La calle Curuguaty, histórica peatonal del candombe con adoquines y vista al Río de la Plata de Barrio Sur, tuvo un movimiento inusual el viernes 22. Es que, a partir de las 19.30, la Intendencia de Montevideo (IM) inauguró allí el primer Centro de Referencia para personas LGBTI+ de la ciudad.
Frente al nuevo local había un escenario, luces de todos los colores, niñas y niños corriendo entre las sillas, autoridades de la IM y activistas que se iban acomodando, vecinos y vecinas curioseando desde las ventanas, y tambores preparándose para celebrar este hito colectivo de la comunidad LGBTI+.
La Secretaría de la Diversidad de la IM es la impulsora de este proyecto, que, además de ser un centro de información y promoción de acceso a derechos de las personas LGBTI+, apunta a ser una propuesta social, cultural y formativa para esa población y el barrio.
Una vez arriba del escenario, la directora de la secretaría, Florencia Astori, dijo que la idea, originalmente, fue propuesta por la sociedad civil organizada y llevada a cabo por la IM, por lo que valoró que se trata de “un hecho esperado, deseado y necesitado”.
Por su parte, Mauricio Zunino, intendente de Montevideo, agregó que es necesario “buscar los mecanismos que eliminen los temas de odio, de sesgos, de desigualdades en el acceso a oportunidades y en el acceso a bienes y servicios. Eso es parte de lo que se enmarca en este Centro de Referencia LGBTI+”.
A su lado, Delfina Martínez, activista trans y antirracista, asesora en la Secretaría de la Diversidad de la IM y coordinadora del centro, recordó que esta inauguración se realizó en el marco del 20 de noviembre, Día Internacional de la Memoria Trans y Día Nacional de la Conciencia Negra en Brasil. Luego leyó los nombres de las mujeres trans asesinadas entre 2011 y 2023 en Uruguay: Ángela, Pamela, La Pochito, Gabriela, La Brasilera, Kasandra, Kiara, Samantha, Fanny y Victoria. La mayoría de estos casos sin un solo responsable condenado por la Justicia.
Al finalizar su discurso, Martínez aseguró que este centro “es un gran paso hacia la reparación histórica” de la población LGBTI+.
La reparación
Una vez que las autoridades cortaron la cinta, quienes estaban presentes pasaron a visitar el edificio de tres pisos. En diálogo con la diaria, Astori explicó que la planta baja cuenta con un salón multiuso, un consultorio pequeño para atención individual y un baño. En el segundo piso hay oficinas, una cocina y un baño, mientras que el tercero tiene una terraza con vista a la rambla y a la ciudad.
El proyecto también forma parte del Programa Fincas Recuperadas de la IM, que tiene como objetivo restaurar y refaccionar fincas que están abandonadas o en desuso y darles un nuevo uso social o cultural.
Al centro, que abrió oficialmente sus puertas este martes, se podrá acceder los martes y miércoles de 10.00 a 14.00 y los jueves de 10.00 a 20.00. “Primero vamos a abrir en una modalidad piloto y, con base en las demandas e inquietudes que puedan surgir del barrio y de la comunidad, extenderemos ese horario. La idea es que a partir del año que viene podamos funcionar de lunes a viernes”, dijo Astori.
Para organizar su funcionamiento, el centro tendrá una agenda de actividades que contará con un formulario para solicitud de préstamos de los espacios. Las propuestas pueden ser planteadas por cualquier persona o grupo, mientras contemplen la perspectiva de diversidad o sean realizadas por –o para– personas LGBTI+.
Karina Pankievich, presidenta de la Asociación Trans del Uruguay (ATRU), dijo a la diaria que el centro de referencia será un “espacio de encuentro importantísimo, una referencia para la colectividad que no tiene un lugar donde concurrir”. Ella puso como ejemplo a ATRU, que desde 2022 se quedó sin sede por falta de recursos para pagar el alquiler.
Desde el punto de vista barrial, Paola Correa, vecina de Barrio Sur y activista antirracista, mencionó a la diaria que antes de la inauguración del centro tuvieron una reunión entre unos 30 o 40 vecinos y vecinas para pensar en “qué cosas lindas podrían pasar acá para el colectivo de la diversidad y para todos”. En este sentido, ella considera importante tener asistencia en salud integral (teniendo en cuenta la salud mental), clubes de lectura y formación para que activistas tengan más herramientas para la creación de proyectos y propuestas a concursos y llamados.
Un espacio seguro
Sentada en una de las oficinas, Martínez dijo a la diaria que el centro estará abierto para recibir a las personas LGBTI+ “que muchas veces llegan con vulnerabilidades muy grandes, enmarcando esto en lo sociocultural, en actividades recreativas y de socialización, una demanda que tiene el colectivo”
La coordinadora del espacio resaltó la importancia de que los colectivos de la diversidad tengan un espacio de encuentro para trazar estrategias comunes: “Estar cerca, estar en diálogo, sobre todo en tiempos en que los discursos de odio están tomando mucha fuerza y que ya han pasado a la acción en muchas oportunidades. En ese ‘venir por nosotras’, tenemos que tener, por lo menos, un espacio seguro”.
Si bien este es el primer centro de este tipo en Montevideo, Martínez dejó claro el deseo de que esta experiencia se replique en otros barrios de la ciudad y en el resto del país, porque “cuantos más espacios haya, va a ser más difícil erradicar nuestras voces”.