Después de que el ministro de Educación y Cultura, Pablo da Silveira, defendiera los cambios propuestos por la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) para el bachillerato, fueron varios los sindicatos y colectivos de docentes que manifestaron su rechazo. Al fundamentar la necesidad de establecer una prueba para que los docentes recibidos puedan validar su título universitario, el ministro planteó que los alumnos son los que tienen que desarrollar la comprensión lectora y la escritura, pero ello no es posible “si tienen un docente que él mismo tiene dificultades de comprensión lectora o para producir textos”.

Al respecto, el colectivo de Profesores Autoconvocadxs de Filosofía emitió un comunicado en el que manifestó su preocupación por las que consideran “afirmaciones problemáticas”. Según afirman, los dichos del ministro “demuestran un conjunto de argumentos falaces y de disposiciones que atentan contra la realidad, en una suerte de retórica que ataca a la profesión docente a través de razones dudosas”.

En particular, cuestionan que el ministro haya basado su argumento sobre que los profesores tienen “dificultades de comprensión lectora” en una prueba aplicada a estudiantes de Formación en Educación que ingresaron este año. Al respecto, expresan que “no tiene sentido afirmar que los profesores recibidos tienen dificultades, porque se realizó una prueba a quienes recién ingresan, que lejos están de poder ejercer la docencia aún”.

“La filosofía es muy buena y es muy bueno estudiarla, también me parece muy bueno saber música barroca o astronomía. Ahora, tenemos un problema: una parte muy importante de nuestros docentes no pueden leer un texto simple y entenderlo. Pretender que puedan entender un texto filosófico que por definición son textos muy complicados es un poco raro”, dijo también Da Silveira. Al respecto, el colectivo de profesores responde que las afirmaciones del ministro son “confusas” y se pregunta si se refirió a los docentes o a los estudiantes.

El colectivo afirma que, “por más que los textos filosóficos no puedan ser comprendidos en su totalidad”, algo que consideran “ampliamente discutible”, de todas maneras se debe fomentar la lectura de textos filosóficos en los estudiantes y entrar en “diálogo con las y los grandes pensadores”. Según se preguntan, si no se “hace sentir a las y los estudiantes el problema” y se les permite “ser atravesados por esa experiencia, ¿cómo podemos esperar que los estudiantes puedan desarrollar sus potencias?”.

El colectivo afirma que los docentes son conscientes de que sus “prácticas son ampliamente mejorables”, ya que se consideran “autocríticos”, pero piden a las autoridades que “atacan al colectivo desde el lugar de superioridad” que “revean sus dichos”. Así, concluyen que “no es desde el lugar del desprestigio ni la minimización de la labor docente el camino por el que las jerarquías deben seguir, ya que solamente acentúa las diferencias notorias, que desde un principio podían ser salvadas con el diálogo, el compromiso mutuo y el aporte con el reconocimiento real de la labor de miles de docentes a diario”.

Otros rechazos

Desde el plano sindical, la Federación Uruguaya de Magisterio-Trabajadores de la Educación Primaria emitió una declaración en la que afirma que Da Silveira “ha decidido desprestigiar” a los docentes, “desconociendo su investidura” como ministro. El sindicato “rechaza enfáticamente” sus palabras y repudia la “falta de respeto” a quienes “sostienen la educación de nuestros niños y niñas a pesar de las sobreexigencias, la improvisación, la falta de organización y de previsión de recursos que vienen demostrando las autoridades”.

Por medio de su cuenta en la red social X, la Federación Nacional de Profesores de Educación Secundaria también manifestó su rechazo hacia los dichos del ministro y planteó que, “además de un nuevo ataque al cuerpo docente”, son “una falacia de falso dilema”. “Usted que es doctor en filosofía debería saberlo”, respondió el sindicato, que también consideró que el jerarca tiene una “visión de una educación para pobres que puede prescindir de pensamiento crítico”.

El Sindicato de Trabajadores y Trabajadoras de la Educación Privada (Sintep) emitió una declaración en la que cuestiona los cambios propuestos por ANEP para bachillerato, que, según plantea, suponen “el desplazamiento de la formación integral, crítica y preparatoria del desarrollo de una ciudadanía activa, en favor de una propedéutica supeditada a las necesidades de un mercado laboral precario y de baja inclusividad social”. En el comunicado también se refieren a las palabras del ministro y afirman que “fueron explícitas sobre el rumbo cognitivamente empobrecedor del plan de cambios”. En particular, Sintep cuestiona que el jerarca haya afirmado que actualmente “nos estamos dedicando mucho tiempo a un tipo de formación que lamentablemente hoy no está al alcance de un porcentaje grande de nuestros alumnos”.

Por su parte, el colectivo de docentes jubilados de la educación pública también publicó un comunicado en rechazo a la propuesta curricular para la educación media superior. Además de que entienden que los cambios “impactan negativamente en los aprendizajes y redundan en un gigantesco empobrecimiento de los saberes y la formación de los estudiantes”, denuncian que estos se vienen dando en un contexto de “brutal recorte” presupuestal y en un clima de “persecución y amedrentamiento” a docentes.

En ese contexto, los docentes jubilados analizan las declaraciones de Da Silveira. Si bien consideran que “no es novedad su desprecio hacia los docentes”, afirman que “nunca había tenido la osadía de “denigrarlos de tal manera ostentando esa investidura”.

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