Durante la gestión de Jenifer Cherro en la Dirección General de Educación Secundaria (DGES) se modificó el organigrama del cuerpo inspectivo del organismo, que en el vértice superior de la pirámide pasó a contar con una inspectora general docente, cargo ocupado por Marta Kandratavicius hasta el año pasado, cuando se jubiló, y luego pasó a ocupar Laura Battagliese. Además, se generaron dos cargos de subinspector jefe, que originalmente fueron ocupados por Maris Montes -en 2022 nombrada subdirectora de la DGES- y Battagliese. Cuando esta última pasó a ser la inspectora general, de acuerdo a una resolución firmada por Cherro el 27 de diciembre, el cargo de subinspectora jefa que quedó vacante pasó a ser ocupado por Elsa Sosa.
En todos los casos se trató de designaciones directas, es decir, sin concursos o llamados, que apelaron a las inspectoras con mayor antigüedad en los listados de la DGES. Según fundamentó Secundaria en 2021, cuando Cherro definió no renovar el cargo de inspector coordinador de asignaturas que ocupaba Ariel Fripp desde 2018, ello tuvo que ver con la necesidad de que las jerarquías inspectivas estuvieran de acuerdo con seguir los lineamientos de las autoridades políticas. En ese momento, la exdirectora y exinspectora de Secundaria Celsa Puente calificó lo ocurrido como “una barrida” para que Cherro no reciba cuestionamientos.
Con dicho organigrama conformado se generaron algunas polémicas en torno a las designaciones de otros cargos con responsabilidades, pero de menor jerarquía, como el de un llamado en el que un tribunal conformado por Battagliese, Montes y Sosa designó a Paola Delgado, una de las interventoras del IAVA, como inspectora técnica de la DGES.
Manuel Oroño asumió la dirección de Secundaria con una fuerte impronta de cambio en la gestión y, concretamente en el caso de las inspecciones, anunció la necesidad de un cambio en el perfil de dicho rol. Desde que asumió, Oroño ha hablado de la “fiscalización excesiva” a la que están sometidos los docentes en el marco de la transformación curricular y también marcó la necesidad de “descentralizar” las inspecciones y volver al formato de regionalización.
Esta semana, Oroño firmó dos resoluciones en las que deja sin efecto las designaciones de Sosa, Battagliese y Montes en los tres cargos de mayor jerarquía del cuerpo inspectivo. De acuerdo a las resoluciones, a las que accedió la diaria, se fundamenta la decisión en que los cargos de inspección general docente y subinspecciones jefes no son una “necesidad de servicio” y se resalta especialmente que fueron designaciones directas realizadas al término del anterior gobierno.
Además, en una de las resoluciones se plantea que las actuales autoridades de la DGES consideran que “debe retomarse la concepción inspectiva con base en la coordinación más que en la jerarquía piramidal”. En ese sentido, se plantea que el rol de los inspectores dé lugar “a un modo de ver, aprehender, interpretar, valorar y simbolizar el rol del supervisor en los centros y territorios socioeducativos, que permita contribuir a las políticas de descentralización y regionalización”. Además, se apunta a que desde las inspecciones se habilite “un accionar interseccional e interinstitucional, a fin de garantizar el derecho a la educación, con un modelo inspectivo de apoyo, cercano a los centros, superador del exclusivo control administrativo”.
Ante la supresión de los cargos, las inspectoras fueron retornadas a sus cargos efectivos de origen, algo que, según supo la diaria, no dejó conformes a las implicadas. En algunos casos, las inspectoras desempeñaban cargos interinos de mayor jerarquía que los efectivos. Se trata de una discusión jurídica similar a la que se generó cuando trascendió que Cherro había mantenido en reserva su cargo interino de inspectora y no el efectivo que correspondía a la dirección de un liceo. En el caso de Montes, además, se solicitó al Consejo de Formación en Educación que deje sin efecto un pase en comisión que la exjerarca había solicitado pocas semanas antes de dejar de ser la subdirectora de la DGES.
En adición, más allá de los cambios en la estructura jerárquica, las nuevas autoridades de Secundaria también realizaron otros cambios, por ejemplo, en la inspección asignada al liceo IAVA. A pocos días de asumir, cambiaron al inspector a cargo del centro, que había denunciado al núcleo sindical de profesores ante la comisaría de la zona, según informaron a la diaria desde la Asociación de Docentes de Educación Secundaria de Montevideo.