La directora estuvo en todos los detalles. Consoló a un niño que se puso a llorar, pegó los championes rotos de otro de sus estudiantes y estaba pendiente de que todos siguieran con la primera actividad del programa Escuelas de Verano. La consigna consistía en armar un avión de papel, escribir un deseo que cada niño quisiera que se cumpliera durante el verano y luego tirar el avión para que llegara a otro niño y, de esa forma, compartir el deseo.
“Pasarla bien”, “tener mucho cariño” o “hacer muchos goles” fueron algunos de los pedidos de los niños que comenzaron el programa en la Escuela 157 de Villa García, casi en el límite entre Montevideo y Canelones. Ese fue el centro educativo elegido por la Dirección General de Educación Inicial y Primaria (DGEIP) para realizar el lanzamiento de Escuelas de Verano, que con distintos nombres tiene continuidad desde 1991.
Verónica Pereiro, la directora de la escuela, contó que el proyecto que elaboró el centro en el marco del programa, titulado “Cosechando pasado y sembrando futuro”, va en la misma línea del proyecto que la escuela está construyendo desde hace décadas. Es que en ese lugar trabajó entre 1952 y 1975 el maestro José Pedro Martínez Matonte, donde desarrolló la Unidad Educacional Cooperaria. Si bien su trabajo fue interrumpido por la dictadura, quienes trabajan en el centro educativo buscan tener presente el legado y por ello fomentan activamente el abordaje del vínculo con el barrio.
La huerta, que en la época de Martínez Matonte fue generada para abastecer la cocina, es hoy una de las principales actividades de la escuela y también tendrá lugar en Escuelas de Verano. Además, Pereiro les contó a los niños que durante un mes podrán disfrutar de actividades de robótica, cocina, distintos tipos de juego y también de paseos. Por ejemplo, están previstas visitas a la playa y a la piscina. Para algunas de estas actividades, además, la DGEIP cuenta con el apoyo de empresas y organizaciones como Nevex, Fundación Movistar y Cervieri Monsuárez, y con el de la Intendencia de Montevideo, que otorga boletos gratuitos para que los niños puedan asistir.
Además de la directora y dos auxiliares de servicio, cada escuela cuenta con maestras, un profesor de educación física y una tallerista de arte, que no necesariamente trabajaron en el centro educativo durante el año. Ello, sumado a que muchos niños también concurren habitualmente a otras escuelas, hace que el programa de verano sea también una instancia de socialización y de conocer gente nueva.
La escuela de Villa García es una de las 153 que este año son sede del programa por el que se apunta a que los niños tengan una experiencia distinta a la del año lectivo, ya que está más enfocada en actividades lúdicas, pero sin dejar de lado el aprendizaje. Según explicó a la prensa la titular de la DGEIP, Olga de las Heras, la propuesta en la mayoría de los centros va desde las 8.30 a las 13.30 y está incluido el desayuno y el almuerzo. Por su parte, la jerarca valoró que en la experiencia de verano los niños no están divididos por edades, sino que conviven quienes en el año lectivo están en distintos grados escolares.
No obstante, en los centros de Maldonado, donde desde hace años el programa tiene un funcionamiento distinto, la propuesta va de las 9.00 a las 17.00 y también se les da la merienda. Según detalló De las Heras, ello se debe a que se trata de un departamento con una fuerte actividad turística y las familias necesitan más tiempo de cuidados porque es el momento del año en el que tienen más trabajo.
Inscripciones
De las Heras informó que el programa cuenta con 11.500 cupos diarios y que el total de inscripciones al día de hoy fue de 10.800 en todo el país, por lo que en algunos centros todavía hay lugar para que se anoten más niños, ya que el programa va hasta el 6 de febrero. No obstante, la titular de la DGEIP aclaró que “hay escuelas más demandadas que otras” y puede haber casos de centros que aún “tienen muy poco alumnado”. Como ejemplo, mencionó el caso de los centros educativos más céntricos de la capital, que son los predilectos de los padres que trabajan en esas zonas, por la cercanía.
Según explicó la jerarca, la DGEIP “está equilibrando para que realmente todas puedan tener los cupos”. Otro aspecto que se tiene en cuenta para ello es la efectiva concurrencia a la propuesta, ya que muchos de los niños que quedan inscriptos finalmente no asisten y eso hace que puedan ser llamados quienes quedan en lista de espera. Por ejemplo, en el caso de la Escuela 157 se registraron 110 inscriptos y fue necesario derivar niños a la lista de espera.
El lanzamiento de la edición 2025 del programa contó con la presencia de Pablo Caggiani, recientemente designado como próximo presidente de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), quien, además de ayudar a algunos niños en las actividades, destacó ante la prensa el valor del programa. Caggiani se refirió en el lanzamiento a palabras de Juan Gabito, actual consejero de la ANEP y presidente cuando en 1991 fue inaugurado bajo el nombre Verano solidario. Gabito había valorado que se trata de una política de Estado que se ha mantenido a lo largo de 34 años.
Caggiani planteó que un aspecto a mejorar de cara a próximas ediciones es que todos los niños que se anoten queden confirmados en el programa. “Hay una demanda a resolver por parte de la administración”, indicó. Según planteó, se trata de una propuesta que implica “más tiempo de aprendizaje” para los niños.