El viernes 31 de marzo fue el día de quiebre en el liceo IAVA: una desocupación a pesar de que se afirma que el centro nunca estuvo ocupado, inspectoras que aseguraron estar “retenidas” cuando docentes y estudiantes sostienen que se encerraron solas, que les pidieron que salieran y que sólo buscaron el diálogo. A partir de esa fecha, se inició un sumario al director del centro, que desembocó en la retención de la mitad de su sueldo y el apartamiento de su cargo. Por otra parte, la Dirección General de Educación Secundaria abrió una investigación administrativa a docentes y funcionarios que ese día estuvieron presentes.

Casi dos meses más tarde, dos funcionarios fueron citados a declarar. Es así que este martes, a las 9.00, en las oficinas de Jurídica de Secundaria, una funcionaria afiliada a la Asociación de Trabajadores de Educación Secundaria (ATES) será la primera en declarar, seguida por otro funcionario que no está agremiado. En los días siguientes de la semana habrá más comparacencias de funcionarios a declarar. Según contó a la diaria Graciela García, docente del IAVA, hasta el momento son nueve las personas que han sido citadas: todos funcionarios, ningún docente.

En este marco, ATES en Montevideo y la filial montevideana de la Asociación de Docentes de Educación Secundaria (ADES) decidieron parar de 8.00 a 13.00 y 24 horas, respectivamente. Asimismo, convocaron a concentrarse frente al lugar donde se tomarán las declaraciones, minutos antes de que se inicie la primera. “Contra el atropello que se está viviendo en secundaria, y acompañando a los y las compañeras del IAVA”, manifestó ADES en un comunicado.

García es una de las que concentrarán y también una de las docentes que estuvieron presentes el día de la discordia. En diálogo con la diaria, hizo un recorrido de la gota que derramó el vaso: aquel viernes dos inspectoras y un inspector llegaron al centro educativo “con la orden de retirarles [a los estudiantes] el salón gremial”.

Sin embargo, no lo lograron por dos razones: el director “se negó a hacerlo” y, en ese marco, “los chiquilines empezaron con cánticos de que ‘el salón no se da’”. Frente a estos hechos, los docentes decretaron un paro que comenzó en ese mismo momento. En tanto, García narró que las inspectoras “se quedaron encerradas en la dirección”; “les pedimos que salieran y no salieron, y en un momento entramos a entregarles una nota que solamente les leímos”, aseguró.

A su vez, contó que en ese momento las inspectoras estaban comiendo una ensalada de frutas, aunque posteriormente manifestaron que “estaban retenidas contra su voluntad”. El proceso continuó en que los docentes les pidieron que “por favor se retiraran” porque el clima del centro se había vuelto “muy hostil”. A pesar de que no lo hicieron en un primer momento, minutos más tarde se retiraron por la puerta de atrás y, según García, no se las vio irse.

Cuando los docentes ya se habían ido del liceo, les llegó una notificación del estudiantado que se había quedado en las escalinatas del liceo: la Policía se había presentado para desocupar el liceo, con una orden de la directora general de Secundaria, Jenifer Cherro, que habilitaba el desalojo al Ministerio del Interior porque el liceo estaba “controlado” por docentes y estudiantes y que había inspectoras “retenidas”. Según esbozó la docente, los policías “ni siquiera” entraron a la institución porque “se dieron cuenta de que no pasaba nada” y poco después se retiraron.

Con las declaraciones, para García va a quedar “claro” que el liceo no estaba ocupado y que las inspectoras no estaban retenidas: “Había gente trabajando, se estaban tomando exámenes”, sentenció. “Ese fue el día fatídico”, resumió la docente.

La lectura que el núcleo de docentes hace de los hechos es que debido a que posteriormente se instalará la reforma educativa en bachillerato, “quieren tener docentes sumisos y con miedo”. De hecho, García aseguró que ya hay muchos en ese estado, porque la investigación administrativa choca contra las fuentes laborales y “es probable que de las declaraciones surjan sanciones”.

Por otro lado, argumentó que el IAVA “es un liceo simbólico, entonces si al IAVA lo llegan a doblegar quitándoles un salón estudiantil en forma arbitraria y separando del cargo al director, que es una grosería mayúscula, es probable que la reforma que ellos piensan, con razón, que va a enfrentar resistencias, así pueda tener menos. Porque si no, no tiene sentido todo lo que está pasando”. Por último, hizo referencia al informe técnico que dio cuenta de que es inviable construir la rampa que las autoridades querían en el lugar donde funciona el salón gremial, y puntualizó que si el informe lo niega, “¿por qué sigue el conflicto? ¿Por qué instalaron un conflicto en el IAVA? No es el salón estudiantil, no es que estuvo el liceo controlado, no es que el director fue un subordinado”.

Según supo la diaria, se tomará declaraciones sobre lo acontecido el 31 de marzo, pero también sobre el sumario al director. En ese marco, desde ADES Montevideo están haciendo consultas jurídicas para confirmar la legalidad de declarar por dos temas distintos en una misma instancia.

El respaldo de ATES

ATES convocó a un paro parcial regional en Montevideo. Pablo de León, secretario general, dijo a la diaria que el motivo principal de la medida es “acompañar, rodear y respaldar a aquellos compañeros docentes y funcionarios que están siendo citados a declarar”.

A su vez, aclaró que el paro está circunscripto a Montevideo porque “la idea es garantizar la posibilidad de que los compañeros puedan ir a acompañar, porque nos han manifestado intención de participar en solidaridad y de repente en ese horario están en su lugar de trabajo”.

El secretario general de ATES resaltó que “no hay que perder el centro de la situación”: que “se inició un sumario con separación del cargo, es decir, la medida disciplinaria extrema, contra un director que dentro de su autonomía tomó una posibilidad de respaldar a los estudiantes y su espacio, y toda la comunidad educativa lo respaldó, es decir que el ambiente laboral, funcionarios y trabajadores docentes y no docentes del liceo acompañaron ese sentir”.

En ese contexto, señaló que “el problema” es la “medida extrema de separación del cargo” y que el proceso de investigación administrativa que se está llevando adelante es bajo “una idea casi persecutoria”. Como consecuencia, aseguró que todo esto genera la necesidad de que el sindicato respalde a los involucrados y “hacerles sentir que estamos allí acompañándolos, porque si bien un proceso disciplinario debería dar garantías a todas las partes, tanto a la administración como a los funcionarios, también entendemos que nuestros compañeros que no formaron parte de las decisiones que se tomaron en su momento están siendo citados a declarar y es importante que el sindicato los respalde”.

Otro de los puntos que remarcó De León es que el argumento por el que se resolvió el sumario al director del IAVA fue la “insubordinación”, lo que consideró “un calificativo y una figura que no tienen mucho que ver con la enseñanza”. Al igual que García, remarcó que el informe sobre la imposibilidad de hacer la mentada rampa en el lugar en disputa demuestra que “el proceso tiene que cesar en este momento y que tienen que dejar desarrollar el quehacer educativo en el marco de un clima laboral y educacional correcto”.

Mientras tanto, García aseguró que en el IAVA hay ahora un clima “quebrado”, de “una tristeza impresionante” y “muy hostil”, además de que existe “persecución” por parte de las inspectoras que están supliendo a la dirección.