El sábado se realizó en Young el certamen Reina de la Piscina, organizado por la Intendencia de Río Negro y el municipio de esa ciudad, para elegir a las participantes a Reina de Las Cañas. El evento era para mayores de 18 años, pero este año incluía además la elección de La Sirenita, una instancia en la que podían participar niñas en dos categorías: de seis a ocho años y de nueve a 12. Este último certamen, en particular, generó el rechazo de organizaciones feministas y representantes políticas, que denunciaron la exposición y cosificación de las niñas.
Las primeras en cuestionar la medida fueron las dos concejalas del Frente Amplio (FA) en el municipio de Young, Cristina Ergui y Cecilia Rodríguez, que en un comunicado aseguraron que la alcaldesa, la nacionalista Mercedes Long, “no consultó al concejo municipal” sobre la realización del evento. En ese sentido, recordaron que el año pasado ya habían manifestado su “desacuerdo” con este tipo de concursos, “donde se expone abiertamente a niñas y adolescentes”. En esa ocasión, explicaron, “se comprendió el planteamiento y se actuó en consecuencia”, por lo que el certamen no se celebró. Sin embargo, en esta oportunidad, “se adoptó una resolución no sólo en forma inconsulta”, sino que se enteraron “por la prensa”.
Ante las críticas, la alcaldesa de Young salió a responder. En declaraciones a El Observador, dijo que “las razones que plantearon [en] el concejo” insinuaban “poco menos que a las chicas las van a abusar y que exponen a las niñas su intimidad a ojos de adultos”. “Yo me pregunto, si llevás a tu hija a la piscina y los padres se quedan en las gradas esperando que termine la clase, ¿no las estás exponiendo? ¿Qué se piensan, que los hombres son todos pedófilos?”, apuntó Long.
A la vez, la alcaldesa dijo que en la Marcha de la Diversidad se veían carteles que eran “un horror” y que “están con la cosificación de las mujeres, del patriarcado. Tiene que haber un límite y los hombres no son tan malos y las mujeres no somos tan santas”. Agregó que “no podemos irnos tanto al extremo”. “No vi a nadie que se pronunciara por esa cartelería que era un horror, no vi a nadie que se horrorizara tanto con el Carnaval de las Promesas. Acá todo meten en la política. Todo es político”, cuestionó.
Por otra parte, la jerarca, que es pediatra, reconoció que “como médico” ve desde “hace años” que “hay un niño violado o niña violada o gente pedófila”. Y continuó: “Vamos a poner un límite. Estamos generando un mambo en la cabeza de las niñas. Yo tengo pacientes adolescentes que te dicen ‘hay que probar, ¿vio?’ No saben lo que están haciendo, se acuestan con mujeres, con hombres”.
“No podemos hacer abrir esa cabeza”
La Colectiva Feminista Mburucuyá, de Young, salió al cruce de las declaraciones de Long y aseguró que la alcaldesa no tiene ningún argumento “sólido” para defender este tipo de certámenes. “La alcaldesa se resguarda en que las niñas no están siendo cosificadas, ella no ve violencia, explica que no todos los hombres son pedófilos y que, si fuera por el criterio que nosotras manejamos, tendríamos que cuestionar también el carnaval, como si en el carnaval se cosificara a las niñas o se las midiera por su aptitud física”, aseguró María Soza, una de sus integrantes, en diálogo con la diaria. “Un argumento sólido, con una perspectiva de género, con un poco de conocimiento de lo que es el tema de género, de las violencias hacia las niñeces y la cosificación en las niñeces, no hay”, agregó la activista.
Soza también se refirió a la mención de la alcaldesa sobre los casos de abuso que dijo haber visto como profesional de la salud: “Sabe que hay temas de abuso, pero no relaciona lo que es la cosificación de esas niñeces en un desfile de una pasarela y ver a una niña como un objeto o una propiedad, con el tema de abuso”.
Además, la activista dijo que el tema está “muy politizado a nivel partidario” y que la colectiva quiere “desmarcarse de ese lugar” y aportar para “que se vea la problemática a nivel social”. En esa línea, aseguró que en Young “está muy naturalizado y muy tapado el tema abusos, incluso los abusos intrafamiliares, que son secretos a voces muchas veces en una comunidad tan chiquita como es la nuestra. Pero no podemos hacer abrir esa cabeza”.
Para Soza, si en la localidad “se abriera un poquito más la cabeza en ese sentido, no seríamos tan cómplices de algunas cuestiones que se dan, del tema de los abusos”, y afirmó que es necesario “empezar a ver esos micromachismos que hay en la sociedad, para ir detectando de qué manera nosotros vamos naturalizando cosas en las niñeces”, como “el hecho de que ellas estén sometidas a determinados estereotipos desde que son chiquitas, como que deben ser delgadas y coquetas”.
Unos días antes de que se realice el certamen, el colectivo Mburucuyá difundió un comunicado en el que calificó la decisión de “retrógrada” y “gravísima”. En el texto, las activistas aseguraron que los concursos de belleza son “una forma de violencia simbólica” que “sexualiza a niñas desde una edad temprana” y les “enseña a competir entre ellas”, además de promover “acciones estereotipadas y sexistas”.
El ok del INAU
La intendenta interina de Río Negro, Griselda Crevoisier, dijo hace unos días a la diaria que desde el Instituto del Niño y el Adolescente (INAU) le aseguraron que “todas las condiciones estaban dadas para que las niñas puedan hacer su desfile” y recordó que, además, sólo podían participar con el permiso de sus padres.
Según informó el domingo el medio local Portal de Young, finalmente participaron seis niñas en la categoría de seis a ocho años y dos niñas en la de edades de nueve a 12.