaria, en varias zonas del país se cuenta con uno o dos de estos profesionales para todo el departamento. En Treinta y Tres, Florida y Cerro Largo sólo cuentan con un psicólogo o trabajador social para los liceos del departamento, mientras que en Artigas, Durazno, Río Negro, San José y Tacuarembó sólo cuentan con dos de estos profesionales. Luego siguen varios departamentos con tres técnicos (Soriano, Paysandú, Flores y Colonia) y otros con cuatro (Rivera y Rocha). Por su parte, Montevideo, con 69, y Canelones, con 41, son los departamentos que cuentan con más psicólogos o trabajadores sociales, pero también son los que atienden mayor población estudiantil: según datos de la Dirección General de Educación Secundaria (DGES), en ambos departamentos asisten más de 110.000 estudiantes.
El colectivo también advierte que en UTU y Secundaria existe una “infraestructura inadecuada” que hace que existan “aulas deterioradas y superpobladas”, y, además, reclaman la instrumentación de consejos participativos en los que se pueda expresar opinión sobre lo que ocurre a diario en los centros educativos. Consultada por la diaria, Mariana Pais, integrante del colectivo, señaló que los problemas denunciados en el comunicado han querido ser abordadas con las autoridades, pero ni siquiera les han contestado las solicitudes de reunión.
Por su parte, las familias denuncian que se mantiene la situación de “inseguridad alimentaria” que se hizo visible a partir del retorno a la presencialidad el año pasado. Igual que en 2022 denunciaron distintos colectivos, señalan que “desde la pandemia hay adolescentes que se descompensan en clase por hambre”. Al respecto, reclaman la creación de “un plan de ‘educación alimentaria’ que contemple platos de comida para todos los estudiantes”.
Como el año pasado se denunció que muchos de los episodios de hambre generaron que desde los centros educativos tuvieran que llamar a la emergencia médica, ya que habían derivado en fuertes dolores de cabeza e incluso desmayos, la diaria también consultó a la DGES sobre la cantidad de estos episodios en 2022. La respuesta de la institución fue que en los liceos se llamó a la emergencia médica “cuando correspondió hacerlo” y que no se cuenta con un conteo de las veces que fue necesario acudir a profesionales de la salud.
De este año
Entre lo que denominan “nuevos problemas”, el colectivo de familias también realiza reclamos similares a los que en estas primeras semanas de clase realizaron sindicatos docentes. En particular, advierten que existen “grupos superpoblados” con más de 40 estudiantes y que, al mismo tiempo, “todavía hay estudiantes esperando a que se abran grupos”.
En una línea similar, las familias entienden que en la educación media existe una “gestión desorganizada”, ya que “hay estudiantes sin docentes y, en paralelo, “docentes sin horas asignadas”. Al respecto, el comunicado agrega que “los docentes reportan miles de horas perdidas sólo en el primer mes de clases”, mismo período en el que “los adolescentes reportan no tener referente”. En un contexto en el que se han presentado distintas situaciones de violencia en centros educativos, señalan que también hay muchos liceos que no cuentan con portería, figura que suele convertirse en una referencia para los estudiantes.
El colectivo de familias organizadas considera que la aplicación de medidas de aislamiento durante dos años de pandemia “trajo problemas graves en la estructuración psíquica y en el relacionamiento entre pares” para los adolescentes. Por lo tanto, entienden que es “urgente instrumentar espacios y actividades de convivencia en los institutos, equipos multidisciplinarios que brinden talleres sobre uso de redes, sexualidad e integración”. Además, reclaman “mejoras edilicias básicas y una planificación enfocada en eliminar la superpoblación de grupos, las horas de clase perdidas, y la carencia de supervisión en los centros educativos”.
Las familias consideran que las situaciones denunciadas atentan contra una educación “que tenga como fin el pleno desarrollo físico, psíquico, ético, intelectual y social de todas las personas sin discriminación alguna”, a la que tienen derecho los estudiantes de la educación pública.
CEA Las Palmitas en “asamblea permanente”
Los docentes del Centro Educativo Asociado (CEA) La Palmita, que funciona bajo la gestión de UTU, estuvieron cerca de ocupar el centro educativo debido a la falta de la figura de coordinación, que es equivalente a la de dirección. Luego de haber realizado distintas gestiones sin respuesta, este lunes los docentes hicieron llegar una carta a la inspección de UTU en la que señalan lo problemático de no contar con esa figura a más de un mes de comenzadas las clases. Además, señalaron que de seguir sin una respuesta ocuparían el CEA este martes.
Finalmente, inspectoras de UTU concurrieron al centro y plantearon que se generaría una solución temporal por la que los docentes con más antigüedad se harían cargo de las tareas de coordinación hasta tanto el cargo pueda ser llenado. Según supo la diaria, hasta el momento ello no fue posible porque la lista para su elección no pudo ser homologada. Los docentes del CEA que se ubica en zona rural de Canelones no quedaron conformes con la solución, pero valoraron que alguien se haya hecho presente en el lugar, por lo que no ocuparán el centro. De todas formas, se mantienen en “asamblea permanente” hasta que se logre una solución definitiva.