“Basta de naturalizar la violencia; la educación es un derecho y las autoridades deben garantizar las condiciones necesarias para tal fin”, manifestaron en un comunicado los docentes del núcleo sindical de la Asociación de Docentes de Educación Secundaria (ADES) Montevideo del liceo 46, de Paso de la Arena, y anunciaron que este miércoles realizarían un paro de 24 horas.
Y así fue. Según sostuvieron en el texto, los docentes, que cuentan con el apoyo del resto de la comunidad educativa, tienen una “profunda preocupación por las situaciones de violencia” a las que han estado expuestos durante el año. Según aseguraron, “día tras día se generan riñas reiteradas entre estudiantes”, a lo que se suma una “escasa noción de límites, la naturalización de expresiones violentas, la presión de algunos padres que asisten generando amenazas verbales y de violencia física”. Todo esto llevó al colectivo a estar “en alerta” y denunciar públicamente que no pueden “seguir andando con regularidad”.
“La vida pacífica y saludable es lo deseable, y no una sociedad hostil en donde el vale todo es moneda corriente”, continúa el comunicado. En este contexto, durante este miércoles los docentes pararon y se mantuvieron en asamblea, con el fin de “visibilizar” la situación y “reflexionar” sobre los pasos a seguir.
En diálogo con la diaria, Diego Martínez, docente del núcleo sindical del liceo 46, dijo que el contexto de la población de la comunidad educativa es “complejo” y la situación socioeconómica “vulnerable”. Bajo esa consideración, afirmó que “en reiteradas situaciones” los docentes solicitaron que la matrícula de los grupos por clase no sea muy alta, a los efectos de evitar el hacinamiento.
Sin embargo, dijo que en promedio las clases son de 26 estudiantes, pero en algunos casos rondan los 30, debido a que “todo el año van llegando” alumnos “con pases de otros liceos por situaciones complejas”, y este punto también “genera una complejidad importante a la hora de trabajar”.
“Tenemos todos los cargos cubiertos, pero a pesar de eso no tenemos una vida tranquila dentro de la institución”, aseguró Martínez. De acuerdo con el docente, en el centro educativo afrontan problemas de violencia “casi a diario” en el turno matutino y, sobre todo, en el vespertino.
De hecho, narró que la semana pasada durante una de sus clases en el turno matutino, dos estudiantes “se agarraron a trompadas limpias en una clase que transitaba con total normalidad; desgraciadamente, es esa la forma de resolver los problemas”, dijo.
El docente contó que después de esa situación hicieron una primera denuncia, en la que también incluyeron otras peleas individuales en la puerta del liceo, en el baño e incluso lo que calificó de “batallas campales”. “Esta es la moneda corriente, y el vaso ya estaba bastante lleno”, sostuvo, pero un nuevo episodio ocurrido este lunes fue “la gota que derramó el vaso”.
Según explicó Martínez, una profesora había retirado a una de sus estudiantes del salón “porque no cumplía con las normas que se pautaban”. En ese marco, la estudiante fue dirigida a la adscripción. Mientras lloraba en el lugar, la hermana de la estudiante la grabó y le envió el video a su madre para que fuera al centro educativo. “Llegó totalmente descontrolada y, sin mediar ninguna charla con ningún adulto, tuvo expresiones tales como ‘denme a la profesora porque si no, voy a dar vuelta al liceo’”, contó el docente.
Posteriormente, dijo, la madre de la estudiante le dijo a la profesora “que le iba a romper todos los huesos”. “En esta coyuntura no se puede trabajar, no se puede llevar de cualquier forma adelante la educación”, esgrimió Martínez. Asimismo, contó que la docente se quedó “con mucho miedo, intimada y vulnerable”, y el resto de los docentes tuvieron que contenerla, a pesar de que tiene más de 30 años de experiencia. De acuerdo con Martínez, las situaciones de violencia aumentaron en los últimos tres años.
Reclamos concretos
En la asamblea de este miércoles no sólo había docentes sindicalizados. “Si bien esto surge por iniciativa del sindicato, toda la comunidad apoya la medida y se llevó a cabo la asamblea como de núcleo ampliado; funcionó también con compañeros no sindicalizados que generosamente quisieron participar y dar sus aportes”, explicó Martínez.
Asimismo, señaló que dos inspectoras fueron al centro educativo para “interiorizarse sobre el tema” y pidieron participar en la asamblea. “Fue un intercambio fructífero porque se hizo un contralor y un relato de lo que venimos viviendo”, dijo.
En ese marco, durante la asamblea se llegó a puntos concretos. Elaboraron un comunicado para enviar este jueves a las familias de los estudiantes del liceo, “exhortando a que el trabajo de formación de los estudiantes es colectivo: empieza en casa, pasa por el liceo desde lo académico y en el desarrollo humano, pero termina siempre en casa; entonces debemos interpelarnos como adultos sobre qué ejemplos estamos siendo para los jóvenes”.
El colectivo docente les transmitió a las inspectoras “tres ejes centrales” para que los trasladen a las nuevas autoridades de Secundaria: “la superpoblación, que dificulta la tarea docente en estos contextos”, la necesidad de “tener un protocolo claro para actuar en situaciones de violencia” –porque aún no está en vigencia el elaborado por la Federación Nacional de Profesores de Educación Secundaria– y, por último, tener más “horas de apoyo institucionales para poder atender” todas las situaciones.
“Vamos a estar en alerta para ver cómo van transcurriendo las cosas, pero hemos llegado al hartazgo: no vamos a naturalizar las acciones violentas”, finalizó.