La tensión entre la Dirección General de Educación Secundaria (DGES) y el gremio de estudiantes del liceo IAVA (GEI) siguió en ascenso durante toda la semana pasada y alcanzó su punto más alto el viernes. Después de que los estudiantes se declararan en paro activo y de que los profesores sindicalizados denunciaran que el director del centro fue “amenazado” por la inspección de la DGES para que le retire el salón gremial al GEI, la semana culminó con comunicados cruzados.

Durante todo el viernes, los estudiantes continuaron con las protestas que habían iniciado el día anterior, en rechazo a la decisión de Secundaria de retirarles el salón gremial con el argumento de que en ese lugar debía construirse una rampa para favorecer la accesibilidad en el centro educativo. En cambio, tanto la Asociación de Docentes de Educación Secundaria (ADES) Montevideo como el GEI señalan que eso no ocurrirá si la instalan donde pretenden las autoridades y que, en cambio, es necesario reparar el ascensor del liceo, que no funciona desde hace cuatro años.

En la tarde del viernes, inspectores de Secundaria volvieron a presentarse en el liceo IAVA. Según señaló el GEI, anunciaron que concurrirían para verificar si los estudiantes habían entregado el salón gremial, pero eso no ocurrió. Por el contrario, el gremio afirma que los inspectores ingresaron directamente a la dirección del liceo y “se negaron a salir” de la oficina cuando los estudiantes les solicitaron una instancia de diálogo. Esa situación llevó a que las protestas, que habían sido convocadas en la escalinata del liceo por la calle José Enrique Rodó, se trasladaran al patio interior.

Tiempo después, llegó al liceo una carta de la DGES firmada por su directora, Jenifer Cherro, que sorprendió al gremio, ya que se solicitaba el desalojo del centro ante una supuesta ocupación realizada por estudiantes y docentes. En la nota, además, se afirmaba que las inspectoras y la subdirectora del liceo estaban “encerradas en un salón, sin acceso al baño” y que se tuvo que llamar a la emergencia médica para dos de ellas. En la nota se solicitaba el desalojo para que las autoridades recuperaran el control del centro y para que se liberara a las personas que estaban “retenidas contra su voluntad”.

Por el contrario, el GEI señala que, luego de haber rechazado una instancia de diálogo con todo el estudiantado, fueron las propias inspectoras quienes se negaron a salir y afirmaron que estaban esperando a la Policía para que las escoltaran hasta la salida del centro educativo. Además, el gremio indicó que, antes de que llegaran los médicos, las inspectoras estaban “comiendo postre” en la dirección y que no fue necesario que fueran trasladadas en ambulancia, como ellas pretendían.

Finalmente, el GEI narró que las funcionarias se retiraron por la puerta de atrás del liceo, luego de que los profesores sindicalizados les solicitaron que salieran para dialogar o que se retiraran del centro educativo, porque estaban entorpeciendo su normal funcionamiento. En suma, el gremio señala que cuando sus integrantes ya se estaban por retirar del liceo recibieron, nuevamente con sorpresa, la noticia de que se había ordenado el cierre del centro educativo, cuando las clases se estaban desarrollando con normalidad.

Los estudiantes relataron que, en paralelo, dos personas que se presentaron como funcionarias de la división Arquitectura de Secundaria se acercaron al salón gremial y comenzaron a tomarles fotos. Desde la dirección del liceo les pidieron la llave de dicho salón, ya que, si no la entregaban, la abrirían con un cerrajero. El GEI accedió al pedido, pero los estudiantes del gremio se encerraron dentro del salón y luego fueron intimados a salir del liceo con una orden de desalojo, la que acataron pacíficamente.

“Repudiamos TOTALMENTE el accionar de las autoridades que mienten a su favor y se aprovechan de sus cargos y su autoridad para hacer lo que quieren y quitarnos derechos. Si se piensan que sacándonos el salón nos van a callar, se equivocan. Ahora el salón lo tienen ustedes, PERO SIGUE SIENDO NUESTRO”, cierran en el comunicado.

Por su parte, la DGES comunicó en su cuenta de Twitter que “se necesita construir una rampa para accesibilidad” en una puerta próxima al salón gremial y que, para ello, se solicitó a los estudiantes que optaran por otro lugar del liceo para trasladarlo, a lo que se negaron. Con fotos de las paredes del salón escritas y pintadas, lo que los estudiantes consideran un lugar para expresarse, la DGES asegura que “el deterioro del salón gremial implica una intervención de infraestructura para su mantenimiento”. Según se argumenta, “es obligación del subsistema mantener el edificio en las condiciones patrimoniales que corresponden”.

Desde el núcleo sindical de ADES Montevideo en el liceo reafirmaron el relato de los hechos que hicieron los estudiantes y plantearon que “es falso” que el centro haya estado ocupado y también que “se haya encerrado a jerarquías”. “Solicitar el desalojo de un liceo que no estaba ocupado es un precedente nefasto, que implica la solicitud de intervención del Ministerio del Interior, en lugar de apostar a una resolución de conflictos de carácter pedagógico”, afirman los profesores sindicalizados.

Señalan que si bien el jueves el presidente de ADES Montevideo se comunicó con la DGES para señalarle que no es posible colocar una rampa donde se pretende y se solicitó una instancia de diálogo, durante el día del viernes los dirigentes sindicales no pudieron comunicarse con las autoridades. Respecto de la colocación de la rampa, el núcleo considera que “la decisión de trasladar el salón gremial es arbitraria y, al no poderse justificar por la instalación de la rampa, parecería ser una provocación y un intento de esconder el espacio estudiantil, invisibilizando al gremio”.