Una vez más, en el marco de la ya tradicional y multitudinaria Marcha por la Diversidad en Montevideo, la plaza Libertad y sus calles aledañas se tiñeron de colores durante la tarde del viernes en el encuentro de miles que, alrededor de las 19.00, iniciaron la movilización que culminó en la plaza 1º de Mayo, a metros del Palacio Legislativo.
En la previa, se instalaron en el punto de partida varias propuestas –que, en parte, continuaron tras el inicio del recorrido–, entre stands de artesanías, carpas informativas e intervenciones artísticas, algunas realizadas por varias de los 15 organizaciones convocantes nucleadas en la Coordinadora de la Marcha por la Diversidad.
La zona fue un escenario en el que cientos de personas se maquillaron, cantaron, bailaron y compartieron la tarde y parte de la noche bajo la consigna “Hasta que los derechos sean hechos”, que entre muchas otras cosas buscó visibilizar que las leyes aprobadas en Uruguay necesitan ser garantizadas con voluntad política.
Además del lema común, cada manifestante integró a la marcha su propia pancarta –con su propia batalla– y algunas personas concurrieron para transmitir a familiares y amigos que la lucha es colectiva.
Dentro de la multitud había personas de todas las edades y de distintas localidades del país. En diferentes puntos del recorrido, entre la música que sonó de principio a fin, banderas, carteles y muchos brillos, hubo quienes contaron a la diaria el motivo por el que decidieron marchar.
“Soy lesbiana y aunque no deberíamos tener que marcar esta presencia, todavía nos falta mucho camino por recorrer y es un día a día”, expresó Lilián, de 58 años, mientras esperaba el inicio de la marcha. Ella contó que participa hace “muchísimos años”, en esta oportunidad con su nieta”. Los derechos “tenemos que defenderlos entre todos”, sostuvo Lilián. Para ella, marchar también es “una manera de darles a los jóvenes el mensaje de que si nosotros estamos ellos también tienen que estar”.
Mientras alentaba desde la vereda a quienes ya habían iniciado el recorrido, Alejandro, de 50 años y oriundo de San José, relató que hace “bastante tiempo” que se suma a la convocatoria, en esta ocasión con su pareja y con su suegra. “Esto hace muchos años era impensable, es bueno ver cómo la gente joven participa, aunque todavía falta”, señaló. Para él, es importante que “no haya marcha atrás” en materia de derechos y que se logre lo que falta”. “Dicen que tiene que haber tolerancia pero lo que se necesita es respeto”, agregó.
También se hicieron presentes muchas personas en familia. Adriana, junto a Dante, su hijo de seis años, y Daniel, su pareja, alentaron con euforia el paso de cada chata y cada canción. “La marcha es una fiesta, pero ser madre de un varón tiene mucha importancia porque me interesa lo que estamos formando como persona, criarlo con la mayor libertad posible y que en el día de mañana viva la vida como sienta y sin tener miedos o persecuciones que lo inhiban”, relató Adriana, y dijo que además es importante para que “conozca sus derechos”.
Una proclama con reivindicaciones históricas y coyunturales
Al culminar el recorrido, en las inmediaciones del Palacio Legislativo, representantes de las organizaciones que integran la Coordinadora de la Marcha leyeron la proclama, que este año incluyó reclamos del colectivo LGBTI+ que se reiteran año tras año y otros que se vinculan a temas coyunturales, en un contexto particular a un mes de las elecciones.
En principio, con la consigna de la marcha como base, los colectivos denunciaron “la falta de acciones concretas” que amparen los derechos adquiridos para la población LGBTI+, que “no son un regalo, un permiso o una limosna, sino que son fruto de esfuerzos colectivos y hermanados”. “Una vez más, confirmamos la negligencia y desidia de un Estado que le da la espalda a su pueblo” y “no nos conformamos con leyes en letra muerta y discursos políticamente correctos”, por lo que “seguiremos en las calles hasta que los derechos sean hechos”, ante un “Estado ausente”, reafirmaron.
Las organizaciones denunciaron que siguen existiendo actos de odio, “muchos que ni siquiera llegan a ser visibles”, y destacaron que este año en particular hubo “ataques callejeros a personas de la diversidad sexual, violencia física, amenazas y hostigamiento”. Aseguraron que les consta que hay denuncias ante fiscalías o comisarías por estos hechos, pero que “quedan en la nada”.
Uno de los reclamos que se reiteró este año fue el incumplimiento de la Ley Integral para Personas Trans, específicamente las disposiciones referidas al cupo laboral y al acceso a la salud en todos los departamentos del país. A su vez, los colectivos cuestionaron que “hace más de un año” están a la espera de los datos sobre las personas trans “que por primera vez se relevaron en el último censo” y denunciaron que su “identidad de género sigue sin ser reconocida en casi todos los registros de los organismos públicos”.
Al mismo tiempo, denunciaron que la mayoría de los representantes del Estado “no concurren al Consejo Nacional de Diversidad Sexual”, y que “a menos de seis meses de finalizar el gobierno actual, todavía no hay un Plan Nacional de Diversidad Sexual vigente” en el país.
Por otra parte, la proclama incluyó la convocatoria a votar a favor del plebiscito de la seguridad social y en contra de la habilitación de los allanamientos nocturnos.
“Queremos un sistema que nos garantice crecer y envejecer dignamente”, de igual manera “trabajar para vivir y no vivir para trabajar”, un sistema de seguridad “social, solidario, de avanzada, eliminando definitivamente las AFAP”, y por eso, “convocamos a votar por el Sí al plebiscito de la seguridad social”, fundamentaron las organizaciones.
En cuanto a los allanamientos nocturnos, expresaron que hoy la Constitución “pretende proteger nuestros hogares de la irrupción violenta y arbitraria del aparato represivo del Estado”, mientras que los cambios que se plantean “sólo generan más inseguridad y no solucionan los problemas que tenemos en nuestros barrios”, lugares que “son parte de nuestra identidad y que hoy no podemos habitar por la violencia policial y su pacto perverso con el narcotráfico”.
Además, las organizaciones convocantes se proclamaron en contra de los proyectos de ley que se presentaron este año para modificar la Ley 19.580 de violencia basada en género, en tanto “sólo limitan las garantías de las víctimas y colocan barreras en el acceso a la Justicia”. “Seguimos exigiendo un Estado responsable que nos ampare, que se posicione activamente con presupuesto, con políticas públicas efectivas que aseguren nuestras vidas”, agregaron.
“Elegimos la militancia como forma de vida para materializar el deseo de dignificar nuestras historias y continuar así haciendo historia”, leyeron de forma colectiva, antes de cerrar y dar paso a los espectáculos musicales al grito de distintas consignas-síntesis: “Al clóset nunca más”, “nunca más terrorismo de Estado”, “que viva la unidad del movimiento social organizado”, “viva la diversidad” y “trans, conciencia, memoria y resistencia”.
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