El primer viernes de octubre Uruguay celebra anualmente el Día Nacional del Bebé. Sin embargo, detrás de la foto oficial y los discursos bienintencionados, persiste una trama social profundamente desigual que condiciona, desde el inicio, las vidas de quienes nacen en contextos de mayor vulnerabilidad.

El reciente 17º Día Nacional del Bebé, celebrado en el Palacio Legislativo bajo la consigna “Fortalecer la trama: cuidado perinatal y sociedad”, volvió a recordarnos lo que la Ley 19.132 ya establece: la etapa perinatal es crucial para el desarrollo biológico, psicológico y social. Sin embargo, la jornada dejó al descubierto que los hilos de esa trama siguen siendo desiguales y frágiles.

La urgencia de la salud mental perinatal

La primera mesa, moderada por la psicóloga Mariella Servetto, abordó un tema tantas veces postergado: la salud mental en la etapa perinatal. La doctora Julia García, del Ministerio de Salud Pública, presentó la magnitud de las listas de espera: 30.000 personas en total esperan atención en salud mental y 3.500 niños aguardan ser vistos por un neuropediatra en el Pereira Rosell. Su denuncia fue clara: la atención psicológica aún “no tiene la misma jerarquía que un cuerpo extraño en un ojo” en la primera línea de la emergencia, reafirmando con crudeza el lugar marginal que todavía ocupa la salud mental en la agenda sanitaria.

La doctora Dora Musetti, integrante de la Asociación de Psicopatología y Psiquiatría de la Infancia y Adolescencia, reafirmó que la salud mental perinatal es un derecho humano. Advirtió sobre una prevalencia de la depresión en torno al 20% en las mujeres uruguayas y reclamó ampliar la aplicación del test de Edimburgo para su detección temprana.

Maternidades y paternidades adolescentes

Con la moderación de la psicóloga Graciela Grandi, la segunda mesa puso en el centro una realidad dura: la de las maternidades y paternidades adolescentes. La maestra Soledad Grille, del Instituto del Niño y el Adolescente de Uruguay (INAU), subrayó la urgencia de políticas de egreso que acompañen a estas jóvenes al cumplir los 18 años para garantizarles vivienda y cuidados. Desde Casa Lunas, la psicóloga Yohana Sampietro y, desde Casa Anida, la educadora social Fernanda Carassus, coincidieron en que las adolescentes no pueden solas: necesitan redes de apoyo que les permitan sostener trayectorias educativas y proyectos de vida.

Las cifras son elocuentes: el 31% de los nacimientos en Uruguay corresponde a madres de entre 13 y 24 años, lo que evidencia una situación estructural que requiere respuestas integrales, sostenidas y con un enfoque interseccional.

El lenguaje y su contexto

La tercera mesa giró en torno al lenguaje y su papel en la construcción de la subjetividad desde los primeros meses de vida. Fue moderada por uno de los autores de esta nota, Javier Alliaume, y contó con las intervenciones de la fonoaudióloga Fernanda Vázquez, de la Facultad de Medicina, y la especialista Andrea Ren, del INAU. Ambas destacaron que el acceso temprano a la comunicación y a la cultura es decisivo en el desarrollo, y recordaron que las primeras interacciones lingüísticas constituyen un derecho humano fundamental y una condición de posibilidad para el ejercicio pleno de la ciudadanía cultural.

Desigualdades que atraviesan el nacimiento

El problema excede los temas de salud. La ministra de Salud Pública, Cristina Lustenberg, lo dijo con claridad: “No es lo mismo parir con recursos que hacerlo en condiciones de mucha vulneración social”. La pobreza en hogares con niños menores de seis años alcanza al 32,2%, lo que revela una desigualdad intergeneracional que sigue “matrizada” en la estructura social del país.

Entre diagnósticos claros y realidades duras, el desafío es transformar la reflexión en políticas valientes que cuiden, sostengan y reconozcan a quienes nacen —y a quienes les cuidan— desde el primer día.

El vicepresidente del INAU, Mauricio Fuentes, fue categórico: el desafío es escuchar lo que ocurre en los barrios y dejar de lado las disputas entre las instituciones. El INAU y los ministerios de Educación y Cultura, Desarrollo Social y Salud Pública deben trabajar con un enfoque integral, porque —como dijo— “los niños viven en las familias que tienen” y no en las que las políticas suponen. De allí la urgencia de construir respuestas ancladas en la realidad concreta de los hogares.

Desde la Comisión del Día del Bebé, la doctora Valentina Casal reafirmó que la perinatalidad debe estar en el corazón de las políticas públicas. Celebró avances como la reducción histórica de la mortalidad infantil, pero advirtió sobre retrocesos en bajo peso al nacer y prematurez. Recordó algo esencial: “Cada bebé es un tesoro y una oportunidad para la sociedad”.

Cuidar a quienes cuidan

Este Día Nacional del Bebé fue más que un “día D” simbólico. Fue un espejo de nuestras deudas con la primera infancia y quienes la sostienen. Si “no hay futuro de una sociedad sin sus bebés”, como señaló la comisión, el compromiso no puede agotarse en diagnósticos.

Uruguay necesita acciones concretas, valientes y estructurales: reducir los tiempos de espera inadmisibles, robustecer las políticas de cuidado, vivienda y empleo, y tejer una trama de protección social que alcance a todas las familias.

Cuidar a quienes cuidan, y cuidar a quienes nacen, es la única forma de garantizar un futuro justo. La responsabilidad es del Estado, pero también de toda la sociedad. Uruguay no puede conformarse con discursos: necesita valentía política y compromiso colectivo para tejer la trama que sus bebés merecen.

Javier Alliaume Molfino es maestro, magíster en Derechos de Infancia y Políticas Públicas, y doctorando en Ciencias de la Educación. Es docente e investigador del Departamento de Primera Infancia del CFE (ANEP) y formador en Cenfores (INAU). Actualmente se desempeña como coordinador del Área de Educación en la Primera Infancia (DNE-MEC). Verónica Irurueta es psicóloga y maestranda en Derechos de Infancia y Políticas Públicas. Integra el equipo docente del Cenfores (INAU) como formadora de educadoras en primera infancia.