Mientras los candidatos al rectorado siguen recibiendo apoyos de colectivos que integran la Asamblea General del Claustro (AGC) y participando en reuniones y actividades de debate, desde la candidatura de Gregory Randall se publicó una plataforma –todavía abierta a recibir aportes– con 121 propuestas concretas para el desarrollo de la Universidad de la República (Udelar).
Si bien desde el colectivo que respalda a Randall ya se había elaborado una plataforma programática, se había hecho antes de que se consolidara la candidatura y el documento no contaba con tantas propuestas concretas a impulsar en un eventual rectorado. De hecho, esa primera plataforma tuvo la intención de hacer circular ideas que pudieran ser apoyadas por otros universitarios, más allá del candidato a rector que apoyaran.
Ahora, en el marco de la campaña y mientras muchos colectivos siguen procesando la discusión respecto a qué candidato apoyar, se lanzaron varias propuestas, que están organizadas en torno a varios ejes temáticos.
El documento, titulado ¿Qué universidad queremos? Plataforma de propuestas, afirma que en 2007, bajo el rectorado de Rodrigo Arocena, la Udelar generó “una ambiciosa agenda de transformaciones”. “Con diferentes ritmos y no exentos de problemas y errores, es la agenda que hemos implementado en los últimos 20 años: ampliación del acceso a la enseñanza avanzada, el trabajo de la universidad en el interior, flexibilización curricular y movilidad horizontal, impulso a la interdisciplina y la integralidad, entre otras”, se completa.
No obstante, el documento sostiene que “la universidad cambió” y un resultado de ello es que ahora cuenta con el doble de estudiantes, está presente en más zonas del país y cuenta con un mejor desarrollo de sus funciones: investigación, enseñanza y extensión. “Aumentó el tamaño, la complejidad y las tensiones y surgieron nuevos problemas a partir de estas”, se indica, pero se advierte que la agenda generada 20 años atrás “se está agotando”.
Por ejemplo, desde la candidatura se sostiene que se debe “buscar que al menos la mitad de las personas en edad de hacerlo realicen estudios terciarios” en Uruguay. También se marca la necesidad de que “el conocimiento esté presente en todos los espacios de la sociedad uruguaya” y de que “la universidad participe en las grandes discusiones con aportes, preguntas y evidencia, para aportar a las transformaciones que el país requiere”.
En ese sentido, se plantea la necesidad de que la institución se dé tiempo y lugar para dar discusiones sobre asuntos importantes de cara al futuro, que deben convivir con debates sobre asuntos de la vida cotidiana de la universidad. Más allá de que se considera que en los primeros meses del próximo rectorado los esfuerzos estarán abocados a conseguir un incremento presupuestal para la Udelar, se propone que luego, “desde la más amplia participación”, se den cuatro discusiones sobre grandes temas.
La Udelar a 2050, el cambio de la Ley Orgánica, la evaluación docente y la elaboración de un código de ética
Las cuatro grandes discusiones que desde la candidatura de Randall se proponen dar en 2026 servirán, a su vez, para marcar el rumbo de la política universitaria de los próximos años. En primer lugar, se plantea elaborar participativamente un “plan estratégico” de la Udelar de cara a 2050, lo que incluye temas como la organización académica de la universidad, con la posibilidad de que la institución se subdivida “en entidades más pequeñas, con altos niveles de autonomía interna”, un tema que ya ha sido discutido en el marco de la campaña rectoral.
En paralelo, también se propone que la Udelar acuerde internamente las modificaciones deseables a realizarle a la Ley Orgánica, de forma que todos los universitarios puedan ser parte de las principales decisiones políticas que toma la institución. Al respecto, en el Consejo Directivo Central de la universidad sólo tienen voto las facultades que existían en 1958, año de aprobación de la ley; en suma, los Centros Universitarios Regionales (Cenur), presentes en el interior, no tienen la posibilidad de participar en la AGC y, por tanto, no podrán incidir en la próxima elección de rector.
Según se sostiene, la Udelar deberá “conquistar” la nueva ley, que se considera necesaria para “seguir creciendo y cambiando al servicio del país y su gente”. Por lo tanto, el documento indica que para lograrlo se precisará de acuerdos sólidos a la interna, de “convicción, decisión política y movilización”. Concretamente, se afirma que es posible que la institución acuerde una propuesta de Ley Orgánica en 2028, cuando se cumplirán 70 años de la que está vigente. De todas formas y hasta que no se apruebe una nueva norma en el Parlamento, se propone “avanzar en mecanismos” para incorporar a los Cenur en la AGC y también en la organización de áreas de conocimiento que tiene actualmente la universidad.
El documento plantea que el impulso de una nueva Ley Orgánica para la Udelar puede ser “una oportunidad” para invitar a docentes y estudiantes de la Universidad Tecnológica y del Consejo de Formación en Educación “para luchar” en conjunto por instituciones terciarias con autonomía y cogobierno en el país.
Otro de los grandes temas a debatir es la evaluación docente en la Udelar, lo que implicaría una “revisión profunda de las lógicas que se encuentran detrás de los modelos de evaluación, así como una previsión de los incentivos que generan”. Al respecto, se agrega que sería deseable contemplar las especificidades de los distintos servicios y áreas de conocimiento, así como establecer “mínimos comunes” en toda la universidad, de manera que quede claro qué se espera de los docentes de acuerdo a su grado y carga horaria.
El colectivo que impulsa la candidatura de Randall también propone elaborar colectivamente un código de ética, con el objetivo de que contribuya en la búsqueda de una universidad libre de violencias y discriminación. Si bien se reconocen los avances en materia normativa y en la conformación de comisiones especializadas, se afirma que “aún es necesario un mayor esfuerzo” para que estos avances se incorporen a las “prácticas y hábitos dentro del ámbito universitario”.
Otras propuestas
El documento también plantea otras propuestas, por ejemplo, para el “fortalecimiento del cogobierno”, a través de una línea presupuestal concreta y también de mejores sistemas de información, entre otros aspectos. Otro de los ejes planteados es el de entrar en una etapa de “consolidación crítica” de los procesos en marcha, en la que la Udelar siga creciendo para hacer frente a las necesidades del país, pero dando pasos firmes. Según se especifica, “es preciso consolidar la calidad en el desempeño de las funciones sustantivas en todo el territorio nacional, racionalizando, optimizando y garantizando buenas condiciones de empleo, gestión e infraestructura”.
Como algunas propuestas concretas dentro de esa línea está la revisión de la Ordenanza de Estudios de Grado de la institución, aprobada en 2011, con foco en el “gran crecimiento” de muchas carreras. También se plantea generar espacios para abordar los efectos de la inteligencia artificial en la enseñanza y también para repensar esa función en el marco de contextos de numerosidad estudiantil.
Otra propuesta novedosa es la de generar una ventana de inscripción a la Udelar en diciembre, lo que permitiría “adelantarse a las dificultades de comienzo de cursos y desarrollar acciones para superarlas”. Más allá de que se afirma que será necesaria una coordinación con la Administración Nacional de Educación Pública, se sostiene que aproximadamente “85% de las personas que finalizan la enseñanza media en un año ya estarían habilitadas para inscribirse en diciembre”.
También se plantean propuestas para fortalecer las actividades de investigación y extensión y relacionamiento con el medio y se pone el foco en el proceso de regionalización que ha vivido la universidad en los últimos años con el desarrollo de los Cenur en el interior. Al respecto, se sostiene la necesidad de “revisar crítica y autocríticamente” el desarrollo de dichos servicios, de forma que se genere un plan de desarrollo y fortalecimiento para cada uno de ellos. En particular, se marca que es importante “corregir” lo que la universidad avanzó recientemente en la creación de un Cenur en la región suroeste, que abarca a Colonia y Soriano.
A nivel de las condiciones de empleo, gestión e infraestructura, el documento propone “priorizar la creación de un número importante de cargos de grados 2 y 3”, además de aumentar la cantidad de funcionarios técnicos, administrativos y de servicio. Según se plantea, ello permitiría “ampliar el apoyo administrativo en todas las escalas de la Udelar” y “evitar que los docentes dediquen una parte significativa de su tiempo a tareas administrativas”, para lo que también sería necesario que el proceso vaya acompañado de formación adecuada. A nivel de infraestructura, se plantea “fortalecer” el mantenimiento de los edificios.
En otra de las áreas, se propone crear un prorrectorado de “vida y comunidad universitaria”, con foco en elaborar “políticas para promover un ámbito universitario igualitario y antirracista”. También se incluye la creación de un sistema de atención a la salud mental de los universitarios, para lo que sería clave evaluar algunas propuestas ya existentes en el marco de Bienestar Universitario y Progresa.
Como parte de las políticas para la igualdad de género se propone “fortalecer y extender el sistema de cuidados universitario”, en el entendido de que la institución “debe dar soporte a la gestión de los centros de cuidados universitarios y buscar mecanismos para evaluarlo”. El documento también muestra la voluntad de generar actividades culturales de forma periódica y abierta a la comunidad, además de apoyar la creación de un fondo para proyectos de creación artística, en el marco del Prorrectorado de Investigación.
El documento también habla sobre formas de mejorar la carrera docente en la Udelar y, por ejemplo, se plantea generar un sistema que la promueva, para lo que también sería necesario mejorar los salarios que paga la institución, particularmente a los grados 1 y 2. Otra de las acciones propuestas es evaluar el nuevo Estatuto del Personal Docente de la universidad, pero hacerlo una vez que esté en marcha en su totalidad, ya que todavía está pendiente la aplicación total de algunos capítulos.
Por su parte, se propone la creación de Ciclos Iniciales Optativos para Montevideo, ya que actualmente sólo se realizan en el interior, además de implementar un programa que apunte a mejorar el tránsito de la educación media a la terciaria. Otro de los programas propuestos apunta a mejorar los niveles de egreso en carreras que presentan dificultades para lograrlo en los plazos previstos. En materia de posgrados, se plantea la necesidad de aumentar las becas que se ofrecen actualmente para ese nivel, y también crear un programa de posdoctorado en la Udelar.
Sobre las becas para estudiantes, el documento afirma que se puede constituir un “Sistema de Becas Estudiantiles a través de la articulación de las becas que otorga la Udelar, el Fondo de Solidaridad, intendencias y otras instituciones”, con la meta de que “el 100% de los estudiantes calificados para una beca la obtengan”.