Una de las principales preocupaciones de las autoridades de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) es la mejora de la asistencia en escuelas, liceos y escuelas técnicas. Más allá de los recientes esfuerzos realizados junto con otros organismos del Estado para revincular a los menores de edad que ya no están inscriptos en un centro educativo, también se apunta a que quienes sí están anotados incrementen la asistencia.

En el marco de distintas estrategias para mejorar el ausentismo crónico tanto en primaria como en la educación media, la ANEP pondrá en marcha un “proyecto piloto” en busca de proveer de herramientas tecnológicas que colaboren con la causa. La experiencia piloto se implementará en el liceo José Luis Invernizzi de Piriápolis, y algunas de sus acciones fueron objeto de polémica desde que se conoció la iniciativa.

La semana pasada, equipos técnicos de la ANEP concurrieron al liceo para explicar el alcance de la prueba piloto y repartieron un material informativo en el que se explica que el objetivo es “probar soluciones tecnológicas para controlar la asistencia de los estudiantes en un liceo”. “La meta es encontrar una forma ágil, rápida y segura de registrar quién va a clase, para que las autoridades tengan información precisa y en tiempo real sobre el ausentismo”, se señala, y se agrega que, de esa forma, las autoridades podrán “tomar mejores decisiones”.

Según se informó en el liceo de Piriápolis, en concreto se testearán tecnologías como el registro de asistencia por wifi, mediante una aplicación en dispositivos móviles y también en cámaras de reconocimiento facial. Esta última fue la que causó mayor controversia. Si bien la administración informó que los datos de los estudiantes serán protegidos y no podrán ser explotados por los proveedores privados que desarrollan las diferentes tecnologías, desde distintos ámbitos docentes se cuestionó la medida.

Por ejemplo, la Federación Nacional de Profesores de Educación Secundaria (Fenapes) publicó un posteo en su cuenta de X en el que, si bien señala que el tema será analizado próximamente en espacios formales del sindicato, plantea su sorpresa por la iniciativa, que no fue planteada en ningún ámbito de negociación colectiva.

Con base en lo informado de manera oficial por la ANEP, Fenapes considera que el plan piloto “vulnera la privacidad y las libertades individuales, y afecta la soberanía de datos”. “El Estado cede este sensible terreno a empresas privadas”, añade.

En tanto, el sindicato considera que la asistencia de los estudiantes “no es un dato técnico, sino un elemento de profundidad social”, entre cuyas causas están la pobreza, el trabajo adolescente, dificultades de transporte, salud o pertenencia. “Es la paradoja del control: se mide la ausencia con precisión, pero no se atienden sus causas”, se cuestiona.

A pocos días del envío del proyecto de ley de Presupuesto quinquenal al Parlamento, Fenapes entiende que “es necesario debatir la orientación de los recursos: se invierte en cámaras y software, en lugar de [hacerlo en] cargos, transporte, alimentación, becas y equipos multidisciplinarios”.

ANEP busca contar con datos más certeros sobre la asistencia de los estudiantes de la educación media

En diálogo con la diaria, fuentes de la ANEP informaron que el proyecto piloto no tendrá costo para el organismo y remarcaron que los datos serán de su propiedad. En ese marco, marcaron que existe un contrato de confidencialidad con los proveedores privados.

Al respecto, el material entregado en el liceo por la ANEP plantea que “el sistema de reconocimiento facial convierte las características únicas del rostro de cada estudiante, como la distancia entre los ojos o la forma de la mandíbula, en un código matemático único”. “Este código es lo que se guarda y se usa para la identificación, sin almacenar las fotos originales. Al viajar por internet, sólo se transmite este código, lo que garantiza la privacidad del alumno al eliminar el riesgo de filtración de imágenes o el uso indebido de los datos fuera del sistema”.

En suma, las fuentes informaron que fue el equipo de la Dirección Sectorial de Tecnologías de la Información y Comunicación del Consejo Directivo Central de la ANEP el que se encargó de que las aplicaciones tecnológicas no vulneren la privacidad de los datos personales y también estarán en el liceo mientras dure el piloto, que comenzará el próximo lunes.

Sobre los motivos de fondo para implementar este tipo de políticas, desde el organismo señalaron que, a diferencia de lo que ocurre en Primaria, no existe en la actualidad una forma efectiva de determinar si el estudiante estuvo en el liceo o en la UTU, lo que tiene que ver con la forma en que se pasa lista, que es independiente en cada asignatura. Eso hace que los profesores lleven a cabo esa tarea con criterios disímiles; de hecho, un informe reciente del Instituto Nacional de Evaluación Educativa detectó que algunos docentes dejaron de pasar la lista ante el cada vez menor peso que tienen las inasistencias para el pasaje de grado.

La ANEP entiende que no es viable sobrecargar a los adscriptos pidiéndoles que pasen la lista para contar con esa información centralizada, por eso optaron por crear un sistema automático a esos efectos. Ponen el énfasis en la necesidad de testear diferentes alternativas para ver cuál funciona mejor, para luego implementarlo a escala nacional. Además, fundamentaron la elección del liceo de Piriápolis por tratarse de un liceo considerado grande, ya que en los centros que cuentan con una matrícula más numerosa es donde se generan mayores inconvenientes.

Las fuentes consultadas señalaron que la idea es vincular esta medida con el otorgamiento de becas estudiantiles que apoyen la concurrencia a clases, de forma similar a algunos programas que se han aplicado en Brasil.

Para este martes en el liceo de Piriápolis está prevista una reunión informativa con los profesores del centro educativo y, en la tarde, un encuentro con las familias de los estudiantes, que podrán esclarecer dudas referidas con el plan piloto. Por su parte, el núcleo sindical del liceo analizará el tema en una asamblea.

Debates sobre el reconocimiento facial

Si bien el reconocimiento facial no es la única tecnología que será sometida a testeo en Piriápolis y, de hecho, las fuentes de la ANEP consultadas consideran a priori que no es la forma más adecuada para incentivar la asistencia en algunos sectores sociales, su aplicación ha estado en cuestionamiento en los últimos años. Fuertemente asociado a políticas de seguridad, el uso de este tipo de tecnología en el ámbito público comenzó a ser más común durante la pandemia. En al ámbito privado es cada vez más común que los dispositivos móviles y las redes sociales capten y almacenen la información biométrica de los rostros de sus usuarios, en muchos casos con su colaboración. De forma similar a lo que ocurre con otros datos recopilados por estas empresas tecnológicas, los principales debates que se dan en torno al uso de esa tecnología pasan por su escasa fiabilidad, que lleva a que los usuarios no confíen en que esté garantizado que su información no sea utilizada con fines diferentes de los establecidos en los contratos de términos y condiciones, que, de hecho, pocas veces son leídos.