(Hoy es 20 de junio. Faltan 10 días para las elecciones internas y 129 para las nacionales)

Buenos días. Les comento algunas noticias de la campaña electoral que pueden leer hoy en la diaria.

Es prudente tomar las encuestas con pinzas, pero los resultados que divulgó ayer Cifra mostraron situaciones de competencia sin resolver en los dos principales partidos de oposición, y una gama de resultados aún posibles que implicaría panoramas muy distintos, después del 30 de junio, en la campaña para las elecciones nacionales.

Según el último sondeo de la empresa, que declara un margen de error de 8%, entre quienes afirman que votarán en las internas del Partido Colorado (PC) 50% prefiere a Ernesto Talvi y 40% a Julio María Sanguinetti, con el primero en ascenso y el segundo en descenso. Sin embargo, la relación se invierte al considerar sólo a las personas más identificadas con el coloradismo, con 49% para Sanguinetti y 40% para Talvi. En el caso del Partido Nacional (PN), Cifra registró en el total de quienes dicen que votarán 38% para Luis Lacalle Pou (en descenso), 26% para Juan Sartori (en ascenso) y 18% para Jorge Larrañaga (en descenso). Entre los más definidamente nacionalistas, Lacalle Pou tuvo 41%, Larrañaga 24% y Sartori 17%.

Sanguinetti comentó que “los números hay que tomarlos con la relatividad del caso” y, ante la afirmación de Talvi de que no está dispuesto a apoyar a Sartori en un balotaje ni en la presidencia, aseguró que “Sartori no va a ganar” la interna blanca.

En todo caso, los lectores se pueden imaginar con facilidad que, para las elecciones de octubre, habría escenarios bastante diferentes si fueran candidatos Lacalle Pou y Sanguinetti, Sartori y Talvi, Lacalle Pou y Talvi, o Sartori y Sanguinetti.

En este contexto, se puede esperar que, en los ya pocos días que quedan antes de las internas, las corrientes en pugna busquen votos expresando posiciones sobre casi cualquier tema, desde las propuestas de eliminar la jura de la bandera hasta los resultados de la selección uruguaya en la Copa América de fútbol (que, por ahora, no han sido materia de debate entre precandidatos).

Esto tiene, sin duda, sus riesgos: por ejemplo, quizá no ayude mucho a Lacalle Pou haber comentado, ante la situación de los desplazados por las crecidas de ríos, que no le resulta fácil entender por qué “hay mucha gente que vive en lugares que sabe que se van a inundar”, y que es complicado equilibrar el cuidado de las personas con su libertad de residir donde se sienten arraigadas.

Sin duda es muy política la propuesta de reforma constitucional que Larrañaga impulsa, y de hecho constituye, desde el comienzo, uno de los mayores puntos de apoyo para su campaña. El precandidato nacionalista había solicitado hacer uso de la cadena nacional de radio y televisión para exponer sobre esa iniciativa, y el Poder Ejecutivo decidió otorgársela, pero después de las elecciones internas, cuando quizá ya esté definido que Larrañaga no será el candidato presidencial de su partido.

Hasta mañana.