Con la organización de un ciclo sobre salud mental y racismo, la Facultad de Psicología dio uno de los primeros pasos para darle contenido a la declaración de antirracista que adoptó la Universidad de la República (Udelar) el 5 de setiembre de 2023. En tanto, un grupo de profesionales y estudiantes universitarios afrodescendientes, junto a integrantes de la sociedad civil, comenzaron a reunirse, interesados en proponer un plan a la Udelar para ir concretando en hechos esa declaración antirracista, con la intención de que el conocimiento académico no esté alejado de la realidad, se construya en diálogo con la comunidad afrodescendiente y tenga a sus integrantes como protagonistas en la creación de dicho conocimiento.

No parece casualidad que sea Psicología la primera facultad en generar acciones sobre el racismo. En el año 2000, un grupo de estudiantes universitarios afrodescendientes plantearon a todas las facultades la necesidad de investigar y formar en temas de racismo y discriminación en la universidad pública; el decano de Psicología de ese tiempo, Víctor Giorgi, fue el único que les respondió, habilitó un espacio con ese fin y para conectarlo con la salud mental, que fue dirigido por la magíster Susana Rudolf.

Tras ese primer espacio, Psicología sumó un área con un enfoque más sociológico del tema, con la docente Mónica Olaza como referente. En 2023 comenzó a funcionar el Servicio Especializado en Atención Psicológica a Personas Víctimas de Discriminación Racial (SEADR), a cargo de Karina Boggio –en convenio con el Municipio B–, que está pensado con un carácter de acción afirmativa que tiene tres condiciones fundamentales: el reconocimiento, la reparación y la redistribución de riqueza, “capitales a veces económicos, simbólicos, culturales, de oportunidades en general, para que la movilidad socioeconómica se pueda generar”, afirma la licenciada Ana Karina Moreira.

El SEADR, junto al Instituto de Psicología de la Salud, organizó semanas atrás el ciclo de salud mental y racismo “En primera persona”. El primero de sus tres encuentros fue el sábado 28 de setiembre con el título “Mujeres afrouruguayas en psicología”, continuó el 19 de octubre con “Masculinidades afrouruguayas” y terminará el 23 de noviembre con “Alfabetización racial para una clínica psicológica antirracista”.

Desde su organización sostienen que las actividades tienen como objetivo aportar “a una de las primeras acciones que requiere cualquier plan de trabajo antirracista: el reconocimiento” y son una forma de reparación “al silencio histórico de voces afrocentradas en ámbitos académicos”. Las mesas redondas están dirigidas a estudiantes de grado y posgrado, egresados, docentes, investigadores e integrantes de organizaciones civiles.

En la invitación al ciclo se indica que la definición de antirracista de la Udelar “promueve un giro epistémico esencial para transformar una sociedad que ha segregado de los espacios de generación de conocimiento a un importante sector de la población. O, por el contrario, cuando lo ha incluido ha sido en calidad de objeto y no de sujeto de ese conocimiento. De esa manera las universidades del mundo han sido cómplices activas en la persistencia y mutación del racismo estructural, colaborando a través del silencio y del racismo epistémico”.

Añaden que la declaración de antirracista de la Udelar “propone algunas líneas estratégicas que promuevan la deconstrucción del paradigma de la blanquitud –única forma real de combatir el racismo desde lo estructural–, capacitaciones a estudiantes y docentes, investigación, apoyo a estudiantes y personal universitario, así como el trabajo con las organizaciones de la sociedad civil”.

“Proponemos dentro de la Universidad un conocimiento afrocentrado, afrorreferenciado, que parte de las propias personas víctimas de esta desigualdad y herencia histórica de desigualdad y opresión. Algo de la blanquitud monolítica que construye este país comienza a moverse, y es obvio que tenemos que seguir trabajando, porque estamos lejos de una democracia racial. Pero que la Universidad se proponga revisar su racismo epistémico es un hito, un gran paso y una oportunidad para las personas afrodescendientes y para la sociedad toda”, dice a la diaria Moreira, coordinadora de este ciclo en la Facultad de Psicología. Señala que la actividad se enmarca en el reconocimiento, ya que hay muy pocas personas afro que acceden a la universidad y se visibilizan poco, aunque están preparadas y generan conocimiento desde esta perspectiva.

Moreira afirma que la Udelar debería empezar a llevar adelante acciones, generar espacios de debate, por ejemplo, revisar la blanquitud, “porque la Universidad, como todos los espacios institucionales, reproduce un racismo institucional y sistémico, sostenido por varias prácticas, las cotidianas, las institucionales y las políticas públicas”.

Agrega que hay varios niveles a revisar para que esto funcione y en los que la Udelar tiene mucho para hacer, porque “es la que genera marcos teóricos, donde se piensa, donde se generan datos e información científica”. Menciona que en la Facultad de Psicología hay un debe que se intenta subsanar: la falta de una clínica psicológica antirracista. Cómo trabajar en ella es parte de este encuentro, puesto que la perspectiva étnico-racial aplicada a la psicología es una cuestión “que tenemos que irnos respondiendo partiendo desde cero prácticamente en Uruguay”.

Considera que los profesionales de la salud mental están atravesados por el paradigma de la blanquitud y que es necesario ver cómo integrar esta otra perspectiva con las personas que viven esta discriminación. “Aún estamos lejos, pero hay sensibilidad suficiente para iluminar esta parte de la identidad uruguaya y permitirnos modificarla en el espacio cotidiano y clínico”, destaca, y subraya que considera que esto es una oportunidad para la Udelar.

Presentaciones

Entre las expositoras del primer encuentro del ciclo se expresó la necesidad de que la psicología se ocupe de atender el padecimiento psíquico que genera el racismo, las patologías que genera la violencia racial y que tienen efectos en las diferentes etapas de la vida.

En esta mesa redonda, la psicóloga Nancy Silva tituló su ponencia “Racismo, vida cotidiana y salud mental”. En ella y sobre la base de lo vivido en familia, con amigos, en la escuela y en el trabajo, así como a partir de lo visto en la clínica, se pregunta: ¿cómo se ha estructurado la dominación étnico-racial en la vida cotidiana que conduce a un entorno que a diario discrimina, estigmatiza, viola todos los principios humanos, violenta los cuerpos a través del dolor y la vergüenza, detiene el desarrollo, hiere las sensibilidades y la autoestima de hombres, mujeres, niños, niñas?; ¿cómo es posible pensar que, con esos dolores, descalificación, exclusión, se puede salir “ileso” de esas circunstancias?

También refiere a cuáles son las consecuencias y manifestaciones en la identidad de las personas negras, “de su construcción como ser individual y colectivo, de su cultura, de la familia, de la salud mental y de su desarrollo integral en un entorno que hace que viva tenso, enojado, desesperanzado, haciendo como que no le importan sus experiencias con el racismo, ocultando sus dolores para sí mismo, que luego repercuten en su salud mental, física y en su comportamiento social”.

El tema de la disertación de la licenciada en Psicología y Filosofía Tania Correa fue “Dualismos, estigmas y etiquetas: deshabitar la maternidad como lugar de sometimiento”. Correa percibe la maternidad como una construcción y no como una forma específica, instintiva y natural de ser y estar, sino más bien una forma culturalmente naturalizada. Sobre esa base habla de maternidades, de que hay más de una forma válida de maternar. Con ese enfoque reflexiona, desde la interseccionalidad, sobre cuáles son las particularidades de las maternidades negras, específicamente en contexto interracial.

El trabajo final de grado de la psicóloga Nancy Adriana Peralta se llamó “Estudio interseccional sobre racismo y opresiones de género en adolescentes y jóvenes afrouruguayas de Montevideo”, y el título de su presentación en la mesa redonda fue “SEADR: caminos abiertos y desafíos para una psicología afrocentrada”. Comentó algunas de las experiencias que considera más significativas y transformadoras como docente en el primer año de existencia del SEADR. También reflexionó sobre el presente y la potencia de este servicio para la comunidad afrodescendiente y migrante en Montevideo, destacó sus aportes al antirracismo en el ámbito académico universitario y el fortalecimiento de lo que denomina “una psicología contrahegemónica afrocentrada”, así como la transformación individual y social dada, entre otras cuestiones, por el encuentro clínico terapéutico.

La psicóloga María Eugenia Silva integra la Red Temática de Estudios Afrodescendientes de la Udelar y su ponencia se llamó “Reflexiones y desafíos sobre una investigación afrocentrada en Psicología Social”. En ella abordó algunos aspectos de su investigación de maestría en un curso de Psicología Social titulado “Autoidentificación, equidad racial y subjetividad afrouruguaya”. Exploró el tránsito de los afrouruguayos en el proceso de autoidentificación como afrodescendientes, el sufrimiento psicosocial del racismo, la potencia de los espacios de fortalecimiento de la cultura afro y los posibles aportes de la psicología social.

Desde 2020, la psicóloga María Eugenia Larrosa de los Santos forma parte del equipo técnico de la División de Promoción de Políticas Públicas para Afrodescendientes en el Ministerio de Desarrollo Social y trabaja como psicóloga en el Servicio 365, un programa de primera respuesta ante situaciones de crisis o emergencias por violencia de género. El título de su ponencia fue “Vivencias de mujeres afrodescendientes en comparsas de candombe: una autoetnografía”.

En esta exposición abordó las experiencias de mujeres afrodescendientes en las comparsas de candombe en Montevideo, basándose en su trabajo final para la Especialización en Estudios Afrolatinoamericanos y Caribeños de Clacso.

Definió su metodología como autoetnográfica e incluyó su propia participación como mujer afro candombera. Habló sobre si las comparsas realmente fomentan el protagonismo de las mujeres afrodescendientes o si, por el contrario, replican prácticas racistas que subestiman su presencia. Además, se refirió al conocimiento y el ejercicio de sus derechos dentro de estos contextos y al impacto de estereotipos raciales en sus experiencias. Reflexionó sobre cómo experiencias personales y colectivas, que a primera vista parecen ser asuntos privados, tienen implicaciones sociales y académicas.

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